Vida y Muerte (Getafe - At. Madrid)
Decía un escritor francés conocido como Anatole France que los hombres mediocres, que no saben que hacer con su vida, suelen desear tener otra vida más, infinitamente larga. Que el proyecto de de Aguirre (diseñado y protegido al parecer por MA Gil y ese atentado a la sensatez y la profesionalidad conocido como García Pitarch) está muerto es algo que todos sabemos. Se sabía que estaba muerto muy poco tiempo después de nacer, hace dos años, cuando enseguida se vio que aquello ni tomaba cuerpo ni lo supuestos encargados de que lo tomara sabían lo que tenían que hacer. Hasta los oscurantistas periodistas parece que después de dos temporadas se atreven a enseñar ahora (tímidamente) la realidad. Alguien tendría que explicar alguna vez, por cierto, la razón de tan lamentable y sospechoso ejercicio de ocultación, más lamentable si cabe viniendo precisamente de periodistas. Aun así y después de miles de evidencias parece que ya todo el mundo es consciente del tremendo desatino que es nuestro equipo a excepción eso si de los de siempre, claro, que siguen protagonizando su particular comedia de terror.¿Y Aguirre a todo esto que hace?... Pues Aguirre dice públicamente que sigue siendo parte del proyecto y que le encantaría seguir encabezándolo la temporada que viene. Es decir, Aguirre, un hombre mediocre, pretende la nueva vida que sería una nueva temporada en la que lavar el ridículo de las dos anteriores. Sólo una decisión estúpida haría a la parroquia colchonera padecer otra temporada de pesadilla (porque sería otra temporada de pesadilla) pero desgraciadamente la cúpula directiva rojiblanca nos tiene ya más que acostumbrados a decisiones estúpidas. Eso es lo que me preocupa a mí de lo que queda de temporada, lo que va a pasar la que viene y el poco criterio en el que estará basada esa decisión.
El partido de hoy contra el Getafe ha sido simplemente otro ejemplo de porque el Atlético de Madrid es un pésimo equipo, de cómo se puede saltar a un campo de primera división con la actitud de unos cuarentones con resaca, de lo pésimamente que está entrenado esa banda de jugadores internacionales y sobre todo de cómo se puede aparentar jugar al fútbol sin disimular tan siquiera que no se tiene la más mínima intención de hacerlo.
El partido de hoy lo disputaban un equipo destrozado física y psicológicamente tras dos preciosas gestas que terminaron en desgracia por lo injusticia del destino y una colección de jugadores dirigida por un picapedrero tan espesa y pesada como el primer día que empezó la liga y que tras fracasar haciendo el ridículo en toda competición que ha jugado y jugándose lo único que les queda para maquillar una temporada de asco, pretenden hacerlo con las mismas armas que han empleado a lo largo de todo este tiempo: anti-fútbol, falta de personalidad, falta de iniciativa, falta de juego, suicidando los recursos naturales, patadas, marrullería y suerte.
El partido de hoy lo jugaban un equipo que quiere el balón y otro que no lo quiere. Un equipo que quiere jugar y otro que no. Un equipo que quiere ganar y otro que ya veremos. Un equipo que es un equipo y un “equipo” que se hace llamar equipo. Un equipo en el que sus jugadores se mueven de forma escalonada, basculando según la posición el campo del balón y distribuyendo el juego con agilidad y criterio contra un equipo que básicamente da pelotazos y generalmente encima lo hace quien menos dotado está para ello.
En ese escenario apareció un jugador del Getafe para tras una jugada trenzada (los jóvenes colchoneros sólo conocen las jugadas trenzadas por las películas o por los videos de cuando en el Vicente Calderón jugaba el Atlético de Madrid) consigue centrar completamente sólo un balón que completamente sólo remata un jugador de “Geta” a puerta. Gol. 1-0.
¿La reacción del atleti?... simple: más patadones al único recurso del atlético de Madrid en ataque y defensa: Kun Agüero. Aguirre finalmente ha conseguido anular hasta a Forlan, convirtiéndolo en otro mediocrentro inoperante. No existe un solo jugador en nuestro equipo que de un rendimiento como mínimo igual que en cualquier otro equipo donde ha jugado. Es otra de las virtudes de Aguirre: todos parecen peores jugadores con él.
En uno de esos “entrenados” pelotazos que arrancó un trozo de la capa de ozono el Kun fabricó un gol. Que el Kun está por encima de su entrenador y que es muy bueno ya lo sabemos. ¿Qué fue falta? Seguramente también.
De ahí al final del partido monólogo getafense. El Getafe parecía el Manchester United y el Atlético de Madrid el “Bar-Restaurante Los Amigos” (y pido perdón por insultar al equipo del bar-restaurante Los Amigos). Solamente la mala puntería de los Getafenses, la habilidad bajo los palos de ese tipo taciturno que cubre nuestra portería (y que para ser justos hay que reconocer que bajo palos mantiene un nivel más que digno) así como la injusta suerte que ha acompañado al señor Aguirre estos dos años (y probablemente toda su vida) han impedido que nuestro equipo volviera a perder precisamente cuando más necesitaba ganar.
El atleti está muerto. En lo deportivo es evidente. En lo extradeportivo se sospecha aunque cada vez que García Pitarch abre la boca pienso que además de muerto está empezando a oler. En lo extradeportivo se me hace muy difícil ver la salida al final del túnel pero en lo deportivo parece tan evidente que el equipo empezaría a volver a ser un equipo de fútbol el día que Aguirre no pisase la ciudad deportiva que se me hace increíble pensar que mañana volverá a dar otra de sus circenses ruedas de prensa con el escudo del atlético de Madrid.
Estamos muertos pero yo quiero vivir y como decía Charlie Chaplin: algo igual de evidente que la muerte es la vida.