Muchas gracias a todos los que os habéis pasado por aquí durante todos estos años.

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¡Un abrazo!

Humanos desarrollados.

No me pidan que me ponga en la piel de un futbolista, profesional y millonario, porque no lo soy ni lo seré. Ni futbolista ni millonario. Es más no creo que necesite ponerme en la piel de nadie para tener que explicar lo que yo, primera persona del singular, pienso, siento y opino. 

Que un buen jugador del Atleti se marche me duele siempre. Punto. No te pido que sientas lo mismo ni que lo entiendas. Te pido que respetes el que me duela y que a ser posible no me llames ingenuo, ni romántico, ni imbécil ni pretendas ponerte en una posición superior por el hecho de creerte más “desarrollado” que los demás al reducir la vida (incluidos mis sentimientos) a las reglas del mercado. Algunos pensamos que no todo en la vida se rige por la economía pero llegado el caso, de ser cierto que estoy equivocado, entraríamos en una situación en la que me sobra el fútbol y me sobráis vosotros, los humanos que se creen más “desarrollados”. 

Que un buen jugador del Atleti se marche me duele siempre, pero me duele mucho más si en el camino me ha engañado y lo ha hecho de una forma en la que conscientemente me ofende. A mí y a lo que siento por esa camiseta que, gracias a mí, inunda de millones de euros su cuenta corriente. Que ofende a los miles de “imbéciles” (¿o habría otra forma de llamarlos?) que un día serigrafiaron el nombre del susodicho "profesional" o escribimos cosas maravillosas de él, pensando que era otra cosa. 

Por todo ello les pido que por favor eviten cantarme otra vez la milonga del “trabajador común” o la saeta del “profesional” porque ya me la sé. Me aburre, lo detesto con todas mis fuerzas y además es mentira. Ni son trabajadores comunes ni son profesionales ni se parecen en nada a mí. Tampoco a usted, por muy "desarrollado" que se crea. Uno no se compra la camiseta con el nombre del piloto de avión que le lleva de vacaciones. Uno no se guarda en la cartera, junto al corazón, la foto de la prostituta con la que pasa (de maravilla) las tardes de domingo. 

¿Pagar por un rato de diversión? Correcto, entonces. Fin de los servicios. No me pidas que recuerde su nombre porque no lo pienso hacer. Tampoco me achaques no hacerlo.

No tengo ni idea de cómo viven el fútbol en otros sitios ni pretendo dogmatizar a nadie de cómo tiene que hacerlo pero sí que pido, exijo en realidad, que me dejan hacerlo a mí como me plazca. Que no me miren con desdén. Que no me hablen con condescendencia. Que no den por verdad absoluta algo que, en el fondo, no es más que una opinión. Por muy mayoritaria que sea. Piensen que lo que la mayoría cree no tiene porque ser bueno, ni lo mejor, ni tan siquiera verdad. Es simplemente lo que la mayoría cree. No lo olviden. 

Al “profesional”, al “trabajador común”, al pobre ser humano que tiene que “mirar por su familia” por supuesto le deseo desde ahora mismo lo peor. Lo siento. Soy el que paga y me debo a mi corazón.

@enniosotanaz