La liga de las estrellas
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Aunque el fin de semana pasado fuese bastante excepcional para un servidor por muchas circunstancias, la única que ahora mismo viene al caso fue la de que por primera vez desde hacía años no sólo no asistía al Calderón a ver un partido del Atleti ni lo veía por televisión o lo escuchaba por al radio sino que en un acontecimiento histórico del que ni mucho menos me vanaglorio el sábado me fui a la cama sin saber como había quedado mi equipo y lo que es peor, dándome igual. Hace años que me repugna ver en manos de quién está esta, para mí, sagrada institución y hace años que me repugna también las directrices por la que se mueve la mal llamada dirección deportiva (no en vano es el mismo perro con distinto collar) pero independientemente de ello y como aficionado al fútbol hace meses que además es imposible digerir este engendro que el poder sigue llamando con superlativa estupidez “la liga de las estrellas”.
Repugna todo lo que huele a liga española pero lejos de escuchar una solo átomo de autocrítica, de plantearse la situación, de alertar del peligro de la muerte repentina de “éxito” de la gallina de los huevos de oro el dichoso cuarto poder, apelando a su españolismo, lo que hace es mirarse el ombligo en una bochornosa huida hacia adelante que no dejará culpables sino víctimas. Mientras que la liga española es una mentira aburrida, injusta y falta de interés para cualquiera que no sea seguidor de Madrid o Barça (lean la prensa extranjera o el artículo de John Carling en El País del pasado domingo y verán de lo que hablo) los periodistas de cámara se recrean en la dualidad en el poder, dos caras de la misma falsa moneda. El resto de dirigentes peleles, el resto de equipos atrezzo, a lo único que se dedican mientras tanto es a guardar con celo y fidelidad el minifundio que heredaron mientras se tiran de los pelos entre ellos por ver quien es el elegido para cenar con cubiertos y recoger los pellejos de altramuz que tiran con desprecio la Cossa Nostra florentiniana y el lobby catalán. Nuestros giles y cerezos encima se vanaglorian de ser los únicos a los que se les deja mojar pan en la comida que han dejado los amos.
Decía Montesquieu que para que no se pueda abusar de poder, el poder debe ganar al poder y me temo que ahí está la solución. No va a estar en unos aficionados descontentos que abandonen el barco porque estos serán sustituidos por nuevas generaciones fabricadas ex profeso para la causa, por musulmanes de la península arábiga o asiáticos de ojos rasgados, ávidos de tríceps herculeos y jugadas de fantasía galáctica. ¿A quién le preocupa el romanticismo que antes había en acudir a un estadio? Eso ya no da dinero. ¿A quién le importa la tradición o los sentimientos?
La solución no va a estar tampoco en los que ponen el dinero y que eufemísticamente se nombra como “las televisiones” porque ellos son precisamente los que corrompen las reglas de juego. Son el problema, no la solución. “Las televisiones” son en realidad los grandes grupos empresariales de comunicación en los que también están las radios y los periódicos que “analizan” el mismo circo. Son juez y parte. Los jefes de fofitos como Manolete o Roncero o pandilleros sobrexcitados, sin modales ni talento, como Siro López, Miguel Serrano o el propio Inda, son los que se juegan el dinero con esta ruleta así que no entienden ni quieren entender de verdad, ni justicia, ni futuro ni por supuesto periodismo. Entienden de dinero y no pueden permitir que la verdad sea un problema para ganarlo. El fútbol es hoy una ruleta en la que ellos deciden quien y cuando se juega, en la que ellos mueven la ruleta, tiran la bolita, la paran dónde quieren y controlan a los policía que tendrían que denunciar la injusticia “invitándoles” a que digan que pasa todo lo contrario.
