Mañana no (R. Madrid 3 - At. Madrid 1)
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Yo soy seguidor del Atlético de Madrid, un equipo centenario que durante prácticamente toda su historia fue temido y sobre todo respetado en los campos que pisaba. Un equipo con una personalidad e idiosincrasia especial que aglutinaba una afición orgullosa y distinta con unos valores muy definidos respecto a la valentía, la entrega, la personalidad y repito, el orgullo. Esto que ha salido esta noche al Santigo Bernabéu no es el Atlético de Madrid. Es una mamarrachada, una broma, un insulto zafio y sobre todo una humillante y vomitiva vergüenza. El Atlético no es el mejor equipo del mundo, ni el que tiene más dinero, ni el que tiene mejores jugadores. Nunca lo ha sido. Ha tenido mejores y peores épocas con triunfos y fracasos pero lo que Atlético de Madrid nunca ha sido es una banda de cobardes. Lo que el Atlético de Madrid nunca ha sido es una banda de apocados y acobardados figurines con la clara instrucción de achicar agua, juntarse en su portería y cerrar los ojos cuando dispara el contrario esperando un milagro. El Atlético de Madrid nunca ha agachado la mirada cuando el rival miraba de frente y nunca se ha escondido cuando venían a golpearlo. Al Atlético de Madrid no se le puede exigir que gane la liga si no se dan otras circunstancias para ello ni es descabellado pensar que salga derrotado 3-1 del campo del vecino poderoso con todo a favor pero al Atlético de Madrid no es que se le pueda exigir sino que se le debe exigir que sea capaz de saltar a cualquier campo del mundo, incluido el Bernabéu, mirándole a la cara al contrario y jugar contra cualquiera de tú a tú. Es que si no es así nada de esto merece la pena. Esto no es el Atlético de Madrid. Es la peor versión del equipo más miserable que jamás he visto sobre un terreno de juego. Esto no es el Atlético de Madrid. Es una puta mierda.
Y ahora alguien me vendrá con el poste, y el árbitro, y la mala suerte, y el leñero de Sergio Ramos, y las tarjetas perdonadas y los fallos defensivos,… y tendrá razón (aunque todo es discutible) pero el resultado lejos de ser injusto es corto para los méritos de uno y otro. Seamos serios. Especialmente cuando sobre el campo se enfrenta un equipo que quiere jugar y otro que no. Un equipo que quiere tener la pelota y otro que no. Un equipo que quiere ganar y otro no.
Me aburre hacer una crónica de un partido de fútbol que no ha sido un partido de fútbol. Lo que hemos visto esta noche ha sido un monólogo apabullante, humillante y lamentable del Real Madrid y como bien saben precisamente el Real Madrid no es una cosa de la que me entusiasme mucho hablar. Pero es que del Atleti se puede decir poco y lo poco que se puede decir es para echarse a llorar.
Salimos como siempre, a especular, pero algo más entonados que otras veces. Obviando la inutilidad del inútil de Raúl García el equipo achicaba con profesionalidad hasta que un balonazo con marcado acento colchonero acaba en los pies del Kun (en fuera de juego aunque no tan claro como el impresentable del Canal + ladraba), el argentino hace el invento de todas las noches, Casillas le hace penalty pero el rechace acaba en los pies de Forlán que marca. Eso es prácticamente todo lo positivo que se puede decir de los colchoneros. A partir de ahí el humillante, lamentable y repito, bochornoso monologo blanco jugando en la frontal de nuestra área para lucimiento del pobre De Gea. Los dos mediocentros eran dos centrales más (muy malos, por cierto), Reyes era el segundo lateral izquierdo y Juanfran el segundo lateral derecho mientras en Kun Agüero hacía de pivote defensivo. Cuando el Atleti la robaba (pocas veces porque además nadie presionaba ya que la consigna era esperar) la opciones eran lanzar un balonazo a la nada (lo más habitual) o conducir el balón en solitario 120m. Genial planteamiento de ese niño mimado de la prensa llamado Quique Sánchez Flores.
Claro está (y es que ha ocurrido igual un millón de veces), tardo poco el Madrid en empatar con un remate de Sergio Ramos de cabeza pero menos podía haber tardado porque no dejaron de llegar en toda la noche. Así siguió todo el partido (con descanso de por medio) hasta que la única jugada trenzada del Atleti en todo el partido (que parte, por supuesto, de un pase diagonal de Reyes de 100m que baja el kun con maestría para errar el remate y cuyo rechace manda Forlán al poste) es el prologo para el segundo del Madrid (precedido de una falta clamorosa de los blancos que se come el árbitro, bien es cierto). Agotados los merengues parecía que el 2-1 sería definitivo (resultado que para Quique y su mentalidad “ganadora” era digno de orgasmo) pero con el Atleti, y más si sacas a Fran Merida y a Valera al campo, nada es imposible y la jugada tonta de la noche deja el tercero al Madrid de forma gratuita. Mal despeje de Filipe Luis que rebota en Domínguez y el balón cae a los pies de Ozil. El valiente de Quique y sus mamporreros de la prensa echarán la culpa del resultado a la “falta de mentalidad” de la defensa o directamente a Domínguez o Filipe Luis pero hace falta tener caradura para ello. Si te pasas 80 minutos del partido "jugando" en tu propia área, con el balón siempre por allí y con veinte jugadores alrededor lo verdaderamente raro es que no hubiese habido un error antes. Si te pasas 80 minutos del partido achicando balones en tu área lo que tienes que hacer como entrenador es primero pedir perdón y después presentar la dimisión irrevocable.
