Todo está mal
“Quiero volver, quiero volver a casa. Tenía todo planeado y ahora no entiendo porque me siento tan sólo. No reconozco este sitio aunque había estado antes aquí. Dejaré que todo se esfume ahora que ni siquiera sé para que vine”A finales de la temporada pasada, cuando definitivamente se confirmó que el Atlético de Madrid quedaría cuarto de una liga rara y descafeinada, las voces más triunfalistas del Calderón alzaban su voz y sacaban pecho como si el club hubiese conseguido un gran éxito. Por fin el equipo volvía a la elite, se escuchaba, por fin el equipo jugaría la Champions, decían. Hubo quien incluso fue a celebrarlo ante una estupefacta estatua de Neptuno. Unos meses después, el equipo sigue siendo el caos infernal y la extraña máquina de NO hacer fútbol que era el año pasado. Sigue haciendo el ridículo en el campo cada vez que tiene ocasión y sigue perdiendo con todos los equipos grandes con los que se enfrenta pero curiosamente, en esa liga de campeones que todo lo justifica, el equipo marcha en cabeza y se enfrenta contra el “coco” del grupo, nada menos que el Liverpool de Fernando Torres. Cualquiera pensaría que es el partido del año y precisamente por eso, porque todos lo pensábamos, nuestro “gran” entrenador decide que no es así. Decide que la tan manida Champions es un torneo que no nos corresponde, que se nos escapa, y al que no debemos dedicar nuestros mejores recursos. Hay quien dice que esta forma de actuar atendía a una “recomendación” que venía desde arriba. Si es así, el que dice ser el entrenador del Atlético de Madrid debería presentar su dimisión por dignidad. Si no es así debería presentar su dimisión por negligencia.
“Porque todo está mal, todo está mal. Ahora toda mi fe se ha marchado...”
Con esa perspectiva es muy difícil hablar del partido de hoy. Me da pereza, me siento cansado, hastiado e incomprendido. El encuentro comenzó de forma lamentable por parte colchonera pero es que no podía empezar de otra forma con esas credenciales. La plantillas salió con el miedo al rival con el que a suele salir todos los partidos, amplificado por el rival de hoy, el ambiente y los dos debutantes en la plantilla. Sacar a Camacho y Domínguez en el partido de hoy es algo que debería estar castigado en el código penal. Con el pavor habitual, sin balón, sin tensión, sin esquema, sin juego, sin ganas,... vamos, como siempre se desarrollaron los primeros minutos del partido y la primera parte. El Liverpool sin pisar el acelerador aceptó el regalo de Aguirre y se dedicó a intentar meter un gol, gol que llegó (en fuera de juego) tras una gran jugada de equipo. Si, esas cosas que hacen los equipos que están entrenados y que en el Calderón nos hemos acostumbrado a ver en los rivales que no visitan. A partir de ahí no crean que el Atleti reaccionó. Ni mucho menos, el Liverpool siguió siendo dueño del partido, del balón y del juego. El atleti estaba grogui y podía haber pasado cualquier cosa pero gracias a la divina providencia o la flor que dicen otros no pasó. Puede que también gracias a Benitez, un entrenador en las antípodas de Aguirre en cuanto a talento, amor al fútbol y a como preparar un equipo pero muy afín al gusto por la especulación y ese otro fútbol del que muchos hablan. Puede que ese otro fútbol salvase al atlético esta noche cuando el Liverpool se dedicó a jugar al tran-tran y no decidió pisar el acelerador frente a un equipo muerto y entregado.
La segunda parte fue muy diferente pero la diferencia no hay que buscarla en ningún planteamiento revolucionario o algún cambio genial. Salió Agüero si, pero fue su peor partido de la temporada probablemente. La diferencia estuvo en que en el Atlético de Madrid, a pesar de lo que piensa su entrenador, existen buenos jugadores y a que alguno de ellos tiene el orgullo suficiente como para tirar hacia adelante de vez en cuando. Agüero, Simao, Forlán, Maniche,... gracias.
“Me di cuenta de ello, o eso dije, pero entonces encontré cuando lo había tirado todo por la borda. Estaba todo en mi cabeza”
Los mejores minutos de este equipo siempre llegan de la misma forma que no es otra que cuando las tácticas se deshacen, los esquemas se rompen y el partido se transforma en un caos sin reglas. Cuando en los equipos se anulan los efectos de sus entrenadores los potenciales se igualan y es el momento de atleti. No sé lo que le puede parecer esto al atribulado lector pero a mi me parece simplemente patético, especialmente cuando hablamos de una plantilla como la nuestra que tira por la borda cualquier posible sinergía. Así a golpe de émbolo, con arranques de furia y mucho patadón llegaban las ocasiones colchoneras, pocas eso si, porque enfrente, aunque jugando al ralentí y especulando, estaba uno de los equipos tácticamente mejor preparados del mundo que no es muy partidario del caos y suele volver a poner orden siempre que puede. Eso si, entre medias de todo esto Maniche metió un gol legal que el colegiado se encargó de anular injustamente. ¿Será casualidad que después de todo lo que ha pasado con la UEFA el gol del Liverpool sea en fuera de juego y a nosotros nos anulen uno legal? Por cierto que de dar la espalda durante el himno de la Champions nada de nada.