La solución sólo puede venir de los propios protagonista, de los actores, de la liga. Aun malos y de reparto la liga necesita 20 equipos para que sea liga. Los cantos de sirena del capitalismo recalcitrante que ha fagocitado el fútbol hablan de una superliga al modo de la NBA pero me río de la idea peregrina si tiene que venir de la mano de los “grandes” empresarios españoles forjados en la trampa, aupados por los métodos mafiosos y crecidos en la cultura del pelotazo, esa que como los Sex Pistols reza el “no hay futuro” y asume que todo lo que no sean beneficios multimillonarios aquí y ahora, sin riesgo y sin inversión de futuro, no interesa. La NBA, una de las competiciones deportivas que más dinero mueve y más profesionalizadas del mundo, es un monstruo complejo y sólido que basa su razón de ser en el espectáculo, entendiendo que el espectáculo en una liga de cientos de partidos sólo aparece cuando la competición es equilibrada. Por ello tiene dos medidas tremendamente interesantes que podrían cambiar cualquier escenario. La primera es el “Salary Cap”, el valor límite que los equipos pueden gastar para contratar jugadores y que es un número regulado por la competición que vale para todos los equipos por igual y que se revisa anualmente mediante una fórmula objetiva que incluye los ingresos obtenidos por los equipos y los salarios de los jugadores. Entre otras cosas se evita que los equipos potentes puedan desestabilizar la competición a base de talonario, que todos tengan que apostar por dos o tres jugadores “franquicia” como máximo y que no se puedan hacer grandes dispendios que luego no se pueden afrontar. La segunda es el “Draft”. La única forma de que un jugador nuevo entre en la competición es apuntándose a una selección (Draft) en la que los equipos de la liga eligen jugadores por turnos. Los primeros que eligen son los que peores resultados han obtenido la temporada anterior.
¿Alguien se imagina al Colectivo Florentino aceptando estás reglas del juego? Me temo que en el camino se perdería lo que es la pura esencia del madridismo: jugar con las cartas marcadas. Y quien dice Madrid dice su antipartícula, el Barça. ¿Alguien se imagina también a empresarios de la catadura de los Gil & CIA aceptando unos métodos de contabilidad trasparentes, auditables y justos?
5 comments
Del partido del sábado te diré que al menos estuvo muy entretenido. Cosa que puedo decir muy poquitas veces de los partidos del Atleti de los últimos lustros.
Sobre la «liga de las estrellas» ya he expresado alguna vez que estoy completamente de acuerdo contigo. Al final me he animado y he redactado una propuesta que cuelgo en un mensaje aparte porque son tres páginas A4 (2). Perdóname.
Creo que esto solo lo puede cambiar la unión de los aficionados de todos los clubes. Excepto del Madrid y el Barça, que nos les interesa el cambio. Ya que no se puede contar ni con los medios de comunicación ni, increíblemente, con los dueños de los clubes.
Un ejemplo del poco respeto que tiene el mundo del fútbol (clubes y televisiones, que son quienes fijan los horarios) es que a ver quién me dice a que hora juega el Atleti el próximo partido de Liga en el Calderón. En cambio en yendo a la web de la Premier (1) y pinchando en «Next week» se pueden ver los horarios de todos los partidos hasta febrero.
Mientras en las ligas estadounidenses se busca la mayor igualdad posible aquí solo se busca lo contrario y de manera recalcitrante.
Ahora se puede fichar en el mercado de invierno a cualquier jugador, haya jugado lo que haya jugado. ¿A quién beneficia más esta medida? Copio algo que digo en «La propuesta»:
Si surgiera, por ejemplo, un nuevo Superdepor que en Navidades encabezara la clasificación, el Madrid y el Barça, gracias a la enorme ventaja de sus presupuestos, podrían robarle a los Bebeto y Rivaldo de turno en el mercado de invierno. Y sino en verano para que no se repita la temporada siguiente. Tienen capacidad para desmantelar –o al menos para desestabilizar– a cualquier equipo que les suponga un peligro.
Y lo harán con la aquiescencia y ayuda de la prensa vocifera; que pregonará que Bebeto y Rivaldo tienen que jugar en los dos únicos equipos grandes y que los aficionados del Depor deben de entenderlo y no enfadarse.
Es complicado que un club elabore en varios años un gran equipo que pueda ser una alternativa porque los poderosos se llevarán sus figuras cuando quieran.
Por cierto, creo que lo que entendemos en España por jugador franquicia no es el verdadero concepto que se le da en Estados Unidos.
(1) http://www.premierleague.com/page/FixturesResults/0,,12306,00.html
(2) La he subido en PDF a http://www.megaupload.com/?d=07SGRV6O
LA PROPUESTA (1.ª parte)
Entera en PDF:
http://www.megaupload.com/?d=07SGRV6O
Comentaba el otro día que el Barça, el Madrid y (sobretodo, diría yo) la prensa «deportiva» han esquilmado el fútbol español. Es hora de hacer algo…
EL MOTIVO
Admitámoslo: es imposible que la Liga la gane otro equipo diferente al Barça y Madrid. Puede que a algunos les cueste admitirlo, pero es la verdad. Y además va a seguir siendo siempre así. Toca resignarse. La diferencia de presupuestos es tan abismal que es muy complicado que otro equipo gane la Liga (1).
