Niños malcriados
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Liga 2016/2017
Los niños malcriados no piden. Exigen. No quieren. Necesitan. No sueñan. Consumen. Los niños malcriados creen que todas las cosas son suyas. No comparten con los demás porque los demás son imbéciles. No conocen pasado ni futuro porque ellos se dedican a masticar el presente para tirarlo al vertedero cuando pierde sabor. No dan crédito porque no tienen memoria. Los niños malcriados sólo dan besos si es a cambio de regalos. Cuando no hay regalos los besos se cambian por insultos, patadas y pataletas. Los niños malcriados no aman. Negocian. No hablan. Chillan. No opinan. Insultan. No razonan. Imponen. Desprecian lo que no les sirve. Da igual si es un apósito o un familiar cercano. Los niños malcriados creen tener muchos derechos y pocos deberes. Confunden criterio con ladrido. Pensamiento con queja. Los niños malcriados lo quieren todo y lo que quieren ya, pero ni siquiera saben para qué lo quieren.
Acudir al Calderón se está convirtiendo en un sacrificado ejercicio de paciencia. Paciencia para acompañar al equipo en esa sacrificada transición que ha emprendido hacia un lugar del que no debió marcharse, y MUCHA paciencia para soportar a esa tribu de niños malcriados que poco a poco están conquistando la grada del coliseo colchonero.
El partido contra el Betis ha sido malo. Soporífero en muchos momentos. Y es una pena porque el equipo salió bien al campo. Dueño del balón, con actitud, con ganas y con Gaitán jugando en manga corta bajo el relente madrileño. Al argentino se le veía con ganas y eso le hizo estar en el momento justo y el lugar adecuado. Corría sólo el minuto ocho cuando enganchó un rechace en el área para meter el balón en la portería. Fueron los mejores diez minutos del Atleti. Los únicos realmente. A partir de ahí, obsesionado por la referencia de Torres en el ataque, el equipo se limitó a cerrar filas y mandar absurdos balones en largo que por supuesto perdíamos. Desapareció el centro del campo, desapareció el control y desapareció el juego. El Betis, que había salido con cierto complejo de inferioridad, empezó a creérselo. Aupado en un excelente jugador llamado Ceballos (¡partidazo!) se fue a comerse al rival. Y casi se lo come. Si en el fútbol hubiese justicia es probable que los sevillanos se debieran haber ido al menos con un empate, aunque, para ser justos, apenas tuvo ocasiones de gol y esa es una buena noticia para los rojiblancos.
El Atleti no está bien pero eso ya lo sabíamos. Simeone sigue haciendo experimentos y la falta de confianza se ha instalado peligrosamente en los engranajes más importantes del equipo. Insisto, ya los sabíamos. También sabíamos que una situación así sólo se revierte con resultados favorables y no con tacones o pases de filigrana. Con resultados recuperaremos la contundencia y la personalidad granítica de antaño. Después vendrá todo lo demás. Y ojo, no perdamos el norte. Incluso cuando ganamos la liga jugando bien resultó que jugábamos mal.
Pero nada de esto parece entenderlo esa cohorte de nuevos atléticos, algunos muy viejos, que asimilan esto del fútbol de una forma completamente antagónica a la mía. Tengo por ejemplo una colección de señores en la fila de atrás que se pasan el partido insultando a Gabi. ¡A Gabi! Vrsaljko es cojo, Juanfran está acabado, Saúl es una mierda, Moya un inútil, Koke un vago (¡Koke!), Griezmann un niñato y mejor me ahorro los insultos racistas que le soltaban el año pasado a Jackson Martínez porque me da vergüenza hasta reproducirlo. ¿Son mayoría? No, pero son a los únicos que escucho. Se han hecho fuertes y, como niños malcriados que son, están convencidos de ser los dueños del espacio y del tiempo. Creen que dar su opinión en un país democrático es eso.
¿Y el resto de la gente? El resto discutimos entre nosotros y nos dividimos entre los que se van asqueados, los que se gastan en causas menores y los que no quieren ver lo que está pasando.
Algún representante de esa fauna invasora pero con cierta capacidad para construir frases, me justificaba luego en Twitter que si el “juego” del equipo era tan espantoso ellos tenían derecho “a decir algo”. Que tienen derecho a “exigir”. A “quejarse”. A “dar su opinión”. Que hay que “tirar lo que no vale”. Vuelvan a leer el primer párrafo.
