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boa sorte e volta ao trabalho



Sporting de Portugal 2 - At. Madrid 2


En un partido tenso, duro y vibrante el Atleti ha conseguido pasar a octavos de una competición europea algo que no pasaba desde hace más de 10 años. Una alegría así viene además potenciada cuando es una alegría justa y que es justa es esta clasificación después de un partido muy bien planteado táctica, técnica y anímicamente por Quique Sánchez Flores. Aun así parece increíble que con la buena primera parte que se había marcado el Atlético de Madrid el partido llegara al descanso con empate a dos y las espadas en todo lo alto pero es lo que tienen los fallos en defensa, que son tan determinantes como Agüero.

El equipo salió de forma intachable. Metidísimo en el partido, perfectamente colocado, adelantando la presión hasta resultar asfixiante, manejando el balón con criterio (como lo oyen) y mandando en el partido. Como si de una película con guión escrito por el socio número uno del Atleti antes de los cinco minutos una voluntariosa jugada de Antonio López por la izquierda es centrada al área pequeña y rematada por Agüero a la red. No podían ponerse mejor las cosas.

El equipo luso acusó algo el golpe pero trató de irse arriba sin saber como hacerlo ya que el Atleti lo tenía atenazado. Jurado, que en ataque estuvo en esta primera mitad tan perdido como siempre, hizo un papel fundamental en defensa incrustándose en el centro y ayudando a los mediocentros. Lo mismo se puede decir letra por letra de Simao. Es cierto que los colchoneros dejaron un poco el balón y especularon con el ritmo del partido en esos minutos que siguieron al gol pero el partido estaba controlado mientras los lisboetas recurrían al pelotazo. Eso si, entonces apareció Perea. En una buena jugada de los portugueses por la derecha que parecía estar controlada consiguen colgar un balón al segundo palo de esos que siempre tienen que ser del defensor salvo que este esté mirando la pelota y olvide que tiene un señor al que defender detrás que es lo que ocurrió. Un cruel empate que espoleo a los de verde y que devolvía a todos a la situación original pero volvió a ocurrir lo mismo. El Atleti volvió a centrarse y a tener el balón así que en un pase magistral de Reyes al área sirve para que el Kun fabrique una de esas obras de arte que valen una entrada. Con dos recortes de chotis y un golpeo con el exterior digno de billar francés el argentino adelantaba a los nuestros justamente por segunda vez.

A diferencia de lo que ocurrió con el primer gol el conjunto madrileño continuó dominando el balón y el partido con sentido y diligencia pero cuando todos estábamos pensando ya en el descanso apareció una falta al borde del área sacada por el Sporting que es penosamente defendida por la zaga atlética lo que unido a la rosca del lanzador y la suerte hicieron que el balón acabara en la red. Incluso la herida pudo ser peor en unos minutos finales de agonía que acabó con un balón de los lusos en le larguero (rematado en fuera de juego eso si). Empate injusto al descanso que seguía dando la tan ansiada clasificación.

La segunda parte sin embargo fue otro partido completamente diferente que comenzó tal y como había acabado la primera, con los portugueses colgados del partido y los madrileños achicando agua en el área. Complicados quinte minutos los que tuvimos que pasar tras la reanudación más por el empuje de corazón de una escuadra lusa muy vertical que por un verdadero derroche de juego. De hecho De Gea sólo tuvo que hacer una verdadera parada de mérito pero ¡Dios mío qué mérito! A menos de diez metros de la línea de gol los lusos empalan el balón a puerta permitiendo al canterano demostrar otra de sus grandes facetas: los reflejos. Me temo que lo de De Gea hace tiempo que ha dejado de ser una frivolidad para confirmarse como una completa realidad. Una de las grandes alegrías de la temporada.

Pasado el cuarto de hora los de Quique consiguen por fin sacudirse el agobio y comienzan a tomar las riendas del partido más desde el lado de la especulación y el fútbol control que desde el derroche de técnica pero hay ocasiones en las que hay que hacer estas cosas y hoy era una de ellas. Con el partido controlado atrás y eliminadas las minas de centro del campo (buen trabajo de esfuerzo por parte de los dos mediocentros) comenzaron a llegar tímidas llegadas de los rojiblancos, siempre en las botas de Reyes y Agüero, que daban oxígeno y metían temor en el cajón portugués.

