El año nuevo
“Así que esto es el año nuevo pero yo no siento ninguna diferencia”Durante los últimos día del año, tras la engañosa victoria frente al Español y aupado por la etílica alegría de alguno de esos señores que dicen ser periodista y dicen ser de nuestro equipo, se había instalado en el subconsciente colectivo colchonero una especie de optimismo enardecido del que personalmente no fui partícipe en ningún momento. Desde hace muchos meses he llegado a la conclusión de que el actual proyecto deportivo está enfermo y de que es incapaz de crecer. Podrán venir resultados esporádicos, pequeñas victorias sonadas, pequeñas rachas de luz y probablemente la consecución de algún que otro estúpido objetivo que vale para poco pero la realidad es la que es. El Atlético de Madrid es un equipo mal entrenado, sin personalidad, sin esquema deportivo, cobarde y que cada vez que tiene que elegir entre dar un paso al frente o recular elige recular. Un equipo que cada que vez que juega contra un equipo que pretende también estar en lo alto de la tabla pierde y además pierde haciendo el ridículo. Barcelona, R. Madrid, Sevilla y ahora Valencia. El Villarreal empató pero el ridículo fue equiparable.
Al igual que cada vez que jugamos contra un equipo grande, de esos que juega la que se supone que es nuestra liga, el Atleti de Aguirre ha vuelto a mostrar la verdadera dimensión de lo que es este equipo: un colectivo de personalidades apagadas, apáticas, conservadoras, sin empatía, con recursos individuales pero sin recursos de equipo que generalmente juega (o lo que quiera que haga) a merced del contrario pero especialmente lo hace contra este tipo de equipos. Durante los primeros cinco minutos de partido ya se han podido ver como un motivado equipo valenciano quería el balón el partido y un apático equipo madrileño no quería nada. Supongo que estar en la tercera posición de la liga y poderte acostar estando en segunda posición como principal amenaza del líder de la liga no es una motivación suficiente ni para Aguirre ni para sus jugadores.
“Así que esto es el año nuevo pero yo no veo ninguna resolución. Es una penitencia auto impuesta para soportar problemas que tienen fácil solución”
Es aburridísimo hablar del juego del atleti (casi tanto como verlo) pero ahí va una vez más: el Valencia se hizo dueño del balón, del ritmo y del campo mientras el Atlético de Madrid se parapetaba en su área desplegando su tradicional 8-2 (ocho defensas y dos buscavidas) como forma de afrontar un partido de liga frente a un rival directo. El Valencia se agarró a la fe y las ganas mientras el atleti se agarraba a la especulación. El Valencia, sin un juego deslumbrante, decidió apelar por repartir el balón con criterio hacia delante mientras el Atlético de Madrid apostaba (como casi siempre) por la ruleta rusa del patadón. De esta triste manera se sucedieron un gol anulado injustamente al Valencia cuando Heitinga decidió caerse en la frontal del área sin que nadie le tocase, otro gol anulado justamente al Valencia por fuera de juego milimétrico, un penalty no pitado al equipo che de forma injusta (aunque es de esos penalties que tampoco nos pitan a nosotros) y un penalty injusto (piscinazo) sancionado a favor de los levantinos y que supuso el primer gol en el marcador. ¿Y el Atléti?... bien, gracias.
La incapacidad de reacción del Atlético de Madrid de Aguirre es ya mítica a estas alturas y lo de hoy no ha hecho más que corroborarlo. Es más, en el día de hoy no ha existido ni siquiera un ligero atisbo de reacción. El Valencia seguía siendo el dueño de los puntos claves de esto del fútbol y el atleti seguía siendo el fiel reflejo de su banquillo: nada. Una jugada de Joaquín por la derecha que acaba en remate lamiendo el poste y el enésimo robo en la medular de los blancos que acaba en los pies de Silva para que suba el segundo gol al marcador. ¿Y el Atléti?... bien, gracias.
Pero este atleti tiene suerte y en una prodigiosa jugada de Simao por la izquierda (en una de las pocas veces que por casualidad le había llegado el balón al luso) Baraja decidió arrollar al Kun dentro del área sin razón aparente lo que sirvió para que Forlán transformara el penalty y que el marcador reflejase al descanso el esperanzador e injusto resultado de 2-1
“Así que todo el mundo se pone su mejor traje o vestido. Hagamos creer que estamos sanos por esta vez (...) como 30 discursos distintos confluyendo en uno mismo”.
