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Se confirma (R. Santander 2 - At. Madrid 1)




Es oficial. Este Atlético de Madrid me aburre. Me aburre mucho. Cuando hace unos años decidí ponerme a escribir las crónicas de los partidos de mi equipo lo hice porque uno creció en una época en la que la crónica deportiva era un arte literario que trasladaba al papel la épica de un deporte épico. Con el paso del tiempo esa pequeña delicia desapareció arroyado por la rabiosa simpleza del deporte de masas. El periodismo deportivo pasó entonces a ser una especie de crónica rosa para estúpidos y aquellas columnas con olor a elegancia se fueron por el desagüe. Con modestia uno intentaba recuperar ese estilo para mi equipo y para un deporte que durante mucho tiempo ha broceado mi pasión, mis sentimientos. Todos eso se ha ido a las cloacas. El fútbol de mi equipo es horroroso en planteamiento y ejecución y como tal no merece más que un trato despreciable. Me rindo. Tiro la toalla.

El partido de hoy en Santander es otro más de esos ejemplos desorazonadores que demuestran la pertinaz desidia que satura el Atlético de Madrid. Desde el despacho hasta el armario del linimento. Un equipo sin cerebro, sin cuerpo y sin corazón. Un equipo mediocre, triste y aburrido. Un equipo que da vergüenza.

Todo comenzaba con las tradicionales estupideces de nuestro entrenador, ese tipo empeñado en volver a dar una vuelta de tuerca a un elemento que hace años está pasado de rosca. Por alguna razón el ideólogo del clan Flores decidió volver a mover todo para no mover nada. Cambió los laterales para colocar a dos paquetes, uno en la cuesta abajo de su carrera y el otro que da gracias a Dios todos los días por estar en un equipo de primera división sin merecerlo. Cambió centrales, centro del campo y delantera. Eso si, Elías en el campo. El brasileño hoy ha jugado fuera de la banda y más cerca de esa posición que dicen es la suya pero ha sido tan inmensamente paquete o incluso más que siempre. Es oficial. Elias es un nuevo fracaso de la dirección deportiva que Quique parece querer restregar a sus amos cada vez que tiene oportunidad.

El equipo consiguió sin embargo controlar la primera parte por tres razones que se solaparon. La primera la presencia de Tiago y Mario Suárez, la mejor pareja de mediocentros que tenemos lo cual dice bastante de muchas cosas (recuerden que la pareja titular era Raúl Garcia/Asunçao). La segunda el tempranero gol de Mario Suárez tras recoger un rechace en la frontal del área tras saque de esquina que aclaraba las cosas. La tercera la absoluta ruindad e indolencia de un equipo como el Racing que jugándose la vida tenía el planteamiento rácano y alérgico al balón que usan todos los entrenadores rácanos y miserables entrenen donde entrenen y estén como estén. Lo que hace por cierto nuestro entrenador siempre que puede.

Pero el Atleti no sabe verse por encima en el marcador y no lo sabe porque se siente incómodo siendo protagonista y siempre que lo hace tiende a echarse atrás como los cobardes. Hoy no pudo hacerlo porque para cobarde el que estaba enfrente pero perdidos en la actitud no fueron capaz ni de controlar el partido ni de rematarlo. Es lo que tiene ser un equipo sin objetivos claros, que no sabe si ir para un lado o para otro. Por eso poco antes de acabar la primera parte, e injustamente, Kennedy empataba de falta directa.

La segunda parte trajo un Racing que jugándose la vida se dio cuenta de lo que tenía delante y lo poco que necesitaba para dormir tranquilo. También trajo un supuesto equipo de fútbol construido para no jugar a ese deporte y por tanto perdido ante la necesidad obligada de tener que hacerlo. Estamos hablando de ese espeso sucedáneo que dice llamarse Atlético de Madrid. Con esa receta llegó el segundo gol definitivo de nuevo en los pies del sueco tras el enésimo desajuste defensivo y la enésima duda de De Gea a la hora de salir del área.

A partir de ahí bostezo tras bostezo. Nada de nada. El horror. La lamentable realidad. La cruel desidia. El aburrimiento. La desesperanza. El Atleti modern.

