Play it Cool
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Europa League 2011/2012,
Gabi,
Hannover 96,
Mario Suárez,
Simeone
At. Madrid 2 - Hannover 96 1
En la vida existen momentos en los que tienes que olvidarte de las salvaguardas. Mantener una bonita amistad con la chica de tus sueños es algo factible sin ponerse en evidencia. Mantener una relación trivial o epistolar, incluso platónica que la persona que te provoca alteraciones en todas las vísceras es algo que se puede llegar a alcanzar siguiendo las reglas de la lógica y la razón. Darle un beso en los labios no. Las sensaciones que te puede dar esa “bonita” y casta relación basada en el rigor táctico y totalmente alejada del imprevisible fragor carnal son agradables, placenteras, duraderas… pero jamás serán comparables a las del primer beso. Cumplidos todos los pasos, con mayor o menor destreza, con mejor o peor suerte, en algún momento de la vida acabarás cara a cara, mirada contra mirada, con esa persona que puede llevarte a los cielos o a los infiernos. Llegado ese punto tienes dos opciones: ser valiente o ser cobarde. Si, cobarde. Juicioso, sensato, conservador,…no son definiciones que se adapten a ese momento. Cobarde. Si decides ser cobarde es muy probable que no sufras demasiado pero también tu alegría estará acotada. Homologada, calibrada, estandarizada, descrita. Si decides ser valiente es probable que te des el batacazo de tu vida. Es probable, pero también, para aquellos que no tenemos la suerte de que la montaña venga a Mahoma, es la única manera que existe de alcanzar el nirvana que es exactamente, señor Simeone, lo que yo quiero.
El Atlético de Madrid, al menos el que yo tengo en la cabeza, no es un equipo normal ni al uso ni estándar. Ni su afición ni su historia están ligadas con la noción de cobarde. Más bien todo lo contrario. El Atleti ha sido siempre un equipo valiente y por ello indomable, incomprensible, difícil de catalogar. Capaz de lo mejor y de lo peor, como todos sabemos. Capaz también, y precisamente por eso, de alcanzar el Nirvana. Un Nirvana que el resto de equipos “normales” no es capaz de alcanzar ni de comprender. Cool, ese concepto anglosajón tan fácil de entender y tan difícil de traducir es lo que siempre me ha parecido que era ser del atleti. Diferente, elegante, distinto, valiente,… totalmente ajeno a las reglas grises que marcan los estamentos que dirigen el mundo y dónde nosotros nunca hemos estado ni estaremos. Explicarle esto a los tipos que tienen secuestrada la institución es tan absurdo como intentar que los corruptos coticen en hacienda de forma voluntaria. Pero no debería serlo para Simeone. Al cholo no debería ser necesario tener que explicárselo. ¿O si?
La llama se apaga. El ambiente, las sensaciones, el tufillo que tenía este equipo hace un mes se ha perdido poco a poco por el desagüe. No sé si eran fuegos artificiales, los efectos dopantes que tuvieron en mí ciertas actitudes que creía ver fruto de una interpretación partidista o que simplemente la cosa se ha torcido pero el equipo se parece cada vez menos a lo que yo soñaba que fuera y cada vez más al equipo que llevo más de diez años viendo. Si, ese equipo vulgar, mediocre, vulnerable y a expensas del contrario. Ese equipo cobarde.
Y no saltaron mal al campo, no. A pesar de la cobardía implícita de dejar a Diego en el banquillo (y si la excusas es que no está para todo el partido prefiero que juegue desde el principio hasta dónde pueda que al revés) había buena actitud, buena intensidad, buena colocación y velocidad frente al ladrillo que habían plantado los alemanes. Es más, la cosa se puso francamente bien cuando Falcao remataba de forma soberbia un saque de falta desde la izquierda. El 1-0 en el marcador dejaba la placentera sensación de que la eliminatoria podía resolverse con solvencia en el primer partido. Las buenas hechuras de inicio contrastaba con un equipo alemán reservón y áspero que basaba todo en defender con 9 jugadores (adelantando la defensa, eso si) y tratar de pillar alguna contra. Algo que por otra parte ya sabíamos que ocurriría.
Pero fue entonces, mandando en el marcador, cuando aparecieron las legendarias carencias básicas de este equipo: la insultante ausencia de capacidad de creación y la galopante falta de gol. Carencias que deben ir adjunta a la cuenta de atrocidades cometidas por el ínclito de MA Gil y su séquito, ese que lleva décadas desestructurando deportivamente (también) el equipo, armándolo en torno a ideas peregrinas de peregrinos iluminados adscritos a la religión del doble pivote de los troncos y de los destripaterrones. Es tan evidente la falta de fútbol del Atlético de Madrid que duele el pensar que alguna vez no fuera así.
