Helen Keller
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Torres
Helen Keller fue una mujer nacida en Alabama a finales del siglo XIX que con un año de edad se quedó ciega y sorda. Con unas cartas tan malas, fue sin embargo capaz de convertirse en la primera persona ciega y sorda que obtuvo un título universitario en los Estados Unidos, erigirse en una importante pensadora y activista política de su época o escribir más de una docena de libros, uno de los cuales ("La Historia de mi Vida") es hoy de lectura obligada en las escuela de Estados Unidos.
Ayer, pocos minutos después del soberbio gol de Fernando Torres, cuando todavía estaba reposando el complicado empate que el equipo sacó del Ciutat de Valencia, me acordé de Helen Keller. Y no lo hice por el afán de superación de un equipo que se sabe agotado, por remontar por dos veces un partido que se complicó mucho o por esa capacidad, construida a base de orgullo, que el hijo pródigo se sacó de la chistera para, otra vez, rescatar al equipo de sus amores de un momento complicado. No, me acordé por todo lo contrario. Por esa parte de la afición que al minuto de acabar el partido tiraba ya de lecturas fáciles, de eslóganes de chiringuito y de pesimismo preventivo. Invocando precisamente a Helen Keller, segué a la conclusión de que o ellos o yo nos hemos equivocado de equipo.
Durante años he peleado contra ese estereotipo tóxico que el Ministerio del Gran Hermano trata de inocular al mundo "libre" y que dice que los colchoneros somos perdedores, pesimistas y taciturnos. Nada más lejos de la realidad. O eso al menos es lo que yo creo. Los rojiblancos somos ganadores natos (basta mirar nuestras vitrinas) y nos molesta mucho perder. Pero eso no significa que, como ocurre en otros equipos, no ganar sea un escenario intolerable, casi de ficción, del que tengamos que huir o cubrir con hipocresía y odio. Eso no significa que no seamos capaces de reconocer el esfuerzo y la justicia. Tampoco que nuestro vínculo emocional con el equipo esté exclusivamente cosido por el resultado. Y somos además optimistas y soñadores porque si hemos elegido el lado difícil de la vida, el real, es para demostrarnos precisamente eso, que se puede. Con alegría. Con las cartas que se tengan. Haciendo más que los demás si fuera necesario.
Hellen Keller dijo una vez que ningún pesimista ha descubierto nunca el secreto de las estrellas, o navegado hacia una tierra sin descubrir, o abierto una nueva esperanza en el corazón humano. Tiene razón. Por eso no puedo entender que todos esos cenizos que, encaramados a un avatar de rayas rojiblancas, derraman en las redes sociales odio estandarizado, digan ser, sentir y entender el Atleti. Un equipo que, tal y como yo lo entiendo, no tiene sentido con pesimistas cabalgando en su grupa.
Pero no nos confundamos. La crítica es lícita y cerrar los ojos a la realidad es de necios. No estamos hablando de eso. Estamos hablando de no tirar la piedra y esconder la mano. De no bajarnos del tren cuando derrapa y subirnos cuando es el más rápido. De hablar en términos de “hemos ganado” y “han perdido”. De no apostar a perdedor para luego ganar siempre, bien sea diciendo “ya te lo dije”, si se cumple la profecía, o siendo el más colchonero cuando no se cumple.
El Atleti está mal. Jugando con la reserva física y con un estado anímico cansado. Exhausto, diría yo. No tiene suerte (¿cuánto hacía que no le metían dos goles al Atleti?) ni duende (si metemos cualquiera de las que se tuvieron en la primera parte el partido se acaba). Jugamos sin delantero centro (lo de Mandzukic es un drama humano y estoy con Simeone en que Torres funciona mejor con el equipo contrario cansado), el medio centro lleva varios partidos notando los años y nuestros creativos no están precisamente en su mejor forma. Pero es lo que hay y quedan dos partidos. ¿Qué sentido tiene ahora abrir facturas, amplificar los reproches, sacar pecho con el maniqueo “ya te dije” o caer en la tentación de seguirles la trampa al repugnante rodillo mediático que, con artes de filibustero, insisten en querer condicionar nuestro partido contra el Barça? No tiene ningún sentido. Sé que los jugadores, mucho o poco, pondrán todo lo que tienen. Sería absurdo dudar también de esos a estas alturas. Sería también absurdo que yo no hiciese lo mismo.
Hellen Keller decía que uno no puede hacer todo, pero que aun así puede hacer algo. Que precisamente porque uno no puede hacerlo todo, no tiene sentido renunciar a lo que sí puede hacer. Me quedo con ello.
5 comments
Buenas líneas. Coincido en lo esencial.
Pero también creo que somos bastante ventajistas. Muchos partidos como el del domingo los hemos ganado fácil y la opinión sobre los nuestros ha sido otra más positiva. Yo creo que les está costando definir las jugadas y en algunos casos falta suerte. Pero la primera parte de ayer fue de las mejores fuera del Calderón, pero cometimos errores en defensa que nos fueron hundiendo. No creo que sea solo el físico. También se nos da mal el campo y rival. El delantero centro lleva desde febrero sin meter y eso se nota. El único que viene marcando regularmente no apareció por allí y, como dices, tuvo que volver a aparecer "Salvador" Torres. El Atleti es uno de los equipos más físicos y eso se va notando al final de los campeonatos. Es normal. Sobre todo cuando la medular está como está. No solo Gabi y Tiago, también Koke no anda fino.
Pero creo que si ayer el equipo hubiera ganado 2-3, que habría sido merecidísimo, se hablaría de otra cosa muy diferente.
Yo desde luego vi que lo dieron todo en el campo y eso me sigue entusiasmando. No siempre se puede ganar, pero el carácter de este equipo es ganador. Ahora a por el FCB en nuestro templo y asegurar la P3.
Yo tampoco dudo de este equipo.
Saludos.
Este post es de aplaudirle.
Alfon
Ayer dos errores defensivos nos penalizaron demasiado,y pese a las buenas intenciones por jugar bien se nota que están al realentí (físico,mental o ambos). Pero también es cierto,y es algo que agradecí mucho,que tras el segundo empate en vez de recular y especular se fueron a por el partido,y a mí esos minutos me hicieron empezar la semana con otra sensación pese a que no se pudo ganar.
"Joé" qué bueno macho. Sublime.
Y además, con lección. Me apunto el nombre de Hellen Keller.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Un abrazo,
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