Siempre me ha importado bastante poco la entrada a la segunda división de Europa. Especialmente si es por la puerta de atrás. Hoy me importa todavía menos. El Atleti ha hecho una campaña bochornoso, penosa, vomitiva y lamentable y como tal merece todo lo malo que le pase. Así de crudo. Así de real. Me importa una mierda los éxitos menores especialmente cuando la experiencia me dice que esto sólo sirve para tapar las faltas y desviar la antención.

Se confirma. El Atleti da grima. El Atleti da pena.

Lo del palco si, lo del césped no (At. Madrid 4 - Levante 1)




Me contaban hace una semana en Valencia el caso del Levante. Un equipo que tras su conversión en sociedad anónima deportiva fue maltratado por sus “legítimos” dueños hasta llevarlo de forma imparable hasta una situación insostenible con una deuda asfixiante que lo acercaba de forma lamentable a su desaparición. ¿Les suena? Supongo que si porque es el pan nuestro de cada día en esto del fútbol profesional que se inventaron hace años. Sin embargo el Levante se diferencia de sus colegas de “fiesta” en que su modesta, poco numerosa pero fiel parroquia son ahora los dueños del club. En un ejercicio sin precedentes en nuestra liga un grupo inversor se hace con las acciones que dejan los “legítimos” dueños del pufo y tras algunas argucias legales consiguen que el mayor porcentaje de acciones del club estén en posesión del propio club, de sus socios. De sus legítimos dueños. ¿Les suena? La nueva gerencia, que no está compuesta por sauditas ni indios ni magnates del petróleo, no prometía fichajes de renombre ni presentaciones espectaculares, ni títulos que nunca habían tenido. Lo que prometían era gestión. Nada más. Creían en el club y su viabilidad y prometían que a través de una gestión digna y honesta conseguirían dos cosas: eliminar la deuda y recuperar la dignidad histórica del club. Ahí tienen al Levante con una deuda menguante, una afición más cerca que nunca de su equipo y siendo el equipo revelación. ¿Les suena? Lamentablemente no. Aquí seguimos creyendo en la fe de AS y MARCA.

Dicho esto, tenía mucha ganas de ver la propuesta deportiva del equipo valenciano por aquello de que se rumorea con el nombre de Luis García para ocupar el solicitado banquillo colchonero pero mi decepción ha sido mayúscula. Si esa es la opción que se busca para el Atleti yo me bajo. Si después de diez años no hemos aprendido que lo que puede valer para Albacete, Osasuna o Mallorca no vale para este equipo y si después de diez años de sopor en el Calderón no hemos desechado para siempre el concepto de fútbol rocoso y virulento que no lleva a ningún sitio (a no ser que los árbitros protejan tu opción como bien saben nuestros vecinos) es que no hemos aprendido nada. No he visto jugar al Levante esta temporada más que contra el Atleti así que no puedo (ni quiero) extrapolar categóricamente y por ello es fácil que esté equivocado pero si esta, la que hemos visto esta tarde en el Levante, es la propuesta que buscan en la dirección deportiva fantasma que dirige nuestro club, dan ganas de echarse a llorar. El problema es que ya no me quedan lágrimas.

El partido comenzaba con un Atleti retocado por las ausencias que a pesar de las carencias trataba de llevar la manija del partido desde el primer minuto, propuesta loable que el Lenvante contrarrestó con patadas, codazos, amenazas, desmanes y esa forma tan jovial de llevar las cosas al límite para cortar el ritmo que se ha puesto de moda. Ya saben, lo que hace el engrudo Mourinho con la aquiescencia del gremio colegial pero con la diferencia de que el trencilla de hoy, malo de solemnidad, sabía que en ninguno de los banquillos había iluminado portugués alguno y por tanto los desmanes viriles del Levante tuvieron alguna que otra tarjeta de premio. Aun así el objetivo estaba cumplido. No había ritmo, ni circulación ni posibilidad de crecer. Afortunadamente para los madrileños la enésima falta al Kun en el borde del área era lanzada de forma magistral por Elías abriendo el marcador y aliviando las conciencias. El brasileño ha estado mejor de lo que acostumbra pero me sigue pareciendo un jugador mediocre, de aporte muy pobre al que no le veo el sitio en este equipo. Seguro que Cerezo tiene razón (porque habría de dudarlo) y algo debe tener Elías pero sigo sin verlo. En la banda contraria Juanfran se mostraba mucho más, participaba de forma más vertical, se le veía con más presencia pero no termina de romper y aunque no completó un mal partido sigue generando dudas su precio y la forma en la que lleguo. Una pena. Si Juanfran fuese un canterano, alguien que ha venido gratis o a buen precio en verano, nos parecería un buen jugador pero así, más la ayuda del entrenador, avanza con una nube de duda sobre la cabeza difícil de quitar.