Además a los medios de comunicación mayoritarios les conviene la bipolaridad Madrid-Barça. Y no sé a ti, pero a mí hace tiempo que me saturaron y estoy hastiado.
Existe la creencia de que hablar del Madrid es lo que les da dinero. Cuando en realidad les va a dar dinero cualquier cosa de la que hablen mucho y generen expectación. Ahí está el caso Belén Esteban y otros muchos que lo atestiguan. Lo que ocurre es que les es más cómodo, fácil y barato olvidarse de todo lo que no sea el Madrid y su antítesis, el Barça (2).
Pues bien, ya que ésta es la realidad, habrá que hacer algo. He aquí mi propuesta.
LA SOLUCIÓN
Una doble liga. Una Pequeña Liga de dos equipos, el Madrid y el Barça, y otra Gran Liga de los dieciocho equipos restantes.
El calendario sería como hasta ahora. Es decir, el Madrid y el Barça además de enfrentarse entre ellos también lo harían contra los de la Gran Liga.
La diferencia está en el modo de realizar las tablas clasificatorias. Para la de la Gran Liga no se tendrían en cuenta los puntos obtenidos contra los dos equipos de la Pequeña Liga.
Para la tabla de la Pequeña Liga, que hagan el Madrid y el Barça lo que les dé la gana. Si quieren, que cuenten los puntos de todos los partidos o sino, solo los de los dos enfrentamientos entre ellos.
Ya puestos, sería conveniente fijar salarios máximos y otro tipo de reglas para conseguir una liga sin las enormes diferencias actuales.
(1) Si surgiera, por ejemplo, un nuevo Superdepor que en Navidades encabezara la clasificación, el Madrid y el Barça, gracias a la enorme ventaja de sus presupuestos, podrían robarle a los Bebeto y Rivaldo de turno en el mercado de invierno. Y sino en verano para que no se repita la temporada siguiente. Tienen capacidad para desmantelar –o al menos para desestabilizar– a cualquier equipo que les suponga un peligro. Y lo harán con la aquiescencia y ayuda de la prensa vocifera; que pregonará que Bebeto y Rivaldo tienen que jugar en los dos únicos equipos grandes y que los aficionados del Depor deben de entenderlo y no enfadarse. Es complicado que un club elabore en varios años un gran equipo que pueda ser una alternativa porque los poderosos se llevarán sus figuras cuando quieran.
(2) Sé que este párrafo es controvertido. Pero en mi opinión hay tantos aficionados al Barça y al Madrid porque son los que más títulos ganan pero también porque no se habla de otra cosa.
LA PROPUESTA (y 3.ª parte)
MIEDOS
Alguien puede pensar que ante estas circunstancias, el Barça y el Madrid abandonen la liga española y creen con otros grandes clubes europeos una superliga europea. Conseguirlo actualmente es muy difícil.
Tal y como están las cosas, a los equipos italianos, alemanes, franceses, etc. (y con más dudas, a los ingleses) no les interesa competir contra el Madrid y el Barça en inferioridad de condiciones, es decir, con presupuestos mucho más pequeños (200 millones de euros o más de diferencia) que ellos.
Por otro lado, en la Liga de Campeones, los equipos españoles ganan menos dinero de las televisiones (5) que los ingleses, italianos y alemanes porque TVE y la FORTA pagan menos a la UEFA que las respectivas televisiones de esos países. Es decir, al Madrid y al Barça no les interesa abandonar la liga española porque acabarían por dejar de ser los ricos de Europa y de ser campeones de la competición «por decreto». A ver cómo llevarían sus aficiones años seguidos sin títulos.
Y tampoco a Prisa y Mediapro les interesa una superliga europea. Les saldría carísimo y de difícil rentabilidad. Aún más que el modelo actual.
UNA PENÚLTIMA COSA
Cada vez que lees el Marca o el Sport, que oyes El larguero o El partido de las 12, que ves Punto pelota o Futboleros, estás colaborando a hacer más ricos al Madrid y al Barça y a que saquen más ventaja al resto de equipos. Tú mismo.
Y eso por no hablar del menosprecio con el que tratan los medios al resto de los deportes, deportistas y aficionados.
La información deportiva que nos llega de los grandes medios es lamentable y perjudicial para el deporte español en general.
DESPEDIDA
Aquí dejo la idea con pocas esperanzas, no ya de llevarse a cabo, sino simplemente de difundirse mínimamente.
