Que poquito nos va a durar
Una de las cosas de las que guardo peor recuerdo de la época de acoso y derribo que la prensa tuvo contra Fernando Torres cuando el “niño” tenía la desfachatez de vestir la camiseta rojiblanca, la misma prensa por cierto que ahora lo adora como si fuese “su niño” de toda la vida, era el efecto que esa acción constante de desgasté provocó en la afición. No caló definitivamente (pero casi lo hace) la idea de que era malo, sobrevalorado, fallón, torpe, mimado, teatrero,.. (todo eso decían los plumillas que ahora elogian sus “defectos”) pero si cuajó subrepticiamente la verdad absoluta de que Fernando Torres se iría y que cuando lo hiciese sería porque el Atlético de Madrid se había quedado “pequeño”. Recuerdo como un puñal clavado en la espalda cuando tras terminar un partido cualquiera en el Calderón en el que Fernando Torres había vuelto a salirse (porque a pesar de lo que los perversos periodistas quieren inventar lo que el “niño” hace en Anfield también lo hacía hace años en el Calderón) la primera frase de mi amigo Jorge al encontrarnos en el post partido era siempre: “que poquito nos va a durar”.Desde que el fútbol es fútbol existen equipos modestos de bajo presupuesto y aspiraciones modestas que tradicionalmente se comportan como viveros de los “grandes” y son conscientes de que cuando un jugador despunta desaparece del club de inmediato. Son conscientes de ello hasta el punto de que lo asumen como una ley natural y como algo bueno para el jugador y para el club que ingresará un dinero que no tiene, es decir como parte necesaria de la viabilidad del propio club. El Atlético de Madrid nunca ha sido uno de esos equipos y no lo ha sido por una razón evidente incluso para el envenenado cerebro de los periodistas deportivos de este país. El Atleti podrá estar en manos de torpes negligentes y llevar muchos años haciendo el ridículo sobre el césped pero incluso hoy el Atleti no es un modesto al uso (tercer equipo del país en seguidores y trofeos), no es de presupuesto bajo (tercer o cuarto mayor presupuesto del país) y no tiene aspiraciones modestas (estamos jodidos por no entrar entre los mejores 8 equipos de Europa y estuvimos entre los 16 sintiendo que era nuestro sitio). Aun así parece que inconscientemente asumimos que Forlán aceptará “lógicamente” lo que le ofrezca el Manchester City (un grande de Europa como todo el mundo sabe) y mi amigo Jorge dice ahora del Kun lo mismo que decía de Fernando Torres hace años; “que poquito nos va a durar”.
¿Es culpa de la prensa, de la afición, del club, de los jugadores,…?
La prensa es una enfermedad congénita que lamentablemente tiene que sufrir el Atlético de Madrid si o si. Una especie de alopecia o diabetes genética de la que no podemos librarnos aunque viviríamos mucho más sanos y guapos si no existiese. Si no existiese esta prensa interesada y rupestre que tenemos la desgracia de sufrir me refiero. Con una prensa que hiciese honor a su profesión en lugar de ridiculizarla la cosa sería diferente. El espacio que este pseudo-periodismo cutre y amarillo ha reservado a nuestro equipo es el de una fuente inagotable de escándalos, “friqueces”, tragedias y disgustos. Existan o no. Somos por así decirlo el bufón que utilizan para el verdadero “cliente”, los aficionados a Madrid y Barça. Asumido que Sabrina Salerno enseñaba los pechos cada vez que grababa un video-clip, ¿a quién le podía interesar sus facultades vocales?. Eso es el Atlético de Madrid, una especie de Sabrina Salerno, cantante, que sólo interesa cuando se le sale un pecho. En este escenario construido por televisiones y asociaciones corruptas los grandes jugadores evidentemente sólo pueden estar en el atleti para generar polémica o para marcharse.
La afición, otrora auténtica, de gran personalidad e inconformista, abraza desde los paseos por “el infierno” ese nuevo talante que se publicita desde los tabloides y que recoge para nosotros lo peor de cada casa. Si Torres se tiene que ir aplaudimos. Si el Kun se tiene que marchar lo entendemos. Si está “confirmado” que el Atlético Yaundé se llevará a Forlán la temporada que viene lo asumimos con rigor espartano sin tan siquiera plantearnos donde coño está Yaundé. Con una afición de buenas tragaderas todo es mucho más fácil.
El club, y con El Club me refiero a las personas incapaces que hoy lo tienen secuestrado, ha quedado ya meridianamente demostrado que actualmente es el principal enemigo del Atlético de Madrid como concepto así que en esto no van a hacer un excepción. Es un tema en el que ni siquiera reparan y cuando lo hacen es para repetir alguno de los “dequelatiguillos” de nuestro simpático presidente. Todo eso de que el atleti es un club “comprador” pero siempre matizado con la guinda de que “los jugadores juegan donde ellos quieren”. Le bastaría a cerezo (o al que mueve los hilos) leerse la historia del club para comprobar que la mayoría de grandes figuras de este equipo lo han sido fundamentalmente en este club. Es decir, que los mejores momentos de su carrera los ha pasado en el Atleti. Es decir, que debían querer jugar aquí. Habría que plantearle también al afamado productor y al inédito veterinario sin son capaces de describirnos cuales son las razones por las que los jugadores no quieren jugar en el atleti.
Aun así, y aunque me duela decirlo, este tipo de jugadores que sueñan con el vecino dejando ensuciar su propia casa no valen para mi equipo. Para mi equipo sólo valen jugadores convencidos de que son capaces de hacer cosas grandes (con la acepción más amplia del término) en el sitio donde están y gracias a su esfuerzo. Si el Kun (aconsejado por algún politoxicómano o no) está convencido de que aquí está perdiendo el tiempo no debería tan siquiera salir a jugar el domingo. Lo mismo digo para el resto de lumbreras que se pasean con mi escudo al pecho se llamen como se llamen. Si Agüero se va en junio diciendo que ama al atleti pero que con esta estructura, estos entrenadores y este presidente es imposible hacer nada entenderé su opción pero si se va “amando” al atleti “para siempre” pero como única solución para “crecer” y abrazado del presidente pensaré que es un mentiroso. Puede que profesional pero mentiroso. Sería además el segundo caso en tres años. No me gusta señalar pero Gerard lleva toda la vida en el Liverpool (rechazando suculentas ofertas) y el Liverpool hace más años que el Atlético de Madrid que no gana la liga.
Si vamos a fichar presuntas estrellas que vienen a un equipo trampolín para sus carreras es preferible, desde mi punto de vista, que no vengan porque dan más tormento que beneficio. A lo mejor somos nosotros los que estamos perdiendo el tiempo con ellos.
“No hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de interesarse.” (G. K. Chesterton)