El Atleti volvió a la tradicional caraja post-gol a favor que lo hace dedicarse a defender en la frontal del área, algo que habíamos abandonado en los últimos partidos pero que como Raúl García ha vuelto en la tarde de hoy. Seguramente que no sea casualidad. La labor del navarro no es que sea intrascendente sino que es incluso perjudicial. No está donde tiene que estar y donde si está no hace nada con lo que provoca el desconcierto de sus compañeros. Sinceramente creo que Raúl García no puede ser tan malo como parece y probablemente todo sea un problema de cabeza y autoestima provocado por asignarle una expectativas y un rol que nunca debería haber sido el suyo. Lo que está claro es que es un problema enquistado. A su lado un Mario Suárez que cada vez es mejor pero que paradójicamente al filo de la primera parte tuvo un error que provocaba un claro penalty en contra que transformaba Caicedo poniendo el run-run en la grada.

Poco duro sin embargo el run-run porque Agüero sigue estando con nosotros y a base de fuerza, fe y calidad volvió a ponernos por delante al poco de reanudarse el partido tras un tiro lejano recogiendo el propio rechace de una una jugada previa suya. A partir de ahí el partido entró en un terreno más apacible donde el Levante, esta vez si, trató de jugar al fútbol pero en el que el Atleti consigió arrebatarle el balón y ser mejor. Hubo alguna llegada de peligro de los blaugranas pero el gol parecía más fácil del lado madrileño como así ocurrió en el minuto 70 tras otro claro penalty en la misma área que transforma de nuevo Agüero.

Con el partido resuelto tiempo para las anécdotas como la salida de Forlán (anécdota sin gracia), la salida del canterano Noguera (muy esperanzadora) o el gol en propia puerta de Munúa.

Seguimos a las puertas (traseras) de la Europa de los pobres. Como decía un compañero con esa ironía que los periodistas nos son capaces de entender: “grande este Atleti sexto”.

El reino del revés (Getafe 1 - At. Madrid 1)





Hace pocos días que lamentablemente falleció María Elena Walsh, cantante y compositora argentina mítica en su país que aquí a casi nadie le dirá nada su nombre pero con cuyas canciones muchos hemos crecido sin saberlo. El brujito de bulubú, El gato que pesca, la vaca estudiosa,...Una de aquellas canciones era el reino del revés. La letra de esa canción dice cosas como “en el reino del revés nadie baila con los pies. Un ladrón es vigilante y otro es juez... y que dos más dos son tres”. Eso es el Atlético de Madrid hoy en día. Un equipo donde juegan los malos y se sientan los buenos. Donde los mediocentros juegan en la banda y los mediapuntas de mediocentros. Dónde los ladrones son los buenos y los que dan gratis la vida por su equipo los malos. Dónde callan los que saben y hablan los que deberían callar. Lo dicho, el reino del revés.

El equipo volvió a saltar al campo con una actitud bastante potable, actitud que lamentablemente no han tenido a lo largo de la temporada, pero a veces lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Tratar de mantener la seguridad defensiva del equipo con una defensa de cuatro en la que aparecen Valera, Perea y el actual Antonio López (Quique y su poderío sabrán por qué lo hace) es como pretender construir un rascacielos sobre una golosina. Estúpido. El primer balón que tuvo el Getafe lo metió en largo y el Atleti lo defendió penosamente (no se presiona al que pasa, hueco entre líneas, Godín lento, lenta la ayuda,..) para que el balón acabé en los pies de Manu del Moral que recorta, tira a portería y el balón se cuela en la portería tras dar en la espalda de Godín. No parece que tuviese ningún reparo por celebrar por todo lo alto eso de marcar a su antiguo equipo y la verdad es que hace bien. Personalmente me parece una estupidez demagógica eso de no celebrar los goles.

