9 Meses (At. Madrid 4 - Sporting 0)
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At. Madrid 4 – Sp. Gijón 0
Hace menos de 9 meses, cuando estábamos intentando en las navidades del 2010 pasar con champán el seco nudo en la garganta provocado por nuestro equipo, el Atleti era un equipo desahuciado, echado a patadas de la Champions League tras hacer un ridículo espantoso, con un entrenador echado, en posiciones cercanas al descenso en la liga pero lo que es más importante, sin esquema, sin discurso, sin espíritu, sin fuerza, sin juego y sin corazón. 9 meses después el Atleti es campeón de la Europa League, finalista de la copa del rey, campeón de la supercopa de Europa y comienza la liga 2010/2011 con un soberbio golpe en la mesa que le hace situarse al frente de la clasificación. El fútbol es volátil, extraño, difícilmente predecible y entran a jugar un papel estelar un montón de factores incontrolables como la suerte, los árbitros, las lesiones, el estado anímico de un puñado de jóvenes malcriados además de otro buen puñado de cosas que no vemos. Es difícil saber qué es lo que ha pasado en este Atleti para pasar del cero al infinito, del infierno al cielo. El único dato real y tangible al que nos podemos agarrar, lo único verdaderamente objetivo que es diferente en todo este tiempo es el tipo que se sienta en el banquillo. Un entrenador que arrastraba un pasado blancuzco que estúpidamente le hacía generar dudas entras las cabezas del Calderón pero que ha demostrado, por talento o por lo que sea, ser el principal culpable de esta resurrección. Un amigo mío decía ayer que la diferencia con los últimos años es que ahora tenemos un entrenador de fútbol. Puede que tenga razón.
El debut liguero del Atleti pareció ser diseñado por un guionista acostumbrado a la perfección sin fisuras y a los finales felices. No se puede hacer mejor. Si el ambiente en una grada llena de colchoneros ansiosos de fútbol y emoción era espectacular, el equipo tardo apenas unos segundos en poner a hervir la sangre de tanto y tanto atlético sonriente. Como si fuesen un equipo acostumbrado a ganar (que es lo que deberíamos ser) apenas nos recreamos en la preciosa supercopa que correteaba por el césped y en seguido nos pusimos a golear al Sporting. Con ese nuevo 4-4-2 en el que la defensa es una roca liderada por Godin, donde Perea se siente mucho más cómodo sin tener que ser protagonista con el balón y los laterales tienen libertad para subir, donde los medio centros juegan muy juntos y procurando ahora sacar la pelota a los de arriba rápido y sin complicaciones (fun-da-men-tal), con dos interiores que ya no viven en la banda y vienen constantemente a la zona de enganche (la clave) y los dos de arriba que a estas alturas no necesitan presentación, el Atlético de Madrid es una máquina. Una maquina robusta en defensa, efectiva en el centro del campo y mágica en los tres cuartos de arriba.
A los 20 minutos de partido los aficionados seguíamos con la sonrisa en la cara, más grande aun si cabe, asustados de lo que estábamos viendo. Un Atleti mandón y sólido que dominaba el partido y la pelota y que lo hacía jugando muy bien. Rápido, vertical, sin fallos,…. con talento. Jurado y Reyes se encargaban de la creación en una de las claves de este renacido Atleti. Si el utrerano muestra el tremendo hambre de éxito que tiene y está en un estado de forma de dulce, el gaditano fue a jugar su mejor partido como colchonero el día de su despedida. Abrió el marcador con un soberbio empalme desde fuera del área y completó un partido muy bueno. Creo que el fichaje del Shalke 04 era inevitable por las condiciones con las que viene envuelto pero no me gusta vender jugadores un día antes de cerrar el plazo de fichajes.
Este Atleti además tiene la suerte de cara. En el único momento del partido en el que los madrileños se relajaron un poco y los asturianos parecían estirarse apareció el de siempre, Forlán, para en vísperas del descanso decidió concretar en la puerta de gol una excelente jugada del mejor de la noche: el kun Agüero. Lo del argentino es escandaloso. Ayer volvió a completar un partido mágico y espectacular participando activamente en todos los goles. El único problema que le veo al bueno del kun es la preocupante falta de gol que tiene pero el día que esto se corrija estaremos hablando de un superclase que podrá mirar a cualquiera como mínimo de tú a tú.
La segunda parte fue una fiesta. El Sporting era un equipo vencido pero nunca derrotado y desde aquí quiero felicitar la labor de Preciado con este equipo que manejando un presupuesto mínimo es capaz de sobrevivir mediante un equipo valiente que nunca rifa el balón, que no da patadas y que no tiene por costumbre cerrarse atrás. Chapeau señor Preciado. Pero está claro que anoche era la noche del Atleti y el tercer gol lo resume perfectamente. Una jugada de tiralíneas trazada a toda velocidad hasta la línea de fondo en la que Ufjalusi (brutal también el estado de forma del checo) devuelve el balón a Forlán en el pase de la muerte para que el uruguayo comience la liga con doblete. Espectacular.
Y entonces fue cuando apareció el run-run en el estadio que decía que un gol más nos ponía de líderes y todos nos ilusionamos. Quique, con inteligencia, empezó a reservar hombres y tirar de fondo de armario y así pudimos ver algunos minutos de Mario Suarez y Diego Costa. Los cambios y el orgullo asturiano enfriaron el partido y parecía que el 3-0 sería el resultado final pero entonces apareció el redescubierto Simao que viniendo del banquillo salto para hacer un gran gol que ponía el cuatro en el marcador y nos llevaba a lo más alto de la tabla.
Quince días para reflexionar pero para ser felices. Quince días para ser del Atleti más que nunca. Que no se pare la fiesta.