Me ha apetecido compartirla pero sé que disfrutar de una liga más competitiva y divertida es solo una utopía.
De todas maneras, si te gusta la propuesta ya sabes… evangeliza a quien puedas.
Y recuerda: sin un Almería-Levante, sin un Hércules-Getafe el Madrid y el Barça no serían lo que son.
Madrid, 30 de noviembre de 2010 (Una día después del partido del siglo
que se juega todos los años dos veces por lo menos.)
Fdo.: Un iluso
(5) ¿Por qué el Madrid y el Barça no exigen vender sus derechos televisivos por separado en la Liga de Campeones como hacen en la Liga y Copa? Sencillo, ni son todopoderosos en Europa ni les conviene. Saldrían perdiendo.
LA PROPUESTA (2.ª parte)
EL ESPÍRITU
La idea es que los equipos de la Gran Liga se tomen los partidos contra el Madrid y el Barça como amistosos o de preparación. O si se quiere, se creen torneos tipo Derbi Madrileño, Duelo Valenciano-Barcelonista (3)…; aunque no es muy recomendable.
Hay que demostrar que sin los dieciocho equipos restantes de la Liga, el Madrid y el Barça no generan los centenares de millones de euros que tienen como presupuestos. Hay que decirle a la prensa «deportiva» que estamos hartos de su información bipolar y desprecio por el resto.
Es fundamental que para los dieciocho, los partidos contra el Madrid y el Barça no tengan importancia o la tengan menos que contra los demás equipos de la Gran Liga. Que la prensa se las tenga que ingeniar para hacer interesante la información de la Pequeña Liga que disputan sus niños mimados.
PLAZAS EUROPEAS Y DESCENSOS
Por supuesto, el Madrid y Barça tendrían plaza asegurada para todas las ediciones de la Liga de Campeones. Las otras dos plazas serían para los dos primeros de la Gran Liga (4). Habría que decidir cómo se reparten los tres que acceden directamente y el que tiene que disputar la ronda previa.
Las plazas para la UEFA serían para el tercero y cuarto de la Gran Liga y descenderían los tres últimos. Vamos, como en la actualidad.
MODO DE LLEVARLO A CABO
Ya que no se puede contar con los medios de comunicación mayoritarios, habrá que difundir esta idea primero por internet (bitácoras, foros…) y luego mediante el boca a boca y conseguir que los medios de provincias hablen de ello.
Se podría empezar desde ahora mismo, mostrando en los sitios web las tablas de clasificación de las dos ligas, aunque sean absolutamente oficiosas y parezca un poco ridículo. La cuestión es ir inculcando la idea y que los aficionados la vayan conociendo y aceptando.
Porque son los aficionados los que tendrán que movilizarse. Tampoco podemos contar con los dueños y presidentes de los clubes, ya que parece que carecen de la personalidad y valentía para enfrentarse al poder.
Insisto, son los aficionados los que tienen que generar la costumbre de la Gran Liga porque la costumbre hace la ley. Una vez que las aficiones de los clubes vean que su verdadera competición es la Gran Liga se podrá intentar hacerla oficial.
Y para hacerla oficial es necesario que se apruebe en la Liga de Fútbol Profesional (y seguramente en la RFEF) y que la UEFA la reconozca.
Es muy probable que sea más fácil convencer a la UEFA de la conveniencia del sistema que a la propia LFP. Y que sea ésta quien se lo proponga a la LFP.
(3) Al estilo de los torneos bilaterales de rugby: Copa Bedisloe (Nueva Zelanda-Australia), Copa Calcuta (Inglaterra-Escocia), Torneo del Milenio (Inglaterra-Irlanda), Centenary Quaich (Irlanda-Escocia), Trofeo Giuseppe Garibaldi (Francia-Italia).
(4) Si por mí fuera, solo el campeón de la Gran Liga iría a la Liga de Campeones, la otra plaza sería para el campeón de Copa del Rey. Es la mejor manera de darle la importancia que se merece la Copa.
Es así, tal y como lo cuentas.
Oficializar lo de la Gran Liga me parece una quimera precisamente por los corruptos que tendrían que poner el sello de "oficial", pero me gusta la idea de usarla alternativamente como si fuese verdad.
No tengo mucha fe en nuestro Cerezo y en los Cerezos de los otros equipos. Son todos unos peseteros vendidos.
Pero una clasificación alternativa manejada por los aficionados en la que no aparezcan Barça y Madrid... me gusta.
Un abrazo,
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