Insisto, esta bazofia (de concepto más que de representación) no es el Atlético de Madrid y como tal deseo que en la vuelta los destrocen y así demuestren al mundo, pero sobre todo a los responsables de la idea futbolística de este supuesto Atlético de Madrid, que una opción tan ruin, chabacana, repugnante y mediocre no sólo es incompatible con conseguir algo que merezca la pena (es evidente) sino que no merece ni el más mínimo de los respetos. Para hacer el ridículo y seguir haciendo el ridículo es mejor no avanzar en la competición y que nos hubiesen eliminado antes. No quiero ver más partidos del Atleti en los que no juega el Atleti.
Durante toda mi vida el día después de los partidos he presumido de colchonero. Siempre. Ganando y perdiendo. En las alegrías y en las penas. Con derrotas poderosas y victorias gloriosas. Siempre. Mañana no. Me da vergüenza amar el mismo escudo que esta gente llevaba está noche en el pecho (y conste que para mí ninguno de ellos es responsable). Me da vergüenza que se adueñe de mi equipo algo tan ruin. Me da vergüenza que eso, lo que ha hecho mi equipo esta noche (que es lo que lleva haciendo desde hace demasiado tiempo, aunque hay ocasiones que duelen especialmente) esté asociado con el nombre del Atlético de Madrid. Vergüenza y asco.
5 comments
Fuf, muy dura tu crónica Ennio. Aunque pensándolo, tienes muchísima razón.
Hemos estado encerrados todo el partido, especialmente la primera parte. Habremos hecho más de tres pases quizá cinco veces en todo el partido. Pero uno se queda con el cabreo mayúsculo del fallo entre Filipe y Dominguez que acaba en el 3-1 (Resultado que nos elimina, porque el 2-1 era remontable. Pero este Atleti es incapaz de ganar al Madrid, con lo que menos aún lo hará de dos...).
Como a ti, Quique no me gusta, pero tiene muchos adeptos que se agarran a los dos títulos (y mucho amigo en la prensa, como bien apuntas) y a que con él el Atleti ha aprendido a defender (JA!).
Pero cuando le echen... ¿a quién traerán? Abel, Aguirre, Ferrando, Manzano... la misma mierda con distinto collar.
Debe ser que ese es el nuevo modelo del Atleti. Defender y esperar...
Un triste saludo
Salió el equipo a no acabar goleado y a punto estuvo de conseguirlo.
Mal, muy mal todos. Incluidos el Kun y De Gea. El delantero no tuvo su mejor noche y el portero tuvo intervenciones de mérito pero también cometió errores como despejes a los pies de los delanteros (algo que debe corregir), quedarse bajo palos cuando tenía que salir (también debe entrenarlo) e hizo la estatua en el segundo gol con dos contrarios dentro del área pequeña.
Ya sé. Parece mentira que con lo mal que han jugado todos destaque a los dos menos malos junto a Reyes. Pero es que no me apetece hablar por enésima vez de Assuncão, Raúl García, Filipe Luis y compañía.
No se ha notado que Juanfran no haya siquiera entrenado una sola vez con sus compañeros. No ha desentonado en la compenetración con ellos. Lo cual dice muy poco de los demás y del entrenador.
Este equipo no está trabajado (o lo está muy mal), ni físicamente, ni tácticamente, ni emocionalmente.
Es un equipucho incapaz de cazar un rechace en la frontal de su propia área. De hacer un solo contragolpe contra un equipo volcado en tu campo. Lentos, flojos y acobardados. Los blancos les han pasado por encima.
El cambio de Forlán cuando se va perdiendo demuestra que al cobarde de Quique el resultado (2-1) le parecía bueno. Además Fran Mérida es más bluf cada partido que juega.
El árbitro ha estado horroroso pero no tiene la culpa ni del resultado ni de lo visto en el campo.
A ver quién es el valiente o insensato que suelta dinero para ver el partido de vuelta.
Ennio, a mi no me parece dura tu crónica, más bien creo que es un retrato perfecto de la realidad.
Cada vez estoi más convencido que lo peor del Atleti, no son los golfos de la directiba, ni el impresentable del entrenador, creo que lo peor es la afición.
Los golfos están para lo que etan, robar, figurar..., a estos la historia del club se la trae floja y al impresentable técnico no digamos, el está porque le han contratado y mietras le paguen no está en el paro que es donde le encontraron, y además bastante tiene con dirigir, (??), a un equipo, al cual ha odiado desde que tenia uso de razón.
Pero la afición somos los peores, vemos como pisotean nuetra historia, como dilapidan la hemosa herencia que recibimos y nos quedamos tan traquilos como si esto no fuera con nosotros.
