Objetivos (Deportivo 0 - At. Madrid 1)
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Liga 2010/11,
Valerón
En los proyectos, como en la vida, lo más importante es tenerlo claro. Saber dónde se va. Qué se quiere. El Atleti moderno, el de Gil Marín, el de ese tipo que prefiere no ver en directo los partidos de “su” equipo, no lo sabe porque es un equipo sin objetivo y eso lo condiciona. Cuando empieza la liga el mensaje que viene de los despachos es eso de “hacer un buen papel” que básicamente es no decir nada. Por eso, entre otras cosas, el equipo empieza la temporada haciendo el ridículo. Salen a Tesalónica a ver que pasa. Salen al Calderón a ver que pasa. Van por el mundo con miedo y esperando a ver que pasa y cuando se paran ha pensarlo están fuera de todas las competiciones. Entonces a falta diez jornadas y lejos de todo deciden que el objetivo es meterse por la puerta de atrás en la segunda competición europea y que para ello es obligatoria ganar prácticamente todos los partidos. Pues van y lo hacen. Se agrupan todos en torno a un objetivo y lo siguen. ¿Se imaginan que hubiesen empezado la Europa League con la idea de que tenían que ganarla? El Atleti necesita marcarse un objetivo exigente y acorde con sus circunstancias que es precisamente lo que lleva 10 años sin hacer. Un objetivo por encima del tope evidente que permita estirar las voluntades. Lo demás es seguir haciendo el ridículo.
Lo que es indiscutible es que este Atleti tiene mejor pinta. Fallón, romo, perdido a veces y saturado de fallos es sin embargo un equipo que se sabe a lo que pretende jugar, quien tiene que hacer qué y que en general da la sensación de querer ganar los partidos por méritos propios y no por demérito del contrario. El encuentro comenzó con un Depor encendido y volcado en el área colchonera lo cual es lógico teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra. Los gallegos, no sé si por vocación o porque no queda otro remedio, es otro de esos equipos tan de moda hace unos años construido sin imaginación y a base de músculo, solidaridad física y rigor táctico. Lo que miserablemente ha intentado ser el Atleti en los últimos años y nunca ha sido. En equipos ladrillo como este un jugador como Valerón, incluso con doscientos años, no sólo es la rara avis sino el mejor con diferencia e irónicamente el único que puede poner criterio y sentido al juego como así es de hecho. Los quince primeros minutos el canario apareció entre líneas y el balón fue del Depor. A partir de ahí desaparece y el protagonismo pasa a los madrileños. Valerón es uno de los últimos ejemplos de esa especie en extinción compuesta por los jugadores que piensan por si mismos en el campo.
Con el mejor doble pivote que sin duda tenemos en plantilla el balón empezó a fluir algo mejor generalmente hacia las botas de Reyes, el Kun y un activo Diego Costa que entre arranques poco ortodoxos sigue mostrando siempre una salida al equipo. Por el otro lado Filipe Luis parecía perderse en un maraña de jugadores propios y extraños que tapizaba la banda izquierda de un engrudo que la hacía intransitable. Por allí estaba Elías que una vez más seguía siendo intrascendente a pesar de sus esfuerzos. Las ocasiones en esta primera parte fueron pocas y de poco peligro a excepción de un violentísimo disparo del Kun desde la frontal del área que casi parte el larguero. Con la sensación de que el Atleti estaba creciendo mientras el Depor descendía acabó el primer tiempo.
La segunda parte se inició con el mismo ambiente y las mismas sensaciones. Un Depor corriendo y un Atleti tratando de jugar. El problema de los madrileños en esta tesitura es que están tan poco acostumbrados a mover el balón, a tenerlo y a dominar que el nivel de errores y pérdidas es exagerado. Muchos de ellos vienen por esa estúpida idea inculcada por tantos y tantos entrenadores mediocres de que cada vez que se tiene el balón en los pies hay que lanzarla en vertical a toda velocidad.
El Atleti seguía paso a paso tratando de llegar al área contraria pero el punto de inflexión ocurrió en el minuto 15 de este segundo tiempo cuando Lopo es expulsado por doble amonestación. A partir de entonces el Depor renuncia ya claramente al balón y aunque es un equipo espectacular a la hora de defender y de bascular defensivamente la buena circulación de los rojiblancos hacía que apareciesen los espacios en ataque, especialmente por la banda derecha. Ufalusi había avisado seriamente con una gran llegada al área y remate con la izquierda que Aranzubía pero fue el Kun, siempre el Kun, es el que finalmente abrió el marcador a falta de diez minutos. Juanfran y Forlán habían sustituido a Diego Costa y Elías y ellos fueron los protagonistas. Forlán hace un gran tacón en el área que deja el balón para que remate Juanfran estrellándose contra la barrera. El propio Juanfran coge rápidamente el rechace para habilitar un buen balón al Kun y que este no perdone.
Parecía obvio con con un rival en inferioridad numérica el resultado era definitivo y aunque fue así a pesar de los emotivos empujes finales del Depor lo más significativo de este periodo fue la alegre sorpresa de ver al Atlético de Madrid defendiendo con balón. Es decir teniendo el balón en campo contrario, sin arriesgar, dejando de esta manera pasar el tiempo y que los robos del Depor fuesen en todo caso muy lejos de nuestra portería. Es decir, todo lo contrario de lo que normalmente hace nuestro equipo por indicación de nuestro entrenador. ¿Algo está cambiando? A buenas horas mangas verdes.
El Atleti duerme a cinco puntos de la champions lo que no sé si es para soñar o para tirarse de los pelos. Veremos lo que ocurre en las próximas jornadas pero no me extrañaría que este Atleti siga ganando. Así si.
1 comment
el fácil calendario de los últimos partidos lo ha hecho posible, junto a Agüero. Un abrazo.
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