Impone tan poco respeto este atleti y aparece tan vulgar ante los ojos de cualquiera que hasta el propio Benitez decidió pensar en su partido contra el Chelsea y decidió quitar a los tres mejores jugadores del partido del terreno de juego: Keane, el autor del gol, ese pedazo de centrocampista de esos que miran a la portería contraria llamado Gerard y ese medio centro de los que hacen bastante más que dar patadas y echar el balón para atrás: Xavi Alonso. Aun con esos tres futbolistas fuera y el Liverpool pensando en el equipo del barrio pijo de Londrés el gol que empataba el partido llegó, como no podía ser de otra forma, tras un patadón desde alguna parte imprecisa del campo colchonero y después de un fallo inesperado de una defensa que nunca tiene fallos. Forlán incansable y atento lo aprovechó y Simao llevaba el balón a la red. Premio merecido para uno de los jugadores que se echó el equipo a la espalda y para una afición que con tan poco a cambió estuvo en todo momento con el equipo, aunque desgraciadamente también un premio injusto para un entrenador que no debería seguir un minuto más en un mundo lógico y en un club dirigido por una directiva competente.
“Ahora quiero volver, abandonar esta pelea. Me siento débil, me siento cansado con ganas de dormir y nada me hace sentir bien”
Así terminó el partido. Entre entrañables saludos por parte de las dos aficiones rivales y gritos eufóricos que recordaban a ese gran profesional que dejó nuestro club “para mejorar” el 4 de Julio de 2007 y que afortunadamente este que escribe escuchó en la lejanía desde fuera del estadio.
No puedo entender la alegría de mis correligionarios con lo poco que tenemos. No puedo entender ni su paciencia, ni su euforia, ni su conformismo ni su forma de entender las derrotas. No puedo entender como asumen con tanta dignidad el papel de segundones y bufones que nos otorga el sistema ni puedo entender que acepten sin más lo que escuchan desde la prensa pero simplemente “es lo que hay”. Hemos empatado en casa y parece que tenemos que dar gracias a Dios y estar contentos. Que alguien me explique como lo hace. Necesito la misma droga que ellos usen. Quiero tomar la otra píldora, la que me lleva a Matrix. No puedo más.
“Solía entender esto pero ha sido demasiado largo. Todo lo que una vez estaba bien ahora esta mal”.
Everything is wrong (gibbs/hurley)
The Gigolo Aunts - Minor Chords and Major Themes (Geffen/1999)
5 comments
¡Buenos días!
Gracias una vez más por tus magníficas crónicas. He visto el mismo partido que relatas.
Dejando el partido a un lado, una posible respuesta a tus incógnitas es la siguiente: tu eres del Atleti de tus padres y de tus abuelos. De un Atleti venido a menos. De un equipo digno y grande que fue secuestrado y mancillado. Del Atleti que toca a su fin. Yo también soy de ese Atleti.
"Ellos" son del Atleti del siglo XXI. Un equipo de segunda venido a más, que cada año sube un peldaño y que este año, por fin, toca la Champions.
Son dos realidades paralelas, efectivamente.
Estamos intentando mostrarles nuestro Atleti, pero "ellos" no lo pueden ver. Y nosotros no queremos aceptar su Atleti.
Para no sufrir más, ¿tenemos que hacernos de otro equipo o tenemos que seguir luchando por recuperar
el Atleti que fue? ¿Qué podemos hacer?
Saludos,
Querido Ennio:
Imagino que tu mayor ilusión hubiera sido anoche una derrota para ver a Aguirre en la calle. Quizá una goleada en Villarreal cumpla tus deseos.
Para mí el Liverpool no controló demasiado la primera mitad. Lo hizo más durante muchos minutos de la segunda. Hizo su fútbol: mirar, defender con un orden impecable y salir a la contra.
Te lanzaré una pregunta que hasta ahora no te había hecho ¿Eran mejores Pepe Murcia, Carlos Bianchi o César Ferrando que Javier Aguirre?
Por cierto, que yo particularmente celebré el empate porque era lo más que esperaba (no tenía ilusión) después de los ridículos precedentes.
El partido importante es el del domingo. Creo que ayer no se subestimó la Champions, creo que allí las cosas están encarriladas y era correcto reservar.
Un saludo
Por cierto, en cuanto a la falta de respeto, digo yo que Benítez podía haber reservado a esos futbolistas antes del partido, ya que algo habría visto al Atleti, y dejarles en el banco.
El quitarles con el partido ‘encarrilado’ y con el Chelsea a la vuelta de la esquina es algo que habrían hecho contra cualquier rival del mundo.
No todo es tan extremo.
