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¡Un abrazo!

Alivio.

Almería 0 - At. Madrid 1

Les pido que hagan un ejercicio de memoria y se sitúen unos años atrás, no muchos, en esos momentos en los que el banquillo rojiblanco estaba ocupado por Aguirre o Manzano, señores perfectamente incrustados en el Establishment, muy del agrado de los medios de comunicación y protagonistas (según esos mismos medios) de “exitosas” campañas al mando del equipo colchonero. Recordarán, como yo, que entonces el objetivo marcado por el entrenador, aceptado por la prensa y gran parte del entorno, era el de sacar “un buen resultado” en campos como el del Almería. Es decir, todo lo que no fuese perder era bueno. Hoy, jugando en ese mismo campo, cualquier cosa que no fuese ganar era una tragedia sin paliativos. Ese es el estratosférico recorrido que ha sufrido este equipo como institución en los últimos años. ¿Tiene sentido en ese contexto la crítica exacerbante al actual Atlético de Madrid? No. No lo tiene. Es evidente que no añoro el pasado y que no quiero por nada del mundo volver a esos tiempos del terror en los que estábamos dirigidos por tecnócratas que jamás entendieron lo que es el Atlético de Madrid, pero sí que reclamo algo de perspectiva y criterio al aficionado colchonero. Todo se puede criticar pero con algo más de sentido. No podemos rodear cada uno de nuestros comentarios con un histerismo adolescente que desconozco de dónde ha salido. No podemos tener la impaciencia del niño malcriado que lo quiero todo aquí y ahora. No podemos convertirnos en aquello que criticamos. No podemos ser tan desagradecidos con aquellos que nos han llevado a tocar la gloria porque no sólo no es justo sino que además no se corresponde con la realidad. No me gusta el clima que se está instalando en torno al equipo. Me parece gratuito, dañino e impropio de un equipo como el nuestro. No me reconozco en ese sentimiento cenizo, histérico e intransigente que últimamente rodea la actualidad colchonera. El partido de esta noche en Almería venía cargado de una tensión tan absurda como insoportable. Con un equipo injustamente puesto en cuestión, con los recientes resultados negativos clavados en la espalda y sin delanteros centros, así es como se encaraba. Por todo ello, esta victoria en feudo almeriense se me antoja balsámica y tranquilizadora. Un alivio que apenas durará unos pocos días pero que se agradece. 

El encuentro comenzó con el Atleti bien plantado en el campo, adelantando la defensa y siendo dueños del balón. Dato que podría parecer sin importancia pero que no lo es, dado que no es el colchonero un equipo que últimamente se caracterice por elaborar mucho fútbol. Hoy lo ha intentado y le ha salido de forma desigual. Mejor en la segunda mitad que en la primera pero con una idea en mente que, a mí por lo menos, me resulta bastante interesante. No sólo estaba controlado el balón sino también el partido, gracias a un equipo andaluz totalmente replegado en su área y con muy poca salida de balón. errática y demasiado vertical casi siempre, además. Al Atleti le bastaba un poco de intensidad y buena colocación para dominar todas las fases del juego. El problema es que los de Simeone trataban de construir pero lo hacían mal, con numerosos errores, perdidas absurdas de balón y sin velocidad. Todo el buen criterio que trataba de poner Tiago lo contrarrestaba un Mario Suárez que sigue sin estar. El problema es que me temo que ya tampoco se le espera. La salida del juego a través del canterano era espesa, lenta y mala. Torpe. Aún así el equipo madrileño dispuso de al menos tres ocasiones claras de marcar. Esas ocasiones que el año pasado entraban y este no. El primero de remate de Godin tras saque de esquina, el segundo de buen lanzamiento de Tiago desde fuera el área y el tercero de buen zurdazo de Raúl García, que como en la otras, paró con solvencia Rubén, el portero almeriense.

La segunda parte supuso una significativa mejoría para los de Simeone. La clave parece evidente a posteriori pero a priori, créanme, también parecía evidente. La entrada de Saúl por Mario hizo que Koke bajase al doble pivote y que el ex del Rayo jugase entre líneas muy buenos minutos. Combinando con los delanteros, ayudando a dar salida de balón a los medios y poniendo mucha intensidad. Buen partido de Saúl del que creo que poco a poco acabará encontrando su sitio. Proyecto de jugador muy interesante. Con ese caldo de cultivo aparecieron combinaciones de Arda, Koke, Griezmann (más apagado de lo normal) y el Atleti empezó a vivir en el área de Almería. Pero al final el gol, que llevaba rondando desde hacía bastante tiempo, tuvo que venir como siempre. Saque de esquina de Koke al primer palo y remate de Miranda. No por conocido es difícil de defender. El Atleti borda la excelencia en este tipo de acciones.

A partir de ahí el partido murió. Se hizo feo y nadie jugó al fútbol. El Almería se fue arriba pero era incapaz de llevar la manija y sólo conseguía inquietar al rival a base de pelotazos al área. El Atleti cediendo terreno y balón pero siendo incapaz de darle la pausa necesaria al partido cuando recuperaba. Demasiada tensión. El conjunto andaluz apenas dispuso de ocasiones y nunca llevó peligro pero la sensación que quedaba en los aficionados colchoneros era la de que se estaba pasando mal hasta que el árbitro, por fin, pito el final del partido.


Tres puntos de oro que intuyo servirán para poner tranquilidad a una huestes demasiado alteradas, para consolidarse en la parte alta de la tabla y para enfrentarse con optimismo al Tourmalet que viene en las próximas fechas (Sevilla, Juventus, Valencia). Paciencia. 

3 comments

Juan 25 sept 2014, 3:23:00


El primer párrafo, es (especialmente) magnífico. Y, como de costumbre, bastante de acuerdo en lo demás.

Hoy me gustó un poquito más Siqueira, que creo lo va a tener difícil con Ansaldi. Ciertamente, el Almería no exigió mucho. Me da rabia ese paso atrás que damos con tanta facilidad cuando marcamos, pero la verdad es que el equipo suele manejarse bien ahí.

Me alegro mucho por el Cholo. Cómo nos ha cambiado. Cierro con el inicio de la crónica de Iñako esta mañana, que creo que refleja a la perfección lo que comentas al inicio de tu entrada "El éxito genera exigencia. Cuanto mayor el primero, más agobiante la segunda." Y es lo que está pasando. En mi caso, el agradecimiento al Cholo y la paciencia con él, infinita. Qué menos. Un saludo y felices 11 de 15. Que no está mal.

Anónimo 25 sept 2014, 10:14:00

Vi el partido como lo comentas, pero eso pasaba tambián el año pasado en muchas ocasiones. Hay que elogiar el espíritu que ha sabido insuflar Simeone a sus jugadores, pero nos faltan, antes y ahora, jugadores que sepan manejar con solvencia la pelota. Ni Mario Suárez, ni Gabi, ni Raúl García (a quien hay que agradecer sus oportunos goles), ni Miranda sacando el balón (en largo casi siempre al contrario), tienen talento constructor ni calidad técnica. Y eso el equipo lo nota demasiado. De otra parte Griezmann está jugando fuera de sitio, Cerci y Raúl Jiménez no aportan por ahora lo que se espera de ellos... En fin, que estamos arriba y hay que alegrarse de ello, pero...

julioruiz 25 sept 2014, 16:27:00

¿y el arbitro, qué? Seis tarjetas!!! Ya llevamos diecinueve!!! La "campaña" de la fosa séptica funciona