Mediocridad y emociones
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Queramos o no admitirlo (en mi caso no tengo ningún problema al respecto) el fútbol es fundamentalmente una cuestión de emoción y emociones. A veces intelectualizar demasiado las cosas nos hace perder la verdadera esencia de lo que estamos intentando deglutir y eso probablemente no es algo bueno en ningún caso pero menos cuando se trata de entretenimiento. Personalmente me asusta que llegue el día en el que no sea capaz de alegrarme por una victoria injusta el Atleti o de saltar y chillar hasta quedarme ronco por ganar un partido en el último minuto, sea justo o no. Gracias a Dios, cuando el último año de la década da sus primeros pasitos, he comprobado que ese fatídico día todavía no ha llegado. Y es que ayer reconozco que yo fui uno de esos valientes que estaban en el estadio pasando frío y calamidades y que saltó de su asiento con el gol saliendo de la garganta en el momento en el que el bueno de Antonio López se tiraba con el alma en el último suspiro del partido para derrotar al Sevilla. La alegría fue explosiva y energética pero reconozco también que a mi no me duró tanto como a muchos de mis compañeros de grada que parecían estar celebrando el título de liga cuando la realidad es lamentablemente bastante más triste como habíamos acabábamos de comprobar pasando 90 minutos de estupor y tristeza hasta ese magnífico gol.
El Atleti de Quique es un triste remiendo construido con remiendos que hace de la tristeza su bandera, de la cobardía su razón de ser y del discurso perdedor su paradójica tabla de salvación. Lo que anteriormente podría parecer una casualidad esta vez se terminó de confirmar cuando por enésima vez el equipo salió contenido, agarrotado, reservón, pediente del contrario e ignorando por completo el balón sin importar para nada si se está jugando delante de su afición o no. Así el equipo salió a encerrarse en su campo, dando todo al rival y esperando el milagro pero afortunadamente la versión que ayer vimos del Sevilla es la peor versión de la última década probablemente. Un equipo que por mucho recelo que levante entre la grada atlética (especialmente su desagradable presidente vocazas) es un equipo al que habría que tener envidia y admiración si nos ceñimos a la forma en la que está siendo gestionado por ese señor tan desagradable. El único error que para mi comete el Sevilla es apostar por una forma de entender el fútbol tan ramplona, simple y cobarde como la del señor que en el campo dirige en la actualidad al equipo. Una apuesta que se basa en el músculo destructor, el rigor táctico a la hora de defender y el error del rival como arma fundamental. Propuesta verdaderamente triste para un equipo que tiene mucho más. Pero así son las cosas y como casi todos los equipos de este tipo el Sevilla salió a marcar un gol prontito con el que poder echarse descaradamente atrás y así jugar ese fútbol rácano que tanto gusta a su entrenador. Afortunadamente ayer no lo consiguió gracias más que a la defensa colchonera a que este Sevilla sin su pareja titular de delanteros es un equipo bastante mediocre gracias a su entrenador.
Lo malo es que el Atleti de Quique hace la misma apuesta que el Sevilla pero con menos criterio, menos talento, menos jugadores, menos capacidad táctica y menos espíritu. Es como cuando Aguirre pretendía jugar al pelotazo contra el Bolton, el rey del pelotazo. Las lecturas de la alineación colchonera de ayer son claras: la primera es que el medio centro del campo es una mierda. Siento la contundencia pero es que no se me ocurre otra palabra que refleje mejor el medio centro que tenemos. Asunçao es un jugador bastante potable como stopper defensivo pero el resto de la plantilla es una mala imitación de Asunçao. Camacho ni siquiera sé si existe, Cléber es una broma de mal gusto que no debería explicarse en términos de jugador de fútbol y lo de Raúl García más que una broma es un insulto. Un jugador tan caro como pésimo que no ha demostrado nunca nada. Un jugador que lo mejor que hace es esconderse en el campo pero que irónicamente es lo mejor que puede hacer porque cuando aparece es casi peor. Un jugador lamentable que ocupa sistemáticamente la posición más importante del equipo. Eso si, los rumores de fichajes ni se acercan al centro del campo. ¿Para qué?
Tras los primeros quince minutos en los que el Sevilla se desinfló pudimos ver las dos siguientes lecturas del partido. La primera es la incomprensible estupidez de los numerosos entrenadores y directores deportivos que nos visitan que son capaces de gastarse millones y millones de euros en tipos como Sinama, Valera, Raúl García, Pernía, Heitinga,... y demás jugadores del montón sin dar la oportunidad a jugadores de la cantera con proyección. El Senegales de 19 años que salió ayer al campo sin hacer un partido espectacular hizo un partido mucho más completo que cualquiera de todos los que jugó con nuestra camiseta el inútil de Sinama. ¿Merece la pena gastarse 7 millones de euros para fichar un jugador reserva? ¿No parece más sensato intentarlo con alguien que cuesta bastante menos dinero especialmente cuando estás siempre quejándote de la economía?. La otra lectura es que Forlán es ahora mismo una caricatura de si mismo. Todo lo hace mal y lo que es peor, parece no importarle. Yo que he sido un rendido admirador del talento del uruguayo empiezo a desesperarme. El único error (grave) de la defensa de ayer motivó el gol sevillista en probablemente el único acercamiento de los hispalenses. Valera, el culpable, ayer no estuvo especialmente mal pero no creo que sea jugador de primera división. Igual que tampoco lo es hoy por hoy Perea, un peligro público. Al final, curiosamente, el mejor central que tenemos es Álvaro Dominguez y lo único que ha necesitado para demostrarlo es... tan, ta, ta, chán: partidos.
