200 temas de mecánica
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Sosa
At. Madrid 1 - Granada 0
La asignatura de Mecánica
del segundo curso de la antigua carrera de Ingeniería Industrial tenía un contenido
de más de 200 temas. Cada uno de ellos era una farragosa y generalmente
complicada demostración matemática de fenómenos físicos, como el péndulo de
Foucault o la curva braquistócrona, que requiere un esfuerzo de abstracción y conocimientos de cálculo avanzado. En el examen, el pomposo catedrático sacaba
un número aleatorio que se correspondía con alguno de esos temas y esa era la
mitad del ejercicio. Completar la demostración de forma perfecta. Valía 5
puntos y la alternativa, no completarla con éxito, equivalía a obtener un cero.
Ahí estaba la clave para aprobar la asignatura dado que los otros 5 puntos
venían de un problema práctico que generalmente era imposible de resolver
incluso para premios Nobel de Física. No resultaba una asignatura fácil y el
número de alumnos que se acumulaban en sus listas era de proporciones bíblicas.
Fue una pesadilla, pero saqué una gran lección de todo aquello que no es precisamente el puñado de nociones de dinámica Newtoniana ni la elegante aplicación del principio de
Hamilton. Fue la forma de enfrentarme a los retos complicados. Había alumnos
que veían los 200 temas en bloque y directamente pensaban que era imposible aprenderse
todo aquello. Se convencían en un vistazo de la inutilidad de enfrentarse a algo que parecía evidente. Muchos dejaron
incluso la carrera en ese punto. Ver esa montaña de papeles en bloque y pensar
que tenías que metértelo de forma razonada en tu cabeza era algo impresionante que provocaba un miedo al abismo que impedía incluso empezar a mover
los pies para andar. Resultó mucho más efectivo aplicar entonces el “partido a
partido”. Esa técnica sencilla y antigua que sin embargo tiene más calado de lo que muchos
iletrados que ocupan nuestros medios de comunicación (algunos rozando incluso el
analfabetismo), son capaces de entender. La técnica se basa en concentrar los esfuerzos
exclusivamente en el siguiente paso, como forma definir retos factibles y
evitar escuchar el ruido aterrador del premio imposible. El único objetivo era
aprender lo mejor posible el siguiente tema y nada más, sin reparar nunca en cuánto
duraría aquello o en si lo más fácil o lo más difícil estaba o no por venir. Así,
uno detrás de otro. Concentrándose en llegar vivo al siguiente paso. Sin
levantar la vista ni especular con cosas que no estaban al alcance. Aprobé,
claro, lo que me hizo ser un furibundo creyente de esa religión. Simeone lleva
meses tratando de inculcar la misma filosofía en los aficionados colchoneros.
También ha tratado de explicársela a los periodistas pero o no lo quieren entender o realmente no tienen capacidad intelectual para hacerlo. No caigamos nosotros en
el error de imaginar cuentas. De hacer de videntes. No hagamos lo mismo. No
escuchemos los cantos de Sirena. Pensemos exclusivamente en el siguiente
partido porque, como siempre dice el propio Simeone, eso nos va bien y nos hace
fuertes. Olvídense del calendario. Olvídense de las salidas o del último
partido y concéntrense en el Athletic Club de Bilbao. Lo sé, pero nadie dijo que
fuera fácil.
Perdonen esa
introducción tan larga pero es que del partido contra el Granada se puede hablar
mucho de emociones y muy poco de fútbol. Ni la insultante hora elegida por la
mafia que domina la liga española fue capaz de retirar del Vicente Calderón esa
mística y ese sonido que se ha instalado esta temporada en el coliseo
rojiblanco. Una entrada bastante decente, para lo indecente de la hora, que
estuvo con su equipo desde el principio. Un equipo que saltó al campo demasiado
consciente probablemente de lo que había en juego. Bien colocado, mandando y
dominando el juego, pero con la sensación de tener la zapata del freno echada.
Con cierta aprensión a cometer errores. Tampoco ayudó mucho una alineación que
desde mi punto de vista no se correspondía con las necesidades del encuentro. Comprensible
la salida de un errático Insúa en lugar del sancionado Luis Filipe pero el
acompañamiento en banda del Cebolla es algo que se escapa a mi entendimiento.
Decían que podía tener la misión de tapar la incertidumbre que provoca el bueno
de Insúa pero para mí el uruguayo no recorta la incertidumbre sino que la
amplifica. Pero no creo que sea él el principal responsable del mediocre
partido que hicieron los colchoneros. Mucho más responsabilidad tuvo la
escuadra rival, un Granada muy bien plantado en el campo que había estudiado al
enemigo con gran acierto. Tapando a Diego Costa y dejando a Villa que se
perdiera en su propio bosque, cerrando las puertas de Arda (el único capaz de
cambiar el sentido de las agujas del reloj) y obligando a los medios centros a
tener que jugar muy atrás. Desgraciadamente para los andaluces, su sistema era
puramente defensivo y en ataque todo lo dejaban a la inspiración improvisada de
sus hombres de arriba, pero ahí tenían un par de puntales (El-Arabi y sobre
todo Brahimi) que pusieron las cosas difíciles a la defensa colchonera en
varias fases. La primera parte fue eso, centrocampismo estéril que moría en las
inmediaciones del área. Salvo un gol anulado a Costa y las jugadas a balón
parado, no hubo mucho más.
