Dr Jekyll en Mr. Hyde
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Siqueira
Getafe 0 - At. Madrid 1
Se me hace difícil entender que un jugador de fútbol tenga en la cabeza no ir hacia la portería si tiene la oportunidad de hacerlo. No correr a por el balón si todavía tiene fuerzas para ello. No poner intensidad si no hay ninguna razón para no hacerlo. Soy de los que creen que la labor del entrenador en el fútbol moderno es mucho más importante de lo que otros muchos fans de las individualidades creen, pero a veces el excesivo control del partido desde el banquillo provoca efectos secundarios que pueden llegar a paralizar al conjunto. Transformar al Dr Jekyll en Mr. Hyde. El Atleti casi tropieza en Getafe después de realizar una segunda parte ultra especulativa y mala, que tiene más delito todavía tendiendo en cuenta que viene después de realizar una de las mejores primeras partes fuera de casa que yo recuerdo en mucho tiempo. Puede que sea el cansancio (Champions el miércoles, gran exceso en los primeros 45 minutos) pero he notados ciertos tics que no me han gustado nada y que nos han podido contar un disgusto.
El partido comenzó con un ritmo trepidante y el clásico nivel de intensidad que plantean los jugadores de Simeone. En apenas cinco minutos ya vimos cuales serían las reglas del juego y que éstas estaban definidas por los rojiblancos. Parecían no estar dispuestos a ceder ni una sola de las fases del juego y a ello se pusieron. Dominando el balón, el juego, el tempo y el campo. Entrando por la izquierda, con un Siqueira algo más inspirado de lo que acostumbra y que ha tenido un par de detalles muy interesantes, y haciéndolo por la derecha con Juanfran que sigue en estado de gracia, como tocado por alguna divinidad. Koke era el mariscal del centro del campo mientras que Arda y Griezmann conectaban bien entre líneas. Excelentes minutos de los rojiblancos que jugaron muy bien al fútbol y cuyo único pero, otra vez, fue no encontrar puerta. Con muchos córners, varios balones colgados, algunos tiros desde fuera (Griezmann, Raúl García,...) pero siembre con falta de precisión a la hora de encarar la puerta. El Getafe no existía pero tuvo dos claras ocasiones que Moyá desbarató con mucha solvencia. Al final el gol llegó, como no, tras un saque de esquina botado por Koke y tras un lío en el área que aprovechó el más listo en ese ambiente: Mario Mandzukic.
Personalmente pensaba que lo que quedaba del partido sería tranquilo. El Getafe no había enseñado nada y el Atleti es un maestro a la hora de controlar partidos. Nada hacía pensar que pasaríamos los nervios que luego pasamos pero desgraciadamente hoy se le fue la mano al equipo a la hora de especular y controlar el juego. No sólo es que reculase en su posicionamiento en el campo, que también, sino que mató el ritmo, eliminó la intensidad y lo que es peor, parecía como si no quisieran ir a buscar la portería contraria. Eso metió al Getafe en el partido que aprovechando el parón y tirando de violencia. Casi si querer se adueñó del encuentro y lo hizo independientemente de la estupidez de Alexis y su deriva macarra que acabó sacándolo del campo y dejando a su equipo con 10. El getafense perdió un balón en banda, se cabreó y le soltó un codazo a Mandzukic tan evidente como estúpido. Es muy probable que los medios de comunicación tengan bastante que ver en lo que voy a decir pero mi sensación es que los equipos que se enfrentan al Atleti confunden intensidad con violencia. El equipo de Simeone es un equipo intenso, muy intenso, pero eso no se puede contrarrestar a base de patadas, codazos a destiempo y marrullería de baja estofa. Es de hecho un error que ya han cometido varios equipos. Debemos hacer especial mención en esta crónica del terror a un tal Juan Rodríguez, un jugador mediocre y sucio que se ha pasado el partido pisando por la espalda a sus rivales. Un tipo tan cerdo dentro del campo como miserable fuera de él, a la hora de justificar su acción de forma lamentable en los micrófonos de Canal +. Una de esas anomalías que salpican de vez en cuando el fútbol pero que afortunadamente nadie recordará nunca como futbolista y si como autor de lamentables sucesos.
En la feria del despropósito acabó ganando el Getafe que con más corazón que fútbol (y gracias sobre todo a esa extraña indolencia de los colchoneros que unían a su mala gestión del balón) metió al Atleti en su campo y se lo hizo pasar mal. No hubiese extrañado a nadie que los azulones hubieran conseguido al final el empate en cualquier rechace o jugada desafortunada.
Pero los tres puntos se quedan en el bolsillo de Simeone, que como bien acaba de decir en rueda de prensa, prefiere sacar pecho diciendo que su equipo ha ganado los tres partidos que ha disputado en la semana. Y tiene razón. El equipo sigue en la pomada de la liga. A dos puntos del primero. Luchando con los grandes. Partido a partido. Seguimos.