Sin sorpresas
“Un corazón que está tan lleno como un vertedero. Un trabajo que lentamente te mata.. contusiones que no se curarán. Pareces tan cansado”Para hablar del bochornoso partido de esta fría tarde en el Calderón entiendo que habría que remontarse al momento en el que nuestra incomprendida directiva (incomprendida porque no hay Dios que la comprenda) decidió renovar un proyecto deportivo, que ya era un proyecto muerto entonces, hace dos años para volver a hacerlo el pasado verano. El mundo del fútbol profesional parece que se ha transformado en una especie de agresivo gabinete de publicidad donde las historias empiezan y acaban en un cuarto de hora y en ese mismo tiempo aparecen dioses y villanos. En ese caldo de cultivo ganar un partido, sea como sea, hace que se olvide el pasado y el futuro y que todo empiece cada lunes. En ese caldo de cultivo es fácil que se olvide el como y el por que, es fácil que la masa interprete la vida a través de un frío resultado mientras que se tiende a explicar todo en base a reglas mnemotécnicas muy sencillas. De ese caldo de cultivo ha vivido este atlético de madrid mediocre que no hace feliz a nadie, deprime a mucha gente y que como mucho deja indiferente al resto. El Atlético de Madrid lleva demasiado tiempo siendo una mentira dirigida en la sombra por un tipo que no da la cara, “diseñada” por supuestos profesionales que no han entendido nada, ejecutada por un entrenador que reserva toda su inteligencia (y es mucha) exclusivamente para las ruedas de prensa y protagonizada por un puñado de jugadores entre los que se puede encontrar desde genios del balón hasta personajes en franca decadencia que en ningún momento han sido un equipo y que es muy difícil creer que puedan sentir un mínimo de empatía por la camiseta que se supone que sudan. El partido de hoy no ha hecho más que volver a enseñarnos, como ha ocurrido otras tantas veces, la mentira que otros intentan ocultar con sombras chinescas pero al menos hoy parece que hay más gente que se ha dado cuenta.
“Llevaré una vida tranquila, un apretón de manos, algo de monóxido de carbono. Sin alarmas y sin sorpresas...silencio”
Tras los humillantes traspiés en Valencia y contra el Barça el partido de hoy era emotivamente complicado. Todos sabíamos que el ambiente estaría espeso y a la espera hostil de lo que pudiera hacer el equipo. Era uno de esos partidos que se necesita personalidad y oficio para estar en el campo y supongo que por eso el genial mexicano decidió poner a Dominguez y Camacho en el campo dándoles el marrón de su vida a un par de canteranos maltratados, cosa que además ya hizo el año pasado con Camacho frente al Barça en el peor momento de la liga y en otro alarde de valentía mejicana. Una canallada de alguien muy pero que muy perdido. Por lo demás el partido de hoy ha sido un calco de tantos y tantos otros que llevamos sufriendo en el Calderón con el redicho mexicano bebiendo agua en el banquillo. El equipo salió viendo a ver que pasaba por allí mientras el equipo contrario, el Athletic de Caparrós, había estudiado el partido y sabía lo que tenía que hacer. Aun así la cosa no pintaba todavía demasiado mal en los primeros minutos. El Bilbao plantaba la malla de araña típica de los equipos de Caparrón, presionaba la salida de balón de los colchoneros (cosa que desde hace tres años hacen todos los equipos que juegan contra nosotros porque saben que siempre lo hacemos igual de mal) mientras nosotros nos limitábamos al característico pelotazo. Lo de siempre. Así llegaba algún córner, algún remate alocado de Maniche y demás pedrea futbolística. En una de esas jugadas que ni fu ni fa, Antonio López enganchó un derechazo desde su banda que dio en un defensa bilbaino con la suerte de que el balón se metía en la portería. 1-0, la grada más contenta y el ambiente más relajado parecía que podría servir para mejorar el tema pero el atleti de Aguirre es coherente con su estupidez. Como todas las veces que va por delante del marcador se dedicó a colocar sus jugadores en la frontal del área, a perder tiempo, a especular con el juego, a olvidarse del balón, a dejarse dominar y a verlas venir. Como tantas y tantas veces el equipo contrario se vino arriba, empezó a aparecer por la inmediaciones del área y como suele ocurrir en estos casos metió un gol poco antes del descanso metiéndose de lleno en el partido. El gol podría haber llegado de cualquier manera pero lo hizo con un disparo desde la provincia de Toledo que Leo Franco no vio.
“Este es mi último ataque, mi último dolor de barriga, sin alarmas y sin sorpresas...”