La solución sólo puede pasar por la educación pero Papá club está a sus cosas quedándose tarde en la oficina, ganando dinero y pasando de todo. El maestro periodista tampoco ayuda. Fascinado por la luz fluorescente del fútbol moderno y rehén de su propia manutención, les dice encima que hacen bien. Que potencien su histerismo porque eso genera información. Que esa es la actitud. Que hablen como ellos. Que piensen como ellos. Que todas las aficiones son iguales. Que sigan las enseñanzas de esa homeopatía llamada “prensa deportiva”.
Al final, sedimentado el cabreo, lo único que me queda claro es que yo no me pienso ir. Esperaré a que se marche ellos. Sé que lo harán en cuanto se les rompa el juguete.
@enniosotanaz
11 comments
Espero estar equivocado pero creo que el Aleti de Simeone se acabó en Milán. Y espero que todos esos de los que hablas se acordarán del cholo cuando ya no este y sigan los dos delincuentes del palco haciendo de las suyas.
Amen señor Sotanaz, amen.
Muy bueno,lo has clavado.
Pues eso...Toni...qué te voy a decir? esa misma cruzada...pelear contra los "infieles" de alrededor en mi grada del Calderón es lo que hago... Besar por donde pisa Simeone" es mi frase para intentar convencer.
besar por donde pisa Simeone??? yo beso por donde pisaba Don Vicente Calderón,,
Cholo es mi Pastor, nada me falta.
Hasta ahí mi análisis de lo sucedido ayer, incluida la rueda de prensa. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Gracias, Ennio.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Un abrazo,
Decía yo, y es que no se ve, que se nos ha llenado el campo de espectadores y de turistas, y que poco a poco nos han ido echando a los hinchas.
De niños malcriados estamos rodeados.
lo mismo nos sentamos cerca, porque un par de filas mas atrás tengo yo unos "niñatos" como de los que hablas...
Buenas, Ennio. Macho, qué alegría ver que alcanzaste más de 100 RT´s y Fav´s con esta última entrada. Es algo prácticamente impensable para cualquier periodista (Uría al margen, que tiene su público y decenas de miles de seguidores) que cubre la info del Atleti.
De ahí que no puedas abandonarnos!
No pude ir a Madrid el sábado, por lo que no puedo compartir qué se dijo por mi localidad. No obstante, menos un viejo insoportable (pero muy insoportable), en general yo no escucho ni un solo insulto o menosprecio a los jugadores. Sí que percibo mayor silencio, cómo si al gran público le pesara el partido. Pero en cualquier caso, no nos engañemos, la clave es el fondo sur. Cuando ellos rugen, de alguna manera nos contagiamos un poco todos... Y entre que estamos más apagados unos y otros... No obstante, me gustó mucho ver a Simeone tocando el claxon al salir del estadio. Yo le quiero así, como es él. Buena señal.
Esta tarde mientras aporreaba teclas en el ordenador, he aprovechado para escuchar tu intervención ayer en El Travesaño. Como siempre, mola escucharte. Cuando has contado lo de los insultos a determinados jugadores, me ha dado bastante pena, pero sin embargo tú mismo has dicho que la mayoría tiene un comportamiento correcto... Eso es lo más importante. Tampoco me parece justo presentar como general, algo que es no siendo excepcional, sí parece limitado. No sé, así lo veo yo...
Una última reflexión estrictamente futbolística. Es la primera vez desde que llegó el Cholo al Atleti, que un equipo con menos presupuesto y peores jugadores (siendo buenos, por supuesto), están rindiendo mejor que nosotros. Y admito que aunque la cabeza me dice que es muy bueno para la Liga lo que está haciendo el Sevilla (que lo es), la patata reacciona de otra manera... Me da rabia... No obstante, mi total admiración a la obra de Monchi y Sampaoli.
No son solo los nuevos malcriados, por desgracia. En mi zona, abonados de años, de muchos años (bajo el techo) estamos los de siempre, y muchos de los de siempre comen muchas pipas últimamente. Demasiadas. Y se les mezcla el maniqueísmo ese que deja su tufo en el fútbol de hoy; o se juega como el Barça o se juega mal. Así, cuando Koke se encuentra con un balón en la frontal, sin marca cercana, en el minuto 80, y en lugar de girarse y disparar, se gira pero hacia la banda y elige conservar la posesión, y la conserva, muchos de estos abonados de siempre, gritan y protestan que por qué no tira a gol. Pero el Cholo le aplaude. Y yo también, porque con ellos, y con muchos otros, hemos llegado a donde estamos, que es a donde nunca soñamos que llegaríamos. Y lo menos que podemos hacer es seguir dejándoles ser quienes son. Seamoslo también nosotros.
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