El partido se ponía cuesta arriba. A la incapacidad manifiesta de jugar al fútbol de un equipo mal diseñado, mal estructurado y mal entrenado se le sumaba lo que había en el campo. Una defensa compuesta por paquetes y desquiciados, un centro del campo con un Tiago sobre explotado (y también desquiciado) acompañado de un Raúl García que si ya de por si es lo que es (muy malo) ahora mismo está para mandarlo a una cura de sueño, unos supuestos interiores que se pierden entre lo que su entrenador les dice que hagan y lo que entienden que tienen que hacer y una delantera muy buena pero profundamente desquiciada también. El Atleti, con todo, se hizo con el partido y más por voluntad que por juego consiguió llevar el balón a campo contrario y encimar la portería rival pero la gran virtud de este equipo durante los últimos años, ser letal arriba, este año también se ha apagado. El dominio se fue diluyendo con el tiempo y mediada la media hora el partido ya era un triste ejercicio de centrocampismo esteril, aburrido e inútil. De hecho estuvo más cerca el Getafe de aumentar el marcador en una nueva jugada penósamente defendida en que el balón acaba en un pase al segundo palo que Gavilán remata al larguero. Sólo Reyes, casi en el 45, consiguió poner el miedo en la grada rival con un remate desde fuera del área.

La segunda parte comenzó incluso peor que como acabó la primera cuando los getafenses decidieron ponerse a jugar y quedarse con el balón. Cuesta creer que tipos como Parejo (sin hacer un gran partido está a años luz de la mayoría de jugadores similares que tenemos en nuestro equipo y que hemos fichado en los últimos años) sean más caros que Elias o Salvio pero sinceramente este ya es un tema tan evidente que es absurdo comentarlo como si fuera simplemente el resultado de la patente negligencia del tal Pitarch.Al igual que había ocurrido en la primera parte con el Atleti el dominio de los azules también se difuminó y de nuevo el partido se fue a esa aburrido lugar de la tierra de nadie.

Los cambios de Quique ayudaron a enderezar el partido. Sobre todo con la salida de Mario Suárez por Raúl García. Personalmente creo que quitar a Raúl García del campo sin sacar a nadie en sustitución hubiese bastado para mejorar el juego pero Mario Suárez no lo hizo nada mal. Quizás sea sólo una errónea percepción basada en la comparación con el que estaba pero esa es la sensación que me queda. Elias salió en esa posición en la que nunca ha jugado pero en la que Quique, que es más listo que nadie, se empeña en ponerlo y como suele ser habitual no hizo nada. Desaparecido en la creación, torpe en defensa y perdido en la combinación. Pero claro, estamos en el reino del revés y como tal, pasado el minuto 80 un gran pase de Forlán y un gran desmarque de Elías hacen que el brasileño realice un gran remate de cabeza que suponía el empate.

Faltaba tiempo para ganar el partido y el Atleti fue a por el. De hecho, confirmando la estancia en el reino del revés, Quique decidió prescindir de uno de los dos medio centros y colocó a Elías en el centro (¡¡es-cán-da-lo!!) pero era demasiado tarde y el cansancio, las prisas y la falta de costumbre hicieron que el marcador se quedara como estaba (aunque el Getafe pudo decidir en un gran remate de Parejo y mejor parada de De Gea).

El final de temporada va a ser muy largo.

Sumisión, experimentos y bromas (At. Madrid 3 - Mallorca 0)




Andaba uno ligeramente espeso y taciturno paseando por el paseo de las Yeserías camino del Vicente Calderón sin saber muy bien que esperar o lo que es peor, que deseaba encontrar dentro del templo colchonero. Derrotado y aburrido por la caída empicada de mi equipo en lo deportivo, en lo social y en lo moral albergaba tímidamente la esperanza de una reacción del subconsciente rojiblanco como tantas y tantas veces ha ocurrido en ese mismo cemento años atrás. No ocurrió. No ocurrió ni de refilón. La grada presentaba un aspecto pobre, triste y desangelado que rimaba perfectamente con una noche fría e igualmente desangelada pero en cuanto los 22 jugadores saltaron al césped y en cuanto empezó a rodar el balón el mítico fondo sur empezó a cantar gritos de ánimo como si la vida les fuese en ello. Más ordenados, coordinados e intensos que nunca la grada no paró de animar un solo instante prácticamente hasta el final del partido. Esos fueron los únicos cánticos que se escucharon. ¿Súbita conciencia de colchonerismo? ¿Interiorización aguda del sentir del aficionado? ¿Consigna de algún ente superior? Sinceramente no lo sé. De hecho me da igual. Como dijo alguien desde la grada “el frente hace su papel. Lo mismo los que tiene que empezar a levantar su culo del asiento son todos los demás”.