En el descanso Aguirre quitó Seitaridis y metió a Pernía que es como salir de Guatemala para ir a Guatepeor. El problema es que Antonio López, hasta entonces haciendo un partido digno, pasaba a la banda derecha. Llevamos tres años sin lateral derecho pero por la plantilla han pasado ocho centrales y seiscientos mediocentros defensivos. Recuerden que hay gente que vive de diseñar nuestra plantilla. Aunque da igual porque la segunda parte fue una alegoría de lo que es el discurso institucional de este equipo: una broma. Los bilbainos se creyeron que podían ganar el partido (lógico) y sin perder la compostura defensiva adelantaron mínimamente las líneas, lo suficiente como para que el atleti se perdiese en su espesura tradicional con el balón. Sin saber que hacer con el, con el equipo descolocado, parado, ansioso y sin ritmo, Ufjalusi, la persona designada por nuestro entrenador para crear el juego atlético, tuvo el error nuestro de cada día regalando un balón a Llorente para que este lo colocara dentro de nuestra portería. El error es garrafal pero es lamentable que el juego de un equipo de primera división que dice aspirar a algo tenga que salir SIEMPRE de los centrales, estando los centrocampistas SIEMPRE a 30 metros de distancia. A partir de ahí el caos más absoluto. Lo de siempre pero amplificado por los nervios, los pitos y la impotencia. Aparecieron las patadas , las tarjetas que se mezclaban con los patadones y los errores. También apareció la mano de Aguirre cuando en otro alarde de talento decide quitar a Dominguez (central) para situar al Banega (centrocampista) lo cual se podría entender como un cambio valiente si no fuese porque puso a Camacho (centrocampista) a jugar de central. Muchachada Nui, vamos. El Athletic de Bilbao parecía el Barça y el Atlético de Madrid el equipo en el que yo juego los domingos y así entre un ambiente raro, nada de fútbol y los gritos de “Aguirre vete ya” llegó el tercero de los vascos (aunque antes ya había llegado otro que el árbitro anuló por dudoso fuera de juego). Antonio López no cierra su banda, ningún central sale a hacer la ayuda y el balón llega franco al área para que Llorente la empuje de nuevo a la red.
De ahí al final más juego sucio, una incomprensible patada de karate de Maniche que lo expulsó del campo, los jugadores atléticos haciendo la guerra cada uno por su cuenta, algún pito desde la grada mientras el Frente Atlético cantaban jubilosos como si en el césped fuese todo miel y ambrosía, la disciplina táctica del Bilbao que desbarataba cualquier atisbo de reacción, frío, espesura, gente que se marchaba indignada del campo y mucha vergüenza entre los que quedábamos. Forlán redujo distancias en una desesperada jugada de Agüero pero el partido estaba muerto. Segundos antes de que al árbitro pitase el final la grada, por fin, empezó a cantar esta vez si un unánime “Aguirre vete ya” pero en cuanto sonó el silbato del colegiado el himno del atleti apareció más atronador que nunca para apagarlo todo.
Otro capítulo lamentable de un lamentable culebrón que ya dura demasiado. ¿Ustedes creen que servirá para que cambie algo?... ingenuos. Ansioso estoy por escuchar las excusas de nuestros dirigentes.
"No surprises" (Greenwood/Greenwood/O’Brien)
Radiohead - OK Computer (Capitol/1997)
4 comments
Lo mejor es escuchar a Cerezo decir que es “injusto” pedir la cabeza de Aguirre…
Tiene razón, es la suya la que deberían reclamar.
De todos modos, una vez más, y debe ser porque yo soy tonto, no dejo de sorprenderme por la derrota de mi equipo. Una vez más, se encierran con el 1-0 y, sobre todo, dan importantes muestras de apatía, de desidia, de desinterés, de displicencia.
Hasta Agüero y Forlán parecen cansados y aburridos.
Y lo peor es que uno no lo entiende viendo partidos precedentes, sacados adelante a base de garra (como en Montjuic) o de talento (como en Gijón).
En los últimos partidos no hay de lo uno ni de lo otro.
Un saludo
PD: Si algo cambia será la cabeza de Aguirre. Para que cambie lo demás, muchas, muchas derrotas más debe haber.
Sorpresa ninguna, y es eso lo desgraciadamente triste y vergonzoso. El mismo planteamiento y la misma mierda de partido de siempre, pero ¡oh, casualidad!, ayer se perdió. La crónica del partido se reduce y resume como dantesco, lo normal, lo de siempre.
Creo que la única novedad es la actitud de algunos jugadores, los que se reafirman en el pasotismo insultante y los que están cansados y aburridos de no jugar a nada y quieren ganar con machadas y jugadas o tiros individuales, por completo imposibles (Maxi cogiendo la pelota en su porteria y llegando hasta la contraria, Agüero regatendo a medio equipo, Ufjalusi de extremo o Forlán tirando desde su casa).No es que estén cansados, es que están hasta los mismísimos de su entrenador.
Ennio, dudo que el equipo donde juegas cada domingo sea tan horroroso y aburrido como este, nuestro querido atleti, y seguro que ganéis o perdáis, juagáis a algo (aunque sólo sea para pasarlo bien. Un saludo
Tienes razón Jose I. es así. Aguirre es la punta del iceberg pero la responsabilidad es compartida y Aguirre sólo es una parte podrida de un proyecto deportivo mal parido, mal hecho y peor alimentado.
Igor, te aseguro que mi equipo de los domingos tiene momentos que recuerda al pero Aguirre…ja, ja, ja pero en nuestra descarga hay que decir que tenemos que recurrir a los recursos poco técnicos porque no tenemos otra cosa.
Un abrazo a los dos,
Pues yo al equipo lo veo muerto, tocado y hundido en la línea de flotación, de verdad, y ya verás mañana el Barça, allí que voy con una pancarta y todo a ver si salgo en la tele. Sinceramente, este Atleti no sé si tiene capacidad para levantar cabeza porque aquí no queda nadie implicado y yo creo que ya no hay un sólo jugador que confie en Aguirre. Además no vienen partidos fáciles: Almería y Málaga fuera creo, difícil ganar. La suerte para ellos es que no vuelven al Calderón hasta la jornada 20. Un abrazo.
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