Jose i., creo que te equivocas. Mi mayor ilusión hubiese sido ver al atlético de Madrid apabullar al Liverpool por juego, actitud y goles. Yo jamás quiero que pierda el atlético de Madrid. Lo que si que quiero es que Aguirre no está un minuto más en ese banquillo porque creo que es un lastre para que este equipo pueda demostrar que lo es.
Una goleada en Villarreal lo que haría sería deprimirme todavía más que lo que estoy. Sobre todo porque tampoco pasará nada. Me deprime perder y hacer el ridículo y que no pase nada. Eso es lo que realmente me preocupa.
Será otra perspectiva pero para mi el Liverpool de la primera mitad hizo lo que quiso. El centro del campo fue suyo, la pelota también y el atleti que rara vez paso del centro del campo, no logró tirar entre los palos.
Ferrando era muy malo. Tenía un sistema rígido y espeso que no valía para una plantilla con aspiraciones y le venía grande el equipo y la institución. Entrenador pequeño con sistema de equipo pequeño, es decir jugar a la ruleta rusa. Es decir casi casi como Aguirre. Ahora bien, el sistema defensivo funcionaba. Tanto que alguien dijo que Perea y Pablo eran la mejor pareja de centrales de Europa y Pablo y Antonio López eran titulares en la selección española. Ferrando es un entrenador malo pero al menos se puede decir que es entrenador. Si además comparas las plantillas de uno y otro Aguirre debería esconder la cara de vergüenza.
Bianchi resulto letal pero lo que le mató fue sobre todo su soberbia y el mirar por encima del hombro a todo el mundo. Nadie lo tomó nunca en serio porque él se lo ganó. Estaba más pendiente de sus peleas personales o de demostrar al mundo lo listo e independiente que era que del equipo. Decirlo ahora es fácil pero cuando lo ficharon no me gustó su fichaje. La razón es que sólo había entrenado una vez en Europa, a la Roma y casi lo baja a segunda. Es decir, volver a jugar a la ruleta rusa. Aun así sabía y sabe más de fútbol que Aguirre.
Pepe Murcia es el mejor entrenador que hemos tenido desde que subimos a primera (quitando a Luis Aragonés, claro). Al menos fue el único que puso coherencia y con el que mejor jugamos. Es por el único por el que hubiese apostado darle continuidad. Después de tanto entrenador iluminado que inventaba el fútbol cada domingo Pepe Murcia hizo algo tan simple como poner a los mejores en el campo y ponerlos en su sitio natural. Vamos lo que no hiceron los anteriores ni han hecho los posteriores. Los mejores minutos de Ibagaza fueron con él porque con él fue con el único entrenador que jugó en su sitio. Ganamos siete partidos seguidos jugando un fútbol más que decente en muchos momentos, con alegría y ganas y sólo el desborde de pasiones que supuso aquel fatídico partido contra el Sevilla en casa dio al traste con lo conseguido. Para ser un entrenador de repuesto con un equipo que no había elegido él y cogiendo al equipo casi en posiciones de descenso no estuvo nada mal. Deberían haberle dado la oportunidad de seguir. Fue el único que de verdad se ganó la renovación.
Partidos importantes son todos. No veo más importante el del Villarreal que el del Barça o el del Madrid o el del Sevilla en tu casa. Si vas a utilizar jugadores de la cantera los fogueas cuando vamos ganando 4-0 o les das minutos en partidos controlados pero no les haces debutar en casa contra el Liverpool después de recibir 9 goles y perder 9 puntos seguidos. Eso, aparte de una canallada, es de descerebrados.
Benitez, al igual que muchos entre los que me incluyo, no se creyó nunca que Aguirre saliese con un equipo tan débil (daba pena ver en el campo a Camacho entre Gerard, Xavi Alonso y Mascherano). De haberlo sabido o de ver amenazado el marcador no hubiese hecho esos cambios.
No todo es extremo, cierto. De hecho creo (y siempre lo he dicho) que tenemos mucho mejor equipo de lo que parece. Yo procuro no ser extremo aunque pueda parecerlo. Lo que también procuro es no ver los partidos como entes abstractos con historias propias y sin nada que ver entre ellas sino como un todo. Lo que juzgo es una trayectoria de tres años y haciéndolo la situación es mucho más que extrema.
Un saludo,
¿QUÉ VE EL CIEGO, AUNQUE LE PONGAN UNA LÁMPARA EN LA MANO?
¡Qué más da que la lámpara sea maravillosa! ¡Qué más da que el genio se llame Agüero! ¡Qué más da que le concedan tres deseos, si el tercero va a ser contradictorio con los dos primeros! ¡Qué más da que le fichen a centrales y mediocentros contrastados, si en el partido más trascendente saca al campo a dos chavales de 18 años a los que antes no le había dado ni un minuto!
Sin embargo, a mí si mi esta dando: Mil y una noches de pesadillas. Que van a seguir, si no lo remedia el de las cuarenta inmobiliarias, y me da lo mismo, que se llame Alí, Babá o Gil. Pero por favor, que ponga un poco de luz en ese banquillo.
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