La segunda parte
fue muy parecida de inicio pero con la salvedad de que el Atleti se fue
descaradamente hacia arriba para tratar de meter un gol por lo civil o lo criminal. Con
muy poco fútbol, eso sí, lo que me hace volver a intentar entender por qué no
estaba Diego Ribas en el campo. Pensamiento que se hizo todavía mucho más
fuerte cuando Sosa entró por Cebolla como primer refuerzo. Probablemente sea de
los pocos que reclama a Diego de titular y por su puesto esto no supone ni un
átomo de merma en mi confianza en Simeone, pero no entiendo que no juegue
cuando es el tipo de jugador que tiene precisamente aquello de lo que adolece
el equipo. El Principito tuvo sin embargo buenos detalles en el campo. Sigue
mostrando una indolencia que asusta y le falta entrar más en juego pero poco a
poco intuimos porque está jugando en este equipo. Suyo fue de hecho el saque de
esquina que motivo el único gol del partido. Balón al área que esa bestia
llamada Diego Costa remató a la red. 1-0. La grada respiraba aliviada pero
consciente de la dificultad de lo que estaba pasando en el césped se puso a
alentar a su equipo. Un equipo que se echó para atrás a defender el resultado
provocando el pánico entre los que nos congelábamos en la grada. Realmente el
Granada no tuvo una sola ocasión de gol pero la sensación hasta que terminó el
encuentro fue la de que en cualquier momento podía ocurrir lo peor. Pero no, lo
que ocurrió fue que el Sevilla marcaba en su estadio y ganaba al Real Madrid.
Dato que provocó el delirio del respetable y que nos recordó lo bonito que es
el fútbol cuando los partidos de liga se juegan a la vez.
Tres puntos más.
Somos todavía más líderes y quedan 8 partidos. Estamos casi en abril, falta
poco para que acabe el fútbol de clubes, está todo por decidir y el Atleti está
en la pomada. Hace ocho meses soñar con esta situación se asemejaba bastante a estudiar 200 temas de
Mecánica. Tenemos la suerte de vivir un milagro, un
sueño, que se puede tocar y sentir. Paladear y degustar. Aprovechémoslo. No
seamos tan estúpidos de sufrir por cosas por las que no merece la pena sufrir.
Especialmente porque ni siquiera han ocurrido.
@enniosotanaz
5 comments
Muchas gracias por la cronica, Ennio. Fantastica como siempre.
Me identifico plenamente con la filosofia del partido a partido. De hecho, no comprendo como los entrenadores de cualquier equipo, cuando les preguntan por los objetivos de la temporada, pueden decir otra cosa que: "Ganar todos los partidos que dispute. Empezando por el de la semana que viene que es en..."
Siempre pense que es lo que diria yo si me preguntaran. Otra cosa es asumir, a priori, que vas a perder un partido antes de jugarlo, lo cual es patetico. Luego lo ganas o lo pierdes, pero desde luego la actitud es salir a ganar el partido que estas jugando ese dia, sin pensar en cabalas ni en grandes metas a largo plazo. Disfrutarlo, e ir a por todas. No veo otra posibilidad.
De nuevo, felicidades por esta cronica y por todas las demas. Son las mejores cronicas del Atleti que se pueden leer en cualquier medio. Las vamos todos a echar de menos mas de lo que te imaginas y espero que mantengas el blog, aunque sea con otra periodicidad. Seria una gran perdida para los atleticos perder su lucida voz.
PD- Escuche ayer la rueda de prensa de Simeone tras el partido, que consistio en una sola pregunta, reformulada de diez maneras distintas: "Es el Atletico candidato a ganar la liga"?. [TRADUCCION: Cuando cree vd. que el Atleti va a perder de una vez y quitarse del medio, para asi poder disfrutar tranquilamente del duelo Barsa-Madrid, como quiere todo el mundo. Por que es vd. tan aguafiestas, hombre?].
Todas ellas recibieron, por supuesto, la misma respuesta. Por usar su simil: "Nos quedan ocho temas de mecanica. Hablamos el dia del examen."
Un saludo desde el otro lado del Atlantico.
Magnífica crónica Don Ennio, como diría un guiri, Business as usual.
Y sí, como bien dices disfrutando de un sueño. Grande Simeone que en estos momentos ya nos ha dado el 120% de lo que de lo que el más optimista podía espera. Y seguidor convencido del "partido a partido, hasta el punto que solo conozco el próximo rival que nos queda.
Tampoco entiendo el caso Diego Ribas, seguro que el Cholo tendrá sus razones, pero yo no las comprendo.
PD. Leyendo tu crónica me surge una pregunta: ¿No será que para desasnar a tanto junta-letras deportivo, sería conveniente que estudiaran Ingeniería Industrial, con especial atención a la asignatura de Mecánica?.
Saludos
Muchas gracias Álvaro por tu comentario. Te lo agradezco mucho.
Gracias también Magerit. En realidad conozco a bastantes periodistas con mucho talento. El problema es el estilo que se ha definido como "bueno" y sobre todo los personajes tan siniestros que dirigen el cotarro. Pero quiero creer que los Manoletes, antoñitos y demás personajes cómicos son la excepción. Aunque no lo parezca.
Un abrazo,
Ennio muchas gracias por tu crónica, que desgraciadamente sigo solo desde hace unos meses, ves los partidos exactamente igual que mis dos hijos de 19 y 24 años y yo (abonados)
Los tres llevamos mamando y practicando futbol/atleti desde que "nacimos" pero nunca encontré un PERIODISTA capaz de expresarlo con tanta calidad y claridad.
¿Por que vas a dejar de escribirlas?
Un fuerte abrazo
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