Jugar por detrás el marcador contra el Sevilla es casi un suicidio pero afortunadamente el Sevilla de ayer era también una sombra de si mismo y ellos mismos, aprovechando la enésima torpeza de Forlán en el partido, aprovecharon para poner el empate en el marcador al poco de comenzar la segunda parte. A partir de ahí el Sevilla desapareció del todo y el Atleti, a base de pelotazos y sin sentido, intentó ganar al menos. Entre medias las habituales muestra de la valentía de Quique quitando al mejor del partido (Reyes) pero dejando a las vacas sagradas en el campo y la constatación de que este equipo es incapaz de hacer algo decente con el balón y que por ello acusa jugar con un jugador más que el contrario (no es casualidad que siempre que tenemos uno más se juega peor). Con ese triste panorama se llegó al último minuto del partido en el que por una vez Simao sacó una falta bien y en el que un atlético de verdad, bueno o malo pero atlético, se tiró a muerte para cabecear un balón que daba algo más que tres puntos. Cuando todo el mundo se abrazaba yo eché la vista en Antonio López para ver como se besaba el escudo. Esta vez me lo creí y con una sonrisa en la boca pensé que a lo mejor el Atleti no está muerto del todo en esa plantilla.
7 comments
Antes de nada animarte a seguir con tu blog, sinceramente de lo mejor que se puede leer hoy en día sobre nuestro (siempre nuestro) Atleti... y no lo digo sólo como crónica deportiva (que de largo) sino también como terapia para muchos atléticos, entre los que me incluyo, que seguimos cometiendo la misma estupidez de renovar el abono año tras año a pesar de giles y cerezos.
Yo también estuve en el campo y como siempre coincido completamente con tu análisis: tu autopsia (me parece la mejor definición) de nuestro centro del campo, que nos visitó el peor Sevilla en mucho tiempo (afortunadamente), el sorprendente cambio de Reyes (pocas veces, ni en los tiempos de tu querido Aguirre, se ha visto tan claro que se pita el cambio y se aplaude al jugador), el buen papel de nuestros canteranos Dominguez (y lleva varios cumpliendo) e Ibra (muy serio su partido) y la desesperación que provoca en contraste la política de fichajes que sufrimos, el juego (si puede llamársele así) que propone Sánchez Flores (no se merece ni el "Sr." ni el cercano "Quique" que reservo sólo para amigos)...y por supuesto la explosión (no tanto por el volumen de gases expandidos como por el breve tiempo que tardaron en liberarse) de alegría del último minuto... pues el Sevilla es un equipo al que odio casi tanto o más que al propio Trampas (y perdón por la duda, que seguro ofende) por su marrullería innata(sin irnos a los canteranos que lo han mamao tipo Navas baste comparar al Navarro de ayer con el del Mallorca) pero equipo al que, por desgracia, a la vez envidio por su gestión...más allá del presidente (que también) de su secretario técnico (cuando tendremos nosotros uno...) y de su delegado de campo, que maneja como nadie los partidos (como siempre con la connivencia de los arbitros, pero esa es otra batalla perdida).
En fin, no te entretengo más (siento haberme extendido tanto pero es a lo que se presta el tener que currar un día como hoy) y como te decía al principio gracias por tu blog y que el sueño nunca diga adios, pues muchos te leemos aunque pocos comentemos (y yo el primero, conste)
Estoy contigo en todo. El centro del campo es una mierda y desde hace varios años sólo traen defensas y centrocampistas defensivos. Podemos hacer un buen equipo de rugby, pero de fútbol tendremos que esperar más. Un saludo
Gracias por la cronica, Ennio, fantastica como siempre.
No puedo estar mas de acuerdo con lo de Raul Garcia. Es el centrocampista mas inutil que he visto ponerse esta camiseta. Digo inutil, que no malo). No es que prefiera mil veces al paquete de Cleber, es que prefiero al mismisimo PATO SOSA. A veces al Pato le rebotaba un balon encima, o algun rival se chocaba con el y perdia el balon. Raul Garcia es como las ninyas de mi clase en el colegio a las que no les gustaba el futbol pero las obligaban a jugar en clase de gimnasia: Se dedica a huir de la jugada hasta que por azar le cae el balon cerca del pie, y ante tal eventualidad cierra los ojos y le suelta un patadon sin mirar hacia donde. No puedo decir de el que sea malo: Simplemente no lo se, no le he visto jugar al futbol nunca.