Y el caso es que el Atleti salió en la segunda parte pareciendo un verdadero equipo de fútbol y no sólo eso sino un equipo que quiere ganar el partido lo que desgraciadamente no se trata de algo evidente desde que tenemos el tipo que tenemos en el banquillo, aunque desgraciadamente el espejismo duró poco. Una genial jugada personal de Silva acabó en un zurdazo brutal desde fuera del área imposible de atajar para Leo Franco que ponía un contundente e insalvable (especialmente a base de pelotazos) 3-1 en el marcador. Cosas como un gol de Silva son imposibles de prever o de parar en esto del fútbol y por tanto hay que contar con ellas. Con lo que no se puede contar es con un equipo que tira al retrete la primera parte de un partido en el que se juega como mínimo decidir en que tramo de la clasificación pretende jugar. En el mismo momento que el balón entraba en las mallas los atléticos sabíamos que el partido estaba perdido pero que se había perdido en la primera parte y que se había perdido por cobardía, que es la peor manera en la que se puede perder. A partir de ese momento hasta el final del partido lo que vimos fue una soporífera sucesión de faltas sin sentido, malos modos y la incapacidad técnica y anímica de un equipo como el colchonero que plagado de estrellas es incapaz de jugar como equipo. Eso si, seguro que Aguirre sigue cumpliendo sus benditos objetivos. Siempre hay una forma de disfrazar de positivas las cosas que son negativas especialmente para la gente que quiere creer.
Es fácil hacer leña del árbol caído desde luego pero en contra de lo que algún estúpido piensa ese no es mi caso. Mi discurso respecto a la dirección técnica del Atlético de Madrid ha sido el mismo durante los últimos dos años, ganando y perdiendo y aquí está este mismo blog para corroborarlo. No ha cambiado un ápice en mi forma de explicar lo que veo en el mismo grado en el que que no ha cambiado un ápice el discurso de nuestro penoso entrenador. Como dicen con cierta sorna los anglosajones: “different year, same shit”, es decir distinto año, la misma mierda.
"The new year" (Gibrard/Harmer/McGerr/Walla)
Death Cab For Cutie -Transatlanticism (Houston Party/2003)
5 comments
Leyendote no puedo mas que ,desgraciadamente, estar de acuerdo contigo.
Me siento muchas veces asi viendo los partidos.
Una nueva muestra de lo que es capaz de hacer ( o deshacer mejor) aguirre.
Salud, y llega el barsa..
Alfonso.
Desgraciadamente la misma mierda sigue, ni días de descanso, ni Navidades ni gaitas, este proyecto no es que este enfermo, está muerto.
Lo que no puedo soportaer de este tipejo que tenemos como entrenador es lo cobarde que puede llegar a ser, deja en el banquillo a Maniche y Maxi para descansar despues de varias días de vacaciones y sin partidos. ¿para reservarlos para el Barcelona? Se pierde en liga pero no pasa nada porque nuestro "objetivo" no es ganar la liga, sino quedar en puestos europeos, tampoco ganar la copa del rey, simplemente el objetivo es hacer un buen papel, y el barsa es un equipo muy complicado y ....
Este tio me pone de los nervios
Un saludo
la misma historia de Caguirre y compañía. Ves el partido y sabes que el equipo va a perder. Salen con miedo y sin ambición. Y ahora el Barcelona en la Copa.... Al menos, la esperanza es lo último que se pierde.
un abrazo.
Alfonso, gracias por tu comentario. A mi lo que de verdad me entristece es el que tú y yo seamos minoría y que el colchonerismo masivo siga flotando en esa especie de campaña por justificar lo injustificable donde al final la culpa de todo debo tenerla yo.
Igor, es así como lo dices. Aguirre lo único que sabe preparar bien son sus ruedas de prensa y probablemente esas gilipolleces que hace con rotaciones absurdas que nadie entienda tengan más que ver con buscar la enésima justificación que con otra cosa. Contra el Barça haremos lo mismo, salir a esperar con miedo y sin ritmo en nuestra área y para eso te da igual que en el campo esté Maxi o Bertín Osborne. Será otra ruleta rusa o el enésimo suicidio gratuito.
Fernando, yo la esperanza ya la he perdido hace tiempo. Aunque ganemos al Barça mi esperanza se quedará donde está porque sé que sería pan para hoy hambre para mañana. Con un espíritu tan mediocre y una preparación tan sumamente lamentable es imposible hacer nada más que no sea escuchar con estupor las estupideces del charlatán que tenemos de entrenador.
Un abrazo a todos.
Después del Espanyol, yo llegué a creer que era posible algo más, me dejé llevar por la euforia pero también porque en esta liga con muy poco sumas mucho. No me pareció el Valencia, ni mucho menos, un buen equipo pero sí un equipo que quería ganar el partido cosa que costaba creer viendo al Atleti.
Con estos mismos jugadores y un poco de criterio, el mismo que el del Valencia o el Sevilla, no tendríamos problemas para estar arriba, dar alegrías y aspirar a algo pero Aguirre es como un freno de mano. Además está el tema del ninguneo a De las Cuevas y Camacho, así será difícil buscar jugadores dispuestos a crecer en el club. Un abrazo.
Publicar un comentario