Talento Vs. Ridículo (FC Barcelona 3 - At. Madrid 0)
Una reina sueca llamada Cristina II dijo una vez que el secreto de poner en ridículo a las personas consiste en conceder talento a personas que carecen del mismo. El Atlético de Madrid aparte de mezquino en su facción deportiva es una broma pesada que constantemente se pone en ridículo y lo hace precisamente por lo que vaticino Cristina II hace siglos. Aceptar que Cerezo tiene talento para ser presidente del Atlético de Madrid, que García Pitarch lo tiene para algo que tenga que ver con el fútbol o que Quique (y quien dice Quique dice Zambrano, Marcos, Manzano, Ferrando, Bianchi, Aguirre o Abel) tiene talento para entrenar un equipo con jugadores que no son exclusivamente de corte aguerrido y que debe salir a ganar en el 95% de los campos del mundo, es dar el primer paso para poner en ridículo la institución que lamentablemente representan. Verán que he mantenido al margen al máximo responsable e ideólogo de este galimatías, el estudiante de veterinaria fracasado llamado MA Gil. Lo he dejado aparte porque no tengo todavía claro si este tipo es el ser más inútil sobre la faz de la tierra o alguien con un talento infinito para hacer el mal.
Ser aficionado al Atlético de Madrid hoy en día es como ser aficionado del bate de béisbol en un partido de béisbol o ser aficionado de los guantes de un combate de boxeo. Absurdo, pero es así. El Atleti en el campo es un elemento pasivo, de atrezzo de destrucción y cuya trayectoria en el partido siempre es a merced del contrario. Si lo es contra el Aris, contra el Hércules o contra el Escalerillas imagínense ustedes contra el mejor equipo del fútbol.
El partido comenzó como siempre, con el Atleti achicando agua por detrás del balón, pero delante teniendo un equipo magnífico que toda su grandeza está construida en torno al balón, algo que parece lógico jugando a un deporté que se llama balompié pero que no traten de explicárselo a estrategas de garrafón tipo Quique. El Atleti parecía ordenado en su miserable miseria y su valiente apuesta pasaba exclusivamente porque los catalanes no marcaran un sólo gol pero viendo lo que venía a nuestros ojos, que era básicamente un abrumador monólogo blaugrana, la única duda que el planeta tierra tenía (Quique incluido) era conocer el minuto en el que el Barça abriría el marcador. El minuto fue el 16 y llegó de esa maravilla de jugador llamada Messi. Una de sus típicas diagonales desde la derecha, tres defensas colchoneros que se tocan entre si y el disparo del argentino que va al fondo. A partir de entonces el Atleti tuvo un papel tan importante en el campo como el banderín de córner.
Sinceramente, a partir de ese punto mi único temor es que la goleada no fuese de récord. Hubo un tiempo en que creía en las remontadas del Atleti pero en ese tiempo mi equipo jugaba al fútbol. Hoy no. Desde que volvimos a primera división somos una banda de jugadores que vive de espaldas a la creación, de espaldas al balón, que suele pensar con demasiada frecuencia que un empate es un gran resultado y que SIEMPRE depende del rival. El rival de hoy era precisamente todo lo contrario así que el roto estaba hecho. El partido siguió igual, con un Barça espectacular y un Atleti inexistente, sucediéndose las llegadas del Barça con peligro. El segundo gol podría haber llegado de cualquier forma (es lo que tiene jugar todo el tiempo en la frontal de tu área) pero llegó de nuevo por parte de Messi con algo de fortuna tras un despeje a la desesperada de Antonio López.
La primera parte acabó sin más goles pero fue algo fortuito. El Barça bajó el ritmo y empezó a usar el tran-tran pero aun así le basta y le sobra para destrozar al Atleti. Especialmente cuando enfrente tiene un equipo entrenado para defender y dar pelotazos. Un equipo diseñado con el orificio rectal y entrenado desde el engreimiento y la la falta de talento. Con los dos fichajes invernales en el banquillo (junto al mejor jugador del pasado mundial) pero dos laterales izquierdos en el campo (también estaba Valera pero no sé que adjetivo ponerle) el Atleti era la misma broma de los últimos años amplificada por la insolente negligencia de un entrenador que hace demasiados meses que ha perdido el norte (si es que alguna vez lo tuvo). Llegando al descanso el colegiado anuló un gol a los madrileños tras sacar una falta sin pedir barrera pero me temo que cuando el árbitro saca tarjeta (se la sacó a Alves por entrada criminal a Agüero) puede exigir que no se inicie el juego hasta que el lo permita.
El inicio de la segunda parte fue esperanzador para los colchoneros que consiguieron dar una buena imagen simplemente con otro delantero más, presionando la salida del balón del Barça (ganar a este equipo sin quitarle el balón es estúpido pero Quique tiene cosas más importantes en que pensar), tratando de hacer algo con esa cosa redonda que todos (menos Quique) siguen con la mirada y sobre todo con la consigna colectiva de intentar, por vergüenza, hacer algo, pero no se consiguió concretar. Especialmente con un remate de Filipe Luis tras buena jugada del Kun y Forlán (el uruguayo estuvo bastante mejor que lo que nos tiene acostumbrados últimamente) que saca Piqué de cabeza en la línea de gol. Aquello podía haber cambiado el partido pero no fue así y el buen arranque colchonero se fue congelando poco a poco según pasaban los minutos. A falta de diez, Messi completaba su particular Hat-Trick tras un rechace que Godín no logra sacar de la línea de gol.
Es lo que hay, No merece la pena ningún análisis. El sol sale todas las mañanas este Atleti (con estos dueños, con esta dirección deportiva y con este tipo de entrenador) saldrá normalmente goleado del Nou Camp. Hay cosas tan evidentes que es absurdo comentarlas.
1 comment
Con un poco de suerte, aún tonteamos con el descenso y la gente se cabrea de verdad con Gilmar y el productor de cine.
Saludos desde Paseo Melancólicos
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