Por lo demas, y dado que jugar al futbol este anio, no vamos a jugar, y lo de competir por llegar a algo en la liga suena a chiste, me alegro al menos la presencia de tres (bueno, dos y uno del B) canteranos en el equipo titular y otros 3 en el banquillo. Aunque no soy necesariamente muy romantico con la cantera, y tengo claro que no vamos a ganar la liga ni siquiera a llegar a Champions regularmente con el Atletico Madrilenyo, la verdad es que si la alternativa es ver jugar a Cleber, a Sinama, a Pernia, a Perea, a Pablo, a Valera, a Raul Garcia, o hasta a Maxi tal como esta, prefiero mil veces ver a chavales de 17 anios del B, que de calidad no son inferiores ni mucho menos, y por lo menos le ponen ganas y muchos sienten los colores. Y que me hace ilusion verles, que carajo.
Hola ENNIO, Feliz año!!
Creo que sois demasiado críticos con Raúl García.
Para mi gusto, es mejor que Cleber Santana y Camacho tampoco ha demostrado ser mejor que él, lo que le convierte en el segundo mejor mediocentro de la plantilla por detrás de Assunçao.
Aunque claro, en el mundo de los ciegos, el tuerto es el Rey...
Sobre Quique, parece ser que ni Aguirre, ni Abel, ni él coinciden con lo que para nosotros sería un entrenador ideal (todavía estoy esperando ese técnico con el que pueda decir: "Yo también habría sacado ese once" o "Ese es el cambio que yo habría hecho...".).
Quizá nunca tengamos esa suerte.
Espero que siempre podamos saltar de nuestra butaca para celebrar ese ansiado gol en el último minuto. El día que ese resorte desaparezca significará que para nosotros el Atleti definitivamente ha muerto...
Un abrazo
Chicos, mil gracias por vuestras palabras de ánimo y por vuestro cariño. Es muy reconfortante y halagador. Me hace muy feliz y no me cansaré de decirlo.
Anónimo y Jose1903, el problema es que nosotros (y otros muchos) estamos de acuerdo en que llevamos demasiados años apostando por el ladrillo y el patadón cutre pero una gran mayoría se traga la mentira oficial y cuando ocurre como el año pasado que nuestra delantera resolvía y tapaba los problemas se olvidan de la cruel realidad y se tiñen del discurso oficial, ese que dice que “si este equipo era bueno antes ahora tiene que serlo”. Este equipo, como equipo, nunca ha sido bueno. Ni antes ni ahora ni nunca.
Álvaro, el caso de Raúl García creo que tiene bastante que ver con el sospechoso “cariño” que despierta en la prensa “seria”. No conozco otro caso de un jugador tan pobre que reciba no sólo pocos palos sino hasta algún elogio.
Jose I., Tienes razón en lo que dices pero en el fondo es como decir que es mejor perder por 0-2 que por 0-6. Seguramente sea así pero a mi me jode mucho perder, sea como sea. Raúl García, aun siendo mejor que Cleber y Camacho, es un jugador mediocre que representa un agujero en el equipo.
Me temo que la decisión de traer a Quique tenía más que ver con su capacidad para lidiar con los periodistas que por su concepción del fútbol. Así nos va. Todos los entrenadores desde la vuelta a primera (menos Luis y Bianchi) tenían un perfil de entrenador tosco, de apuesta por el músculo, pasado en equipos peleones que luchan por no descender y personalidad comedida y adaptable. No ha funcionado nunca pero seguimos insistiendo. Así nos va.
Un fuerte abrazo a todos y FELIZ AÑO NUEVO
Buenas,
decir que al igual que los otras personas que han dejado comentario, su blog me ha sorprendido mucho por la calidad de sus escritos, echos desde el corazón y con mucha razón, con lo que debo felicitarle por el buen trabajo que has echo.
Decirte que voy a seguirlo de cerca, y aprovechar para presentarte mi blog: http://www.doctorapuestas.com/
Agradecería mucho poder aparecer en tu sección de enlaces. En el caso de tener ese privilegio podrías enlazarme de la siguiente forma:
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Por otro lado no tendré ningún problema en enlazarte de la forma que me digas.
Quedo a la espera de su grata respuesta, a través el correo electrónico: administrador@doctorapuestas.com
Saludos Cordiales,
Tomeu
P.D: Sigue así
Si hay algo que me gusta son los equipos con una filosofía de juego. Para poder llegar a ello primero tienes que saber como quieres que juegue tu equipo, luego contratas al entrenador adecuado y, si es posible, los jugadores que hagan funcionar esto. Todo ello no garantiza el éxito, pero para el aficionado es un gusto ver a tu equipo luchar por un estilo de juego (toque, desmarques, ofensivo, contraataque, etc). Nuestro problema, y el de muchos, es que no tenemos estilo, filosofía ni forma de hacer que el equipo juegue de una forma determinada. Por eso se traen entrenadores de tan distinto pelaje y con tan malos resultados. Lo que a uno le vale a otro no y se pierden esfuerzos y mucho dinero entre tanto cambio. El resultado es un club que no sabe a donde va y una afición desesperada por encontrar un poco de cordura en la elaboración de la plantilla. Un saludo
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