No queda otra
Etiquetas:
Liga 2013/2014,
Málaga,
Raúl García,
Villa
At. Madrid 1 - Málaga 1
El sol estaba a
punto de esconderse por detrás de las gradas. Los últimos rayos se colaban a
duras penas por la parte superior del graderío cuando Sosa colocaba la pelota
para lanzar la falta. Faltaban cinco minutos para terminar el partido. Marcar
significaba ganar la liga. La pelota pasó rozando el poste derecho de la
portería malacitana mientras una parte de los aficionados, víctimas del efecto
óptico, cantaban agónicamente gol. Yo no tenía fuerzas para hacerlo. Ni
siquiera para levantarme del asiento. Estaba agotado. Roto. Muerto. Igual de agotado
que estaba segundos después, cuando Adrián culminaba su gran jugada lanzando una
pelota a la escuadra que el “bueno” de Willy Caballero interceptaba a mano
cambiada, haciendo la parada de su vida. No fui capaz tampoco de levantarme de
mi asiento, ni de chillar, ni de mesarme los cabellos como hacía la gente a mi
alrededor. No me quedaban fuerzas. Notaba sobre mis hombros el peso de una
campaña espectacular y magnífica pero exigente hasta decir basta. Me imaginé
entonces como deberían sentirse esos jugadores que además tienen que estar
corriendo sobre el césped. Llevamos 8 meses jugándonos la vida cada 3 días y eso tiene que pasar
factura en los músculos y en las vísceras. En las piernas y en la cabeza. En el
alma y en el corazón. Pero es absurdo mirar atrás en este momento. No nos han
enseñado a vivir de recuerdos. Somos el Atleti. Ya no existe el ayer y sólo
queda el mañana. Faltan dos finales en las que hay que dejar lo mucho o poco
que nos falte. No queda otra.
En lo deportivo
el partido fue una especie de borrón. Un encuentro con las mismas hechuras de
los últimos partidos de Atleti. Malos. Muy malos, de hecho, pero con el añadido
de la tensión y la presión del momento. El Málaga apagó enseguida la euforia de
la grada a base de pausar el tempo y ralentizar el juego. El Atleti se dejó llevar
y la grada con ellos. Demasiado nervio flotando. Villa pudo cambiar el curso de
la historia llegando solo a la portería para abrir el marcador pero su disparo,
otra vez, se estrelló en el larguero. A partir de ahí el equipo desapareció. El
Málaga se encerró atrás sin demasiado esfuerzo y el Atleti se perdió dando
pelotazos en vertical, a diestro y siniestro. Creo que Simeone se equivocó alineando
a Villa y Raúl García juntos. Hizo que jugásemos sin delanteros. El equipo
puede sobrellevar tener a uno de los dos en el campo pero los dos a la vez me
parece demasiada ventaja para el rival. Villa no está. Nunca ha estado, de
hecho. Trabaja, corre, da lo que tiene y está comprometido con el equipo pero
no se ha ido de nadie en toda la temporada. No es un jugador que marque la
diferencia. Ya no. Raúl García es uno de los mejores rematadores de la liga
pero no es delantero y su capacidad de combinación con los pies es muy escasa,
lo que obliga a que el equipo juegue siempre en vertical, por alto
generalmente, saltándose la línea de creación. Con Costa es muy aprovechable
para segundas jugadas. Con Villa no lo es, porque no hay segundas jugadas. Pero
sería absurdo e injusto buscar culpables. No tengo un solo pero a ni uno solo de los jugadores del actual Atlético de Madrid. Más allá de críticas puntuales, estoy a
muerte con todos y cada uno de ellos.
La primera parte
pasó sin pena ni gloria y así siguió la segunda, aderezada además con cambios
en el Atleti que jamás entenderé. Quitar a Koke y Arda debería estar prohibido.
Igual que debería estar prohibido tener a Diego en el banquillo, pero es lo que
tenemos. Mediado el segundo tiempo apareció un fallo en cadena del frente belga
del equipo, Alderweirdeld y Courtois, que provocó el drama en el Calderón. El
Málaga se adelantaba en el Calderón. Se escapaba la liga. Simone reclamó al
calor de una grada que estaba muerta y esta respondió con tibieza. La misma tibieza
que mostró el equipo en la reacción, aupándose mucho más en el corazón que en el
juego. Pero llegó el empate. A balón parado, por supuesto, con remate de cabeza
del mismo central belga de nombre impronunciable que la había pifiado poco
antes. Faltaban 20 minutos y un más gol nos daba la liga (porque Barça y Elche
no parecían muy dispuestos a meterse gol en Alicante) pero no ocurrió así. El
guión era perfecto y todo el mundo lo conocía pero nadie fue capaz de
interpretarlo. Empate a 1-1.
A jugarse la liga
dentro de 6 días en Barcelona. Y a ganarla, qué coño. No queda otra.
7 comments
No queda otra, D. Ennio, no queda otra.
Ciértamente es una temporada de exigéncia máxima. Se ha jugado todo lo jugable, salvo la final de Copa, y todo al máximo nivel. Ni un ápice de relajación. Desde luego se han ganado unas vacaciones y también el sueldo.
En su mano está el hacer historia. Dos partidos para los dos máximos títulos. En serio, quién pudiese estar ahí.
Pero la inmensa suerte que tenemos este año es que, como aficionados, tenemos la oportunidad de vivir el final de los dos campeonatos con la posibilidad de ganarlos. Nadie puede,hoy, decir eso. Tenemos la suerte de ser del Atlético de Madrid.
Ánimo.
Buenos dias.
Cabreados y enfadados, asi salimos del estadio. Unos más que otros.
Personalmente, no estaba muy enfurecido. Al igual que usted quizás si agotado.
Dos partidos para la gloria, por eso creo en este equipo. Le gusta andar sobre el alambre y ademas sin red. Equipo canchero como diría el cholo.
Menudas dos semanas nos esperan señores.
Saludos.
Siempre estoy deacuerdo con usted,pero esta vez creo que no podemos pasar por alto el arbitraje que nos hicieron dejando al Málaga dar palos a diestro y siniestro y perder tiempo desde el pitido inicial casi sin consecuencias para rival , no podemos consentir que jugando nos la liga nos pite un Texeira de estos en casa , no se respeta al atletico
Me gustaría felicitar le por sus crónicas descomunales ,ojalá existieran mas como usted que dicelas cosas por su nombre
CAMPEONES !!!
Ennio...por Dios¡¡¡¡¡
jesus
Ennio...por Dios¡¡¡¡¡
jesus
Publicar un comentario