La entrada de Vukcevic dio alas al Sporting y Quique quiso reforzar flanco derecho quitando a un muy desdibujado Simao (lo que viene siendo ya una constante) por un interior de corte más defensivo. La idea tiene sentido pero el problema es que el que tenemos es Valera y Valera es muy malo con lo que hicimos del remedio enfermedad. Tampoco se entiende la prolongada presencia en el campo de un apático y apocado Jurado que lejos de controlar, mantener y circular el balón se dedicó a fallar cuando no tenía que hacerlo mientras desesperaba a la afición colchonera con sus estúpidos taconcitos. Mal Jurado que una vez más no ha sabido leer el partido ni aprovechar la oportunidad.

Así entre tensión controlada y la sensación de que en cualquier momento podía pasar cualquier cosa a pesar de ellos se llegaron a los minutos finales en los que salió un Forlán que volvió a dejar muestras impagables de su apatía, su indiferencia y su hasta este año desconocida falta de compromiso. Era vergonzoso ver a Reyes hacerse un spring de 50 metros en el minuto 90 mientras el urugayo no cambiaba el ritmo de trote cochinero por nada. Lamentable.

Pero dejemos las desgracias para otro momento porque el partido acabó y el Atleti pasó con toda justicia a la siguiente ronda. Con toda justicia porque en el primer partido el Sporting hizo todavía mucho menos que el Atleti y en el segundo los madrileños fueron muy superiores en una primera parte que debería haber bastado en otras circunstancias. Después de más de diez años volvemos a las fases privilegiadas de una competición europea que es donde mola jugar. Me he acostumbrado a pasar nervios los jueves y de hecho me está gustando así que espero seguir así hasta que todo esto acabe en Hamburgo.

La cruda realidad



At Madrid 0 - Sporting de Portugal 0

Últimamente cada vez que tengo ilusión por un partido del Atleti acabo en uno de esos días de frustración y aburrimiento en el que vuelvo a plantearme si todo esto merece la pena. Si lo pienso en noches como la de hoy lo cierto es que no la merece y además hoy tengo la sensación de que yo también he caído poco a poco en esa euforia mediática que nos hace creer que el Atleti está recuperado y en la senda de crecer cuando la realidad es que no es así ni mucho menos. Estamos inmersos en una temporada en la que hemos perdido más partidos de los que hemos ganado, que hemos hecho el ridículo por lo general y en la que el 90% de los partidos se resumen en una indigesta bazofia difícil de digerir y mucho más difícil de defender. Hoy hemos asistido a la enésima interpretación del sopor en grado extremo y lo hemos vuelto a hacer en una de las pocas ocasiones de aquí a final de temporada en las que nos jugaremos algo. Esta es la realidad, la realidad que muestra un equipo malo y desequilibrado que fue el que comenzó la temporada y que es el que hemos visto hoy.

Intentando encontrar un cierto punto de análisis habría que partir de la cruel realidad de que este equipo tiene once jugadores (siendo generosos) medianamente dignos de conformar un equipo y que uno de ellos no puede jugar esta competición. El pasado y el presente nos demuestran que variantes sobre ese 11 acaban en una irremisible tragedia de juego que conlleva la consiguiente tragedia de resultado. Yo siempre he sido muy pesimista con esta Europa League y no por los rivales que como sean como el de hoy no deberían preocuparnos sino porque Tiago no puede jugar y lo que es peor, lo hará Raúl García en su lugar con toda probabilidad. La influencia en el equipo de este mocetón navarro crece por días desde la más absoluta intrascendencia de las últimas temporadas a conseguir que el equipo se transforme por completo a imagen y semejanza de sus características: lento, romo, torpe, espeso, aburrido, triste e ineficaz. No es que prefiera cualquier otro jugador en su lugar, es que directamente preferiría jugar con 10. Estoy seguro de que sus compañeros se lo agradecerían tanto como los aficionados.

Del partido poco que decir, la verdad. Lo único que recuerdo del mismo es el frío que hacía y lo bueno que es el Kun. También recuerdo el gran gesto que han tenido los lisboetas regalando una corona de flores a nuestro capitán en conmemoración el 11-M en lo que es un detalle que les honra.