En lo deportivo el partido comenzó con el estupor causado por la alineación de Quique. ¿Era un castigo a los malos del Derby: Dominguez, Filipe Luis, Perea, Raúl García, Juanfran,… o simplemente era un ejercicio necesario de rotación en una plantilla exhausta de disputar al máximo nivel las tres competiciones que “disputa”? Sólo una mente iluminada que va más allá del resto de la humanidad es capaz de saberlo. Cuando parece imposible que exista una alineación inédita y sin utilizar en lo que va de temporada aparece el talento del señor Flores para sacarnos de nuestro error. Pero si la alineación era difícil de digerir tardamos todavía más en entender la disposición en el campo. Los jugadores también y de hecho en los primeros minutos el Mallorca estuvo a punto de aguar la noche de felicidad con varias llegadas sucesivas frente a un equipo que no sabía cómo colocarse pero pasados esos minutos de caraja el asunto parecía despejarse. Debe ser esa gripe que acecha el espacio madrileño o el frío o la crisis galopante pero contra todo pronóstico lo que aparecía ante nuestros ojos era una especie de 4-3-3 con tres centrocampista abiertos y dinámicos (Asunçao, Tiago y un tal Elias) y tres delanteros modernos de esos que no ocupan una posición concreta sino que se complementan según las vicisitudes del juego: Forlán, Reyes y Fran Merida. De hecho en muchas ocasiones la separación entre centrocampista y delantero no estaba tan clara. El experimento, desde mi modesto entender, salió estupendamente. El partido se controlo completamente, se dominó el balón y el juego, el equipo parecía mucho más fluido y haciendo cosas de futbolista aparecían jugadores como Fran Merida que algunos empezábamos a dudar que mereciesen la categoría de jugador profesional. El primer gol llegó con un atípico y poco ortodoxo remate de cabeza de Valera y el segundo con un excelente pase de Fran Merida a la espalda de la defensa que remata con profesionalidad Forlán y colocó el 2-0 con el que se llegó al descanso. Sin tirar cohetes ni lanzar las campanas al vuelo las sensaciones fueron buenas y como mucha gente reclamaba (reconozco que yo no era uno de ellos) parece que es un sistema que se adapta mejor a los jugadores que tenemos.

Pero claro, Quique es mucho más listo que todos nosotros y él ve cosas que nosotros no podemos ver. Por eso nada más comenzar la segunda parte quito a Elías del campo para colocar a Juanma y volver a la rutina de siempre que marca el 4-4-2 con doble pivote y dos tipos a la banda. No por Juanma sino por la reordenación de los jugadores en el campo. De esa manera volvíamos a la tristeza, a la espesura, al sopor, a perder el control del partido y a que los mismos jugadores que antes aparecían ahora desapareciesen entre la vulgaridad.

Volveremos en un momento a la segunda parte pero antes me voy a quedar en la figura del tal Elías que ayer debutaba con la elástica colchonera. Romo, torpe, perdido, mal colocado, con aspecto frágil y absolutamente inútil en el campo. El brasileño, que fue sustituido en le descanso para alivio de todos, completo uno de los peores debuts que recuerdo con la camiseta del Atlético de Madrid y teniendo en cuenta que esa misma camiseta la ha vestido: Sosa, Richard Nuñez, Wiki, Magüi, Javi Moreno, Novo,… es decir bastante. Es el primer partido y hay que tener paciencia pero desde ya me parece carísimo y como decía también alguien en la grada, daba grima verlo con el 9 a la espalda.

La segunda parte fue exactamente la versión actual del Atlético de Madrid. Malo malísimo. Si gracia, sin fútbol, sin juego, sin balón,… sin nada. Gracias a que enfrente aparecía un Mallorca perezoso e inofensivo que se movía a la misma velocidad que los zombies de The Walking Dead la cosa no pasó a mayores. No obstante el bueno de De Gea tuvo que emplearse como acostumbra en más de una ocasión demostrando, una vez más, que esos agoreros que lo quieren enterrar tienen tanto tino como sentido del ridículo. El partido transcurrió así hasta el final pero podía no haber sido tan plácido si la jaimitada de todos los partidos hubiese acabado de otra forma. En una salida en línea de la defensa colchonera Antonio López decide quedarse en el área jugando a la lucha greco-romana. Penalty. Penalty que lanza Webbo y que De Gea, otra vez, decide parar. Esta fue la puntilla para un Mallorca timorato e inofensivo que ni con uno más fue capaz de inquietar a su rival. Uno la lectura que saca de todo esto es el paupérrimo nivel de la liga española. El Mallorca estaba inmediatamente detrás de nosotros en la clasificación.

