Sumisión, experimentos y bromas (At. Madrid 3 - Mallorca 0)
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Andaba uno ligeramente espeso y taciturno paseando por el paseo de las Yeserías camino del Vicente Calderón sin saber muy bien que esperar o lo que es peor, que deseaba encontrar dentro del templo colchonero. Derrotado y aburrido por la caída empicada de mi equipo en lo deportivo, en lo social y en lo moral albergaba tímidamente la esperanza de una reacción del subconsciente rojiblanco como tantas y tantas veces ha ocurrido en ese mismo cemento años atrás. No ocurrió. No ocurrió ni de refilón. La grada presentaba un aspecto pobre, triste y desangelado que rimaba perfectamente con una noche fría e igualmente desangelada pero en cuanto los 22 jugadores saltaron al césped y en cuanto empezó a rodar el balón el mítico fondo sur empezó a cantar gritos de ánimo como si la vida les fuese en ello. Más ordenados, coordinados e intensos que nunca la grada no paró de animar un solo instante prácticamente hasta el final del partido. Esos fueron los únicos cánticos que se escucharon. ¿Súbita conciencia de colchonerismo? ¿Interiorización aguda del sentir del aficionado? ¿Consigna de algún ente superior? Sinceramente no lo sé. De hecho me da igual. Como dijo alguien desde la grada “el frente hace su papel. Lo mismo los que tiene que empezar a levantar su culo del asiento son todos los demás”.
En lo deportivo el partido comenzó con el estupor causado por la alineación de Quique. ¿Era un castigo a los malos del Derby: Dominguez, Filipe Luis, Perea, Raúl García, Juanfran,… o simplemente era un ejercicio necesario de rotación en una plantilla exhausta de disputar al máximo nivel las tres competiciones que “disputa”? Sólo una mente iluminada que va más allá del resto de la humanidad es capaz de saberlo. Cuando parece imposible que exista una alineación inédita y sin utilizar en lo que va de temporada aparece el talento del señor Flores para sacarnos de nuestro error. Pero si la alineación era difícil de digerir tardamos todavía más en entender la disposición en el campo. Los jugadores también y de hecho en los primeros minutos el Mallorca estuvo a punto de aguar la noche de felicidad con varias llegadas sucesivas frente a un equipo que no sabía cómo colocarse pero pasados esos minutos de caraja el asunto parecía despejarse. Debe ser esa gripe que acecha el espacio madrileño o el frío o la crisis galopante pero contra todo pronóstico lo que aparecía ante nuestros ojos era una especie de 4-3-3 con tres centrocampista abiertos y dinámicos (Asunçao, Tiago y un tal Elias) y tres delanteros modernos de esos que no ocupan una posición concreta sino que se complementan según las vicisitudes del juego: Forlán, Reyes y Fran Merida. De hecho en muchas ocasiones la separación entre centrocampista y delantero no estaba tan clara. El experimento, desde mi modesto entender, salió estupendamente. El partido se controlo completamente, se dominó el balón y el juego, el equipo parecía mucho más fluido y haciendo cosas de futbolista aparecían jugadores como Fran Merida que algunos empezábamos a dudar que mereciesen la categoría de jugador profesional. El primer gol llegó con un atípico y poco ortodoxo remate de cabeza de Valera y el segundo con un excelente pase de Fran Merida a la espalda de la defensa que remata con profesionalidad Forlán y colocó el 2-0 con el que se llegó al descanso. Sin tirar cohetes ni lanzar las campanas al vuelo las sensaciones fueron buenas y como mucha gente reclamaba (reconozco que yo no era uno de ellos) parece que es un sistema que se adapta mejor a los jugadores que tenemos.
Pero claro, Quique es mucho más listo que todos nosotros y él ve cosas que nosotros no podemos ver. Por eso nada más comenzar la segunda parte quito a Elías del campo para colocar a Juanma y volver a la rutina de siempre que marca el 4-4-2 con doble pivote y dos tipos a la banda. No por Juanma sino por la reordenación de los jugadores en el campo. De esa manera volvíamos a la tristeza, a la espesura, al sopor, a perder el control del partido y a que los mismos jugadores que antes aparecían ahora desapareciesen entre la vulgaridad.
Volveremos en un momento a la segunda parte pero antes me voy a quedar en la figura del tal Elías que ayer debutaba con la elástica colchonera. Romo, torpe, perdido, mal colocado, con aspecto frágil y absolutamente inútil en el campo. El brasileño, que fue sustituido en le descanso para alivio de todos, completo uno de los peores debuts que recuerdo con la camiseta del Atlético de Madrid y teniendo en cuenta que esa misma camiseta la ha vestido: Sosa, Richard Nuñez, Wiki, Magüi, Javi Moreno, Novo,… es decir bastante. Es el primer partido y hay que tener paciencia pero desde ya me parece carísimo y como decía también alguien en la grada, daba grima verlo con el 9 a la espalda.
La segunda parte fue exactamente la versión actual del Atlético de Madrid. Malo malísimo. Si gracia, sin fútbol, sin juego, sin balón,… sin nada. Gracias a que enfrente aparecía un Mallorca perezoso e inofensivo que se movía a la misma velocidad que los zombies de The Walking Dead la cosa no pasó a mayores. No obstante el bueno de De Gea tuvo que emplearse como acostumbra en más de una ocasión demostrando, una vez más, que esos agoreros que lo quieren enterrar tienen tanto tino como sentido del ridículo. El partido transcurrió así hasta el final pero podía no haber sido tan plácido si la jaimitada de todos los partidos hubiese acabado de otra forma. En una salida en línea de la defensa colchonera Antonio López decide quedarse en el área jugando a la lucha greco-romana. Penalty. Penalty que lanza Webbo y que De Gea, otra vez, decide parar. Esta fue la puntilla para un Mallorca timorato e inofensivo que ni con uno más fue capaz de inquietar a su rival. Uno la lectura que saca de todo esto es el paupérrimo nivel de la liga española. El Mallorca estaba inmediatamente detrás de nosotros en la clasificación.
Antes de terminar, eso si, Quique decidió obsequiarnos con otras dos sabias decisiones de entrenador. Primero dejando al equipo sin delanteros en el campo durante muchos minutos por alguna razón que supongo ira de la mano del concepto de valentía del entrenador. Después dejando a un extenuado Reyes en el campo teniendo el jueves la vuelta de la copa y sin Agüero. Eso si, el de utrera consiguió desquitarse de su mala suerte de cara al gol y en las postrimerías del partido culminó una buena jugada de los madrileños subiendo el 3 al marcador y redondeando la noche.
Sumisos en la protesta (veremos que ocurre el jueves pero no soy de los que protestan a los jugadores ni en función de los resultados), con experimentos que cuando salen bien se desechan para volver a la mierda de siempre y soportando bromas pesadas en forma de supuesto jugador sudamericano que cuestan millones de euros probablemente todos ellos de comisión. Eso es el Atleti de nuestros días.
2 comments
Venga, el partido contra el Mallorca queda atrás, con suerte hoy no veremos experimentos.
Vamos a soñar más fuerte!!
Saludos
PD: Si te parece bien, me gustaría que intercambiásemos enlaces. Ya he enlazado tu blog en el mío (http://paseomelancolicos.blogspot.com), saludos ;)
Claro que si.
Ya está hecho.
Saludos,
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