Ya desde el principio no se presagiaba nada bueno cuando los primeros 15 minutos fueron de “toma de contacto” por parte colchonera y en los que salimos a ver lo que pasaba. ¿Especulando con los tiempos desde el banquillo? no me extrañaría nada a tenor de los precedentes pero sería una actitud muy lamentable de entrenador cobarde. Sobre todo cuando el temido Sporting no ha demostrado nada. Nada de nada. Ni siquiera estar bien colocados en el campo, con un centro del campo que ha sido fácil anular, con una delantera inexistente y una defensa dubitativa, hemos sido incapaces de crear verdadero peligro más por la pericia de los inexistentes creadores de juego que tenemos que por habilidad del rival.

A la media hora del partido ya sabíamos que estirando un poquito llegábamos y que los portugueses sólo pensaban en practicar el deporte de moda que consiste en machacar los tobillo del Reyes pero ni por esas. Eso si, con Perea lesionado tuvimos la oportunidad de volver a ver como Valera hace bueno a Seitaridis. Es ver corretear por el campo al de la melena rubia y acordarme de la familia de Pitarch. Instantáneo. Pero lo que debió ser la clave del partido no fue ni mucho menos el lamentable concurso del pseudo-lateral derecho sino la expulsión (justa y merecida) del italo-argentino Grimi aunque ni con diez, oigan. El equipo colchonero dirigido por un Raúl García inagotable en su falta de destreza siguió practicando ese gili-juego que consiste en dejar el balón en los pies de los centrales y salir corriendo para colocarte lo más escondido posible que tan bien realiza la Perla del Tajonar. Los únicos que intentaban hacer algo eran los de siempre: Reyes y el Kun pero siempre en jugadas tipo eslalón practicadas en solitario y a la desesperada (aunque hay un par de ellas del Kun dignas de estudio). Con todo ello la oportunidad más clara de la primera parte (y del partido probablemente) fue de los portugueses que tras un fallo de Antonio López remataron en vaselina dando el baló en el larguero.

La segunda frase la voy a resumir en una frase o en una palabra, lo que prefieran. La frase: “no sé si quiero pero desde luego no puedo”. La palabra: sopor. Eso si, permitanme destacar alguna cosa más como es el bajón técnico de Simao, un tipo que pone entrega y ánimo pero al que no le sale nada y un tipo incapaz de irse en el uno a uno desde hace meses. Preocupante, aunque más preocupante es lo de Forlán que aparte de contar sus intervenciones por fallos garrafales mantiene una indolente actitud de perdonavidas que sinceramente empieza a tocarme las narices. Una cosa es el lamentable estado de forma del uruguayo y otra bien distinta la actitud del mismo sobre el campo. Lo primero puede ser coyuntural perdonable. Lo segundo no.

Más cosas: Salvio salió por Simao en la segunda parte con minutos por delante, minutos que utilizó para rebajar de un plumazo todas las expectativas creadas sobre él. A este que escribe el argentino le ha recordado esta noche la viva estampa de Galleti y me he echado a temblar. Si, ya saben, aquel muchacho que salía todos los partidos pero nadie se daba cuenta porque no destacaba ni por bueno ni por malo. Entró sin hacer ruido y se fue de la misma manera. A eso me ha recordado Salvio esta noche pero reconozco que es pronto para juzgarlo, cosa que no puede decir el bueno de Jurado que cada vez que tiene la oportunidad de demostrar que puede ser algún día un jugador de fútbol aprovechable se encarga el solito de mostrar con pruebas que pensar así es una tontería. Con un rival en inferioridad numérica y la posibilidad de desplazar el balón para encontrar los huecos nuestro particular superclase prefirió dedicarse a dar gili-toques de esos que tanto le gustan y que nunca valen para nada. A todo esto y por si a alguien le interesa en las postrimerías del partido el rival se quedo con 9 pero ni así fueron capaces de crear una sola oportunidad de verdadero peligro.

¿Y el Sporting qué? diran.... pues el Sporting nada. Un equipo justito que no dio miedo en ningún momento pero que con ganar en su campo (lo que no hemos hecho nosotros) se clasificará para la siguiente ronda. No me parece difícil que el equipo pueda pasar pero tampoco me parece difícil el que no lo haga y sobre todo me parece mucho menos difícil que cualquier equipo decente que quede en la competición nos meta la del pulpo en cualquier momento. No sé ustedes pero yo estoy harto de ir al campo a ver si suena la flauta. Me temo que el próximo lunes, con Tiago sin poder jugar, va a ir al campo Rita la Cantaora.