Sin saber de dónde vienen ni saber a dónde van
Almería 1 - At. Madrid 0
Cuando hoy domingo me he sentado delante del televisor a ver al Atlético de Madrid, ese acto rutinario que práctico desde hace ya demasiados años, y al ver saltar a los jugadores al campo con esa especie de negro azulado me he preguntado sobre lo que podía esperar de un partido como este. Estando en mitad de la tabla más cerca del descenso que de otra cosa, con un partido a cara o cruz en las fronteras de Europa y una final redentora en ciernes, me preguntaba cual sería hoy el espíritu de un equipo que ha demostrado muchas veces que apenas tiene espíritu. Al acabar el partido la respuesta era evidente: somos un equipo que ni sabe de dónde viene ni sabe a dónde va. No puede asumir que a pesar de hacer una temporada bochornosa (el ridículo en Champions, el ridículo en liga y apenas un par de partidos dignos en copa) estemos en una final y vivos en la otra competición (de la que sólo hemos jugado un partido). Por así decirlo los premios están muy por encima de los méritos desarrollados y eso debe ser una carga difícil de llevar en la cabeza. Aun así, a pesar de todo ello y de la falta de ambición en algunos tramos, el partido de hoy se ha perdido por pura mala suerte. Nada más.
La primera parte no fue especialmente brillante ni pasara a los anales de la historia el fútbol como 45 minutos para recordar pero a mí me gusto. Me gustó porque me gusta el fútbol y esa primera parte fue de esos partidos donde los equipos están bien colocados, los dos quieren ganar, los dos están metidos en el partido y en en esas condiciones es difícil jugar. El Atleti en concreto estaba mucho mejor plantado de lo que desgraciadamente suele ser habitual en esta liga, aunque es cierto que últimamente el equipo destaca en esta faceta y eso sin duda es mérito de Quique. Criterio y rigor son propiedades que permitían eclipsar las carencias que hoy, que curiosamente estaban en la parte de arriba. Forlán es una sombra del jugador que maravilló en este equipo durante tres temporadas. Es cierto que no le favorece jugar como un único punta pero es que todo lo que hace lo hace mal. Uno que lo ha visto ser un jugador espectacular de los que marca las diferencias no puede entender como ahora parece un muñeco de cera que se derrite. Una copia defectuosa de lo que fue. Entre que Forlán estaba perdido y que Jurado sigue demostrando partido tras partido que es un jugador endeble incapaz de aprovechar las oportunidades que le dan, la delantera colchonera fue más agua que fuego. Jurado de hecho no debería de volver a jugar. Ocupa demasiado espacio mediático y su presencia en la plantilla pone de manifiesto el eterno y dañino debate de si debe de jugar o no (dada su supuesta calidad superlativa). No hay debate. No debe jugar. Al menos no debe hacerlo en este equipo.
La primera media hora fue un juego táctico de mucha fuerza, buena presión, mucha concentración y ninguna ocasión. La primera verdaderamente clara llegó pasada la media hora en jugada ensayada que el Almería ejecuta muy bien tras falta al borde del área y que Asenjo resuelve con diligencia. De la misma forma que vuelve a resolver con diligencia un avance de los andaluces que culmina con tiro desde la derecha dentro del área. En ese punto se abre un poco el partido y el Atleti llega varias veces con peligro, especialmente un par de remates de Forlán de esos que no suele fallar. El primero un remate con la derecha entrando en el área que golpea mal y no coge puerta. El segundo buena jugada de los colchoneros que acaba con Forlán empalando un balón desde la derecha que ataja con facilidad el portero rival. Cuando estábamos viendo los mejores minutos del partido gracias a que la táctica se había debilitado ligeramente, el árbitro pitó el final de la primera mitad.
La segunda parte comenzó básicamente con los mismos parámetros pero enseguida el Atleti estiró un poco la cuerda y se hizo con el balón y el peligro a lo que el Almería respondió atrincherándose algo más en su terreno pero sin renunciar al partido. Quitando un remate andaluz al larguero tras fallo en el marcaje de Perea, las ocasiones más claras llegaron de lado rojiblanco como un remate de Reyes con la derecha pasado el cuarto de hora que Diego Alves, el mejor del partido, saca de la escuadra. Cuatro minutos después Tiago realiza una gran jugada personal que culmina con un excelente pase a Forlán que remata con el portero ya batido y no puede creer que un defensor alemeriense saque el balón bajo palos. Lo del portugués por cierto es un escándalo. Corriendo cuatro veces menos que Raúl García es capaz de defender cuatro veces mejor y atacar unas doscientas veces mejor también. Tengo la sensación de que me parece mejor jugador de lo que es simplemente por con quién lo comparo.
Eran los mejores momentos de los colchoneros que culminaron a falta de diez minutos con un brutal remate al larguero de Tiago tras de nuevo jugada individual. En ese punto no se entiende como Quique no movió el banquillo. Con un Reyes cansado y un Simao muerto no se entiende la ausencia de Salvio que no disputó un sólo minuto. La ausencia del argentino sólo puede responder a dos cosas: o no está a punto o no es del agrado de Quique. No sé cual de las dos me da más miedo. La ausencia de cambios también lo interpreto como un cierto conformismo y falta de ambición general que como suele ocurrir hemos pagado caro. El cambio del Kun por Forlán a falta de 10 minutos (el primero de los madrileños) debería ponerse en los vídeos de los cursos de entrenador como algo que nunca se debería hacer (encima el uruguayo salió enfadado cuando debería estar chupando banquillo desde hace meses). Pero cuando todo el mundo daba el empate por bueno y a falta de tres minutos Jurado decide hacer otra de sus gili-jugadas (esas que hace sistemáticamente pero que nunca sirven para nada) lo que provoca un contrataque mortal del Almería que saca Asenjo en una espectacular parada. Sin que la jugada se acabe, el balón vuelve a caer en los pies de Jurado que no contento con su estupidez decide volver a hacer la misma bobada pero esta vez en el área propia. El consiguiente regalo no es desaprovechado esta vez por el Almería que marca el único gol del partido. El posterior cambio que sacó a Ibra al campo en el minuto 45 sólo puede tomarse como un insulto para el jugador del filial y para los aficionados.
Yo insisto en lo mío, lo que me preocupa es no descender. lo demás me da lo mismo. Tengo tanto miedo al descenso que prefiero que esta panda de títeres asalariados no se distraigan con otras cosas y mucho menos que lo haga los inútiles que manejan los hilos.
1 comment
Tienes toda la razón, Ennio. Da gusto leer crónicas así. Tú ves la realidad, otros viven cegados. Así nos va...
un abrazo.
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