Con Gabi haciendo de la peor versión de Gabi (la más vista en este campo, por cierto) y Mario Suarez demostrando, cada vez que pasaba el balón cerca de su sombra, que este equipo le viene inmensamente grande, el Atleti parece un secarral. Si encima Koke tampoco está fino, Arda se desespera haciendo de puta y poniendo la cama, Adrián va a buscarse la vida emigrando de su zona habitual y Falcao se dedica casi en exclusiva a tratar de bajar al suelo los balones que caen desde la estratosfera, hasta un equipo tan básico como el Hannover 96 es capaz de hacer daño. Si a eso le sumas las muestras de conformismo rácano que de nuevo volvieron a aparecer en el equipo, la vuelta a la tradición perdedora parecía cosa de minutos. En una jugada rápida y aparentemente muy sencilla los alemanes pusieron un balón en boca de gol desde la derecha con un pase que Miranda decidió dejar pasar supongo que por alguna razón difícil de explicar y que yo al menos no alcanzo a comprender.
Los más optimistas (yo) pensábamos que el descanso sería la piedra de toque para que todo cambiara. Sin querer jugar al entrenador parecía obvio. Contra un equipo cerradísimo y nuestros mediocentros arando el césped uno soñaba con un solo medio centro, Diego, Arda y Koke por delante creando, Juanfran y L. Filipe en las bandas Falcao fijando la defensa y Adrián buscando huecos. O abrir más el campo con Salvio por Koke (aunque cualquier opción que requiera a Salvio por principio a mí no me convence). Nada de eso. Los mismos. Todo igual. Tan igual que los alemanes se crecieron y nos pusieron contra las cuerdas. Repitiendo siempre la misma jugada, que Miranda seguía aplaudiendo desde la inmovilidad cada vez que ocurría, a nadie hubiese sorprendido un nuevo gol de los alemanes. Es más, sólo Courtois lo impidió con la enésima parada de crack mediada la segunda parte.
La gente miraba al banquillo y se excitó cuando vio a Diego quitándose el chándal pero la emoción se vino abajo cuando se supo que el cambio era Koke. Posición por posición. Mieeeeeedo. El brasileño cambio el dibujo y el Atleti cogió aire. Eliminó el peligro alemán, lo encerraron más en su campo y trataron de llegar…pero no llegaban. No hay gol. Es así. Entonces vimos a Salvio en la banda y los amigos apostábamos si el sustituido sería Mario o Gabi (“si puede ser que se marchen los dos” gritaba un señor detrás de mí). No señores, no. Adrián. Mieeeeeeeeeeeedoooooo.
El arreón final, más por corazón que por juego, puso las cosas en su sitio gracias a un gran gol (con algo de suerte ya que creo que toca en un defensa) de ese jugador imposible de comprender llamado Salvio. El resultado pudo ser incluso mejor si una chilena de Diego en el último minuto (vaya, parece que el brasileño tenía más minutos que los que le dieron) fue sacada gracias a la intuición del cancerbero germano.
Resultado incierto para la vuelta que hay que dar por bueno visto lo visto aunque no debería ser así. El Hannover es un equipo al que hay que ganar en Madrid y en Alemania. Punto. Es tan obvio y evidente que la frase no debería resistir ninguna clase de especulaciones pero el miedo irracional de nuestro entrenador, que es cada vez más evidente, hace que me entren las dudas. Un miedo que logrará mantener una discreta, amable y cómoda relación del Atleti con su afición y su destino pero que nos impedirá volver algún día a alcanzar el nirvana. A la mierda la cómoda normalidad, señor Simeone. Play it cool.
Aprovechando que hoy toca Gruff Rhys en Moby Dick …
Super Furry Animals – Play it Cool
1 comment
Totalmente de acuerdo con tu crónica, la actitud del Cholo en los últimos partidos renunciando a sus propios principios solo se puede explicar por un ataque de miedo.
Solo un matiz, Koke puede que tenga un buen futuro y a todos nos ilusiona ver jugar a un canterano, pero yo por más que me pese nunca he visto en el condiciones para jugar en el primer equipo.
En cuanto a Adrián lleva dos partidos realmente malos y además parece que se le ha olvidado la regla del fuera de juego y con esto no es que dude de su calidad y de su indiscutible titularidad.
Saludos
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