Antes de terminar, eso si, Quique decidió obsequiarnos con otras dos sabias decisiones de entrenador. Primero dejando al equipo sin delanteros en el campo durante muchos minutos por alguna razón que supongo ira de la mano del concepto de valentía del entrenador. Después dejando a un extenuado Reyes en el campo teniendo el jueves la vuelta de la copa y sin Agüero. Eso si, el de utrera consiguió desquitarse de su mala suerte de cara al gol y en las postrimerías del partido culminó una buena jugada de los madrileños subiendo el 3 al marcador y redondeando la noche.

Sumisos en la protesta (veremos que ocurre el jueves pero no soy de los que protestan a los jugadores ni en función de los resultados), con experimentos que cuando salen bien se desechan para volver a la mierda de siempre y soportando bromas pesadas en forma de supuesto jugador sudamericano que cuestan millones de euros probablemente todos ellos de comisión. Eso es el Atleti de nuestros días.

Gladiadores



Cuando en el antiguo imperio romano la clase dirigente andaba metida en problemas, tenían que tomar decisiones poco populares o directamente tenían miedo de que la masa se les revelase en contra por alguna tropelía cometida, lo que hacían era montar juegos de circo en los que gladiadores y esclavos se sacaban las tripas para regocijo de la plebe, periodo durante el cual conseguían mantener sus mentes básicas ocupadas en temas innocuos e inofensivos. En el Atlético de Madrid, una suerte moderna de institución corrupta y decadente con una masa popular cada vez más parecida, lo que hacen es fichar un jugador sudamericano de nombre exótico.

Con el equipo hundido en la mediocridad semanas antes incluso de partir el turrón, con una crisis de juego que se prolonga décadas, con unas perspectivas penosas en todas las competiciones aparece en nuestras vidas un tal Elías.

No cometeré el error de tirarme el pisto haciendo una radiografía del brasileño primero porque estaría engañando al lector (que debe saber que no sabía de la existencia de este muchacho hasta hace unos días) y sobre todo porque creo que es innecesaria. Otros más listos y preparados que yo ya la han hecho y al parecer no se trata del enésimo mediocentro defensivo (gracias a Dios) y ni del enésimo central multitarea (gracias a Dios) pero tampoco es el centrocampista creador que vemos en nuestros sueños y que dejó de existir en la disciplina atlética desde que se bajó a segunda división. ¿Qué es Elias entonces? Unos dicen que mediocentro ofensivo (sic) otros que enganche, otros que media punta, otros que… Me temo que en cualquiera de esos casos se trata precisamente de ese tipo de jugador tipo Maxi, Ibagaza, De las Cuevas, Jurado, Luis García o Fran Merida que NUNCA (y cuando digo nunca es nunca) han jugado en esa posición en este equipo. Con ninguno de los entrenadores que hemos tenido (para que luego digan que se ha cambiado de perfil de entrenador). Todos y cada uno de ellos sistemáticamente desplazaban a ese tipo de jugador a la banda a los lados y NUNCA por delante de los mediocentros-tarugo. Siempre a los lados del doble pivote romo y tosco que indefectiblemente tiene que ser el corazón de este equipo. Siempre ha sido así por lo que no tengo muchas razones para pensar que será de otra manera a partir de Enero.

Puede que Elias sea un crack mundial pero yo me pregunto, ¿para qué se ficha a Elías? ¿Para qué se ficha a un jugador que no va a jugar en su posición natural? ¿Para qué se ficha a un jugador que no encaja en tu anquilosado e inamovible esquema? ¿Se va a cambiar de forma de jugar por un jugador que llega en navidades y nadie conoce? ¿Por qué entonces no se cambió nunca con Jurado o con Ibagaza?

Paso de gladiadores. ¡Gil, Cerezo, Pitarch y Quique fuera del Calderón!