Frío Noruego
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Europe League,
Rosenborg
Uno tiene el vicio y la mala costumbre de ver esto del fútbol como algo íntimamente relacionado con las gentes, la sociología, la historia, las sensaciones y un montón de cosas más allá de un resultado sobre impresionado en un resumen televisivo o de unos trabajados pectorales pertenecientes a un estúpido engreído que vive en un mentiroso altar de barro. No sé lo que me durará, porque el Atleti se diluye en la nada y porque me temo que no depende de mí el que todo esto se transforme definitivamente en una especie de NBA de plástico, con franquicias, sólo dos equipos, palomitas y espacios publicitarios, pero trataré de aferrarme a ello mientras dure. En ese particular contexto las competiciones extranjeras en general y europeas en particular son desde luego toda una fuente inagotable de historias o conocimientos y por ello es bienvenida cualquier competición continental para refrescar la memoria tirando de cerveza y amigos en el exilio…
Noruega es un país desconocido para la mayoría de ciudadanos de la Europa del sur y todavía lo es más su fútbol a pesar de ser el deporte más popular del país escandinavo. Aunque desgraciadamente en los últimos tiempos está surgiendo en Noruega esa terrible enfermedad que asola a otras partes del planeta dónde los supuestos aficionados al fútbol dirigen su mirada fuera del país y se declaran seguidores de los “grandes” clubes europeos y sólo después de sus equipos locales (a los que ven como de otro universo menos importante) lo cierto es que gracias a la reducida población (menor que la población de la Comunidad de Madrid) de un país de geografía complicada y al escaso poderío económico de los clubes profesionales, el fútbol local noruego tiene un agradable tufillo a inocencia que cuesta ya bastante encontrar por estas latitudes.
La competición más importante que se juega allí, su liga, tiene el exótico nombre de Tippeligaen y sólo fue profesional a partir de 1991, lo que dice bastante de dónde estamos. Aunque es una liga con el típico formato clásico de doble vuelta y partidos de promoción tiene alguna particularidad como la de tener que ser disputada entre Marzo y Noviembre por razones climatológicas. Aparentemente por esa misma razón (aunque hay quien dice que es porque eran muy “malos”) hasta bien entrada la década de los 70 los equipos de la zona norte del país, aquella que cae dentro del círculo polar ártico, tenían prohibido disputar la liga. En la actualidad, aunque la restricción ya no existe, el panorama no ha cambiado mucho y es el Tromso (que tiene el honor de ser el equipo más septentrional del mundo de entre aquellos que juegan las principales ligas de cada país) el único asentado en el círculo polar ártico que disputa la liga. Bajando por la parte noruega de la península escandinava desde el norte, el siguiente equipo que encontramos en la competición es el Rosemborg.
No conozco muchos países donde su equipo más importante y laureado esté localizado en un barrio de la cuarta ciudad en población de un país ya escasamente poblado pero este es el caso que nos ocupa. Rosemborg es un barrio puramente residencial de la ciudad de Trodheim y allí fue donde 12 muchachos decidieron en 1917 crear un club de fútbol para la zona. El nombre original no hacía referencia al barrio o a la ciudad sino que lo bautizaron como Sportsklubben Odd en honor al equipo más potente que existía entonces disputando ya competiciones en Noruega, el Idraetsforeningen Odd localizado en la industrial ciudad de Skien y que es el club más antiguo de Noruega y el primero que se fundó en el país. Como muchos otros “decanos” del fútbol mundial tiene su origen en los trabajadores ingleses desplazados a las factorías de la zona.
El espíritu amateur del equipo en los primeros años del nuevo “Odd” queda claro atendiendo a su recorrido de entonces que básicamente se reduce a partidos amistosos con equipos vecinos y pequeñas competiciones locales. Al igual que muchos otros equipos que nacieron entonces en las mismas circunstancias en todo el país los de Trodheim intentaron ingresar en la federación de fútbol noruega, como puerta de acceso a las competiciones regionales y nacionales, pero estos negaban sistemáticamente el acceso a todos estos nuevos equipos. La razón al parecer hay que buscarla en un miedo a diluir la competición repartiendo los escasos buenos jugadores que existían en demasiados equipos lo que a la postre provocó el efecto contrario, que los buenos jugadores pasasen a equipos ya asentados como el Odd de Skien. Esto indujo una situación complicada que hizo al actual Rosemborg coquetear con la desaparición como muestra el hecho de que en 1923 el equipo de Trodheim disputase un solo partido en todo el año.
Pero las cosas cambiaron en 1928 con nuevas personas a los mandos del club, una situación general diferente en cuanto a número de clubes optando a la elite y una federación menos restrictiva. De hecho el único impedimento que pusieron entonces para ingresar fue el de no poder albergar dentro de la federación a dos equipos con el mismo nombre y por ello tuvieron que modificarlo al definitivo Rosenborg Ballklub. Fue en la década de los 30 cuando consiguió jugar la primera competición oficial pero el verdadero auge del equipo surge a partir de los años 60 dónde definitivamente se asienta en la elite (en 1967 gana su primera liga). La culminación de imparable ascenso se concreta definitivamente con el cambio de siglo momento en el que el club se alza con el cetro del fútbol noruego de forma aplastante. En la actualidad tiene 21 ligas (el siguiente, el Fredikstad tiene sólo 9) y ello si se cuentan todas las máximas competiciones desde 1938. Si contamos desde que la liga es profesional en 1991 solamente 4 veces la competición no ha sido ganada por el Rosenborg y esas 4 veces el ganador ha sido siempre un equipo distinto cada vez. Evidentemente estamos hablando del mejor y más potente equipo de Noruega a mucha distancia de cualquier otro. Es el referente internacional a nivel de clubes y el habitual inquilino de la Champions que por circunstancias de la vida ha acabado este año en el mismo grupo del Atleti en la Europa League.
Sin perder la perspectiva del abismo que existe entre el fútbol noruego y el español, ese es nuestro rival. Un rival al que por cierto, hace mucho tiempo que nadie derrota en su campo independientemente de la competición.
2 comments
Gran artículo, Ennio, gran artículo.
Muchas gracias Pablo.
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