Quiero reconocer que no toda la afición es así, hay un reducido grupo que lucha y protesta como puede, pero estos son la excepción que confirma la regla.
Saludos y gracias Ennio, leyendote a ti y algún otro, hace que quede una pequeña luz de esperanza.
Jose I., yo es que soy de una generación en la que cuando la cagábamos nos regañaban y cuando metíamos la pata teníamos que asumir las consecuencias, quisiésemos o no. Ahora parece que todo tiene que ser pulido, ambiguo y que no se pueden decir las cosas tal y como se piensan pero a mí que no me busquen en esa verbena. Lo del Atleti hoy por hoy no hay por donde cogerlo y cuando veo que hago ridículo y que me humillan me jode. Hablar de árbitros, tarjetas o errores defensivos dando el espectáculo que hemos dado me parece absurdo. Uno al menos tiene el orgullo suficiente como para asumir que le han dado de hostias fundamentalmente por ser un cobarde y no me apetece buscar escusas en la luna de Valencia.
Siempre traen al mismo tipo de entrenador (se llame Manzano, Aguirre, Ferrando, Abel o Quique). Es siempre la misma historia así que el tema del entrenador me da igual. Sé que traigan al que traigan va a volver a ser el mismo entrenador. Mudo con la directiva, mediocre con el equipo y cobarde en el campo.
Cex, Quique fundamentalmente y por encima de todo es un cobarde. La única vez que este equipo ha hecho algo con este entrenador es cuando se decidía a adelantar la defensa y presionar arriba. De esa manera el muro lo ponía más cerca de la portería contraria y al robarla (porque lo de crear fútbol está por supuesto descartado siempre) había menos sitio para que Reyes o el Kun hicieran su carrera. Ayer metió a los diez en el área propia (es evidente que era un consigna) y lo hizo porque tenía miedo de que Cristiano Ronaldo les pillase la espalda (por eso puso también a Perea). Lo dicho, un cobarde que por miedo a que te metan un gol renuncia a la única forma que tiene de ganar el partido. No sólo de ganar el partido, al menos de disputarlo. Un cobarde, eso es lo que es Quique.
Magerit, la afición admito que pueda ser cómplice pero nunca culpable. La afición es responsable de no mover un dedo y lo que es más sangrante tan siquiera protestar pero quienes nos han traído aquí es la estirpe Gil y CIA. Esos son los únicos, genuinos y verdaderos culpables de esta sangría.
Un saludo y muchas gracias a los tres por entrar.
Salió Quique a que no le humillara el Real y acabó humillándose solo.
Se puede ser un entrenador decente siendo «amarrategui». El problema es que además de cobarde, Quique no es un buen táctico. No se puede confiar todo a la defensa cuando no consigues que sea consistente. Y sobre todo no se puede dejar la creación del juego a la improvisación cuando no cuentas con jugadores creativos.
Si además la preparación física es mala y la motivación escasa, para qué queremos más. Quique no saca un equipo al campo, saca once jugadores con la consigna de estar todos juntitos atrás y pegarle balonazos al Kun a ver si hay suerte. Eso, lamentablemente, es todo.
Solo hace una cosa para tratar de solucionar la situación: cambiar de jugadores por si suena la flauta y da con una buena alineación. José I. mostró a mediados de diciembre que Quique no había repetido el once inicial en las 44 jornadas de Liga que había dirigido hasta entonces al Atleti. Pero no tiene sistemas alternativos, ni siquiera pequeñas variantes.
Quique habrá visto mucho fútbol en su vida pero no parece haber aprendido lo suficiente para ser un buen entrenador. Debería observar otros deportes para asimilar algunas cosas. Por ejemplo, del baloncesto y balonmano la diversidad de sistemas de juego (incluso en en un mismo partido), del fútbol americano la variedad de jugadas a balón parado y del rugby la camaradería, compenetración y compromiso que hace de un grupo de jugadores un equipo.
El Atleti (o la afición, o yo) se merece, por fin, un entrenador que logre un equipo que sepa defender y atacar. Que tenga pocos fallos en defensa y sepa aprovechar los del oponente. Que sepa montar un contragolpe pero también que llegue a menudo con seis tíos al área contraria sin dejar la portería desprotegida. Un equipo al que le metan pocos goles en jugadas a balón parado y cree ocasiones cuando es él quien las saca. Un equipo que genere respeto (y temor) a los contrarios antes de empezar los partidos y durante ellos la presión y las ocasiones produzca tanto estrés en los adversarios que jueguen incómodos y cometan errores.
Alguien que inculque la mentalidad ganadora. Que salga a ganar la Liga en el primer partido y en la jornada treinta todavía tenga opciones reales.
Por desgracia, pienso como tú. La estrategia de los «dueños» no pasa por un entrenador así. Ni tampoco por el tipo de jugadores con los que lograrlo.
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En cuanto a lo de la afición yo también opino que los culpables reales son los «dueños». La afición es cooperadora necesaria, igual que la prensa. Pero el máximo responsable es Miguel Ángel Gil Marín. Otro día expondré mis argumentos, que tengo tendencia al ladrillo.
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