RCD Español 0 - At. Madrid 1
Creo que fue Ovidio el que dijo que la gota excava la roca no por su fuerza sino por su constancia. Debe ser esa la idea en la que está inspirado el Atleti 2012/2013. Mientras algunos nos lamentábamos por los tradicionales devaneos en los despachos colchoneros y otros sacaban a relucir el pesimismo protector con el que mucho rojiblanco se cubren el optimismo de forma preventiba en las últimas temporadas, el Cholo Simeone se empeñaba en formar un equipo denso, claro y homogéneo que gota a gota fuese capaz de horadar cualquier roca. Y en eso está. Y como nadie lo pare es capaz de perforar hasta un escudo de carborundo. A base de mentalidad, físico, generosidad, entrega y talento, el argentino está montando una verdadera roca. Un equipo al que si le das un metro te coge dos pero que luego no tiene ningún problema en ponerse a sudar y a sufrir para salvar lo ganado. Un equipo para sentirse orgulloso. Un equipo, por qué no, para soñar.
En otros tiempos una alineación con Diego Costa, Raúl García y Koke en la delantera sacaría lo peor de ese espíritu crítico tan acusado que se ha ido generando en los corazones colchoneros durante los últimos años, pero en la era Simeone las cosas no son así. Es más, a veces pienso que hasta la alineación es lo de menos. El Cholo ha demostrado ser de esos entrenadores que trabajan los partidos hasta el milímetro. Estudia al rival y arma el partido buscando hacer daño por el sitio adecuado. Al contrario que tanto y tanto entrenador mediocre que ha precedido ese puesto, el argentino no modifica su sistema por miedo al rival sino que busca la forma de ganar conociendo los puntos flojos del equipo que estará al otro lado. Creo que la diferencia es evidente.
El Atleti salió con un poderío arrollador dejando claro al rival desde el primer minuto que quería ganar. Lo peor que le podía pasar a los periquitos estando donde están. Acuciados por los resultados y superados por los colchoneros la primera parte fue una agonía para el equipo catalán y por ende madrileña de principio a fin. A falta de ocasiones claras, el partido era sin duda del cuadro colchonero que dominaba todas las facetas del juego. Tempo, rítmo, balón, equilibrio, centro del campo,... La sensación era que el gol llegaría en la primera ocasión que tuvieran y así fue. Pase desde el lateral de Juanfran que remataba Raúl García llegando desde atrás en esa posición de tres cuartos que ahora todo el mundo dice que es la suya.
A partir de ahí los periquitos se estiraron un poco más dejándose ver en el partido pero el Atleti, my bien colocado, no permitía las licencias. Más que el empate lo que pudo llegar antes de el descanso fue el segundo gol si el bueno de Raúl García primero y Koke después hubiesen acertado sendas voleas desde el área rival que se fueron por encima del larguero.
Pero la segunda parte fue otra cosa. Primero porque el Español tiró de orgullo y pelea para equilibrar el partido en el aspecto anímico y físico y segundo porque el Atleti volvió a dar ese pasito atrás que viene siendo marca de la casa cuando se pone encima en el marcador. Algo que no entiendo ni entenderé en general pero todavía menos en partidos como el de hoy, donde la superioridad había sido abrumadora y donde la posesión y el control había evitado cualquier ocasión del rival. Pero Simeone tiene crédito y su trabajo precede su criterio así que a lo mejor no tiene sentido cambiar. Hoy también le salió bien ya que lo cierto es que el dominio blanquiazul fue exclusivamente territorial y apenas tuvo ocasiones. En cuanto pareció que el Atleti perdía el norte sacó a Gabi para contener el centro del campo y vuelta a empezar. Personalmente hubiese preferido dejar a Koke y quitar a Raúl García o a Tiago pero de nuevo hay que rendirse a los hechos y rendirse a la evidencia.
El único pero verdadero contratiempo es la lesión del turco Arda que pone un punto negativo ante tanta euforia desatada. La trayectoria de Turan deja claro que es un jugador con tendencia a las lesiones musculares pero no por ello deja de asustar cuando ocurren. Espero que sea algo leve. Creo que no me equivoco ni mucha gente estará en desacuerdo al decir que es uno de los jugadores más importantes de esta plantilla. El puesto de Turan lo ocupó un rápido Cebolla, más que otras veces, que tuvo dos de las ocasiones más claras de la segunda parte cuando en sendos contrataques y en velocidad se plantó delante del portero (algo escorado las dos veces) para marrar las dos ocasiones. La tercera gran ocasión fue en las postrimerías del partido con Adrián, que había sustituido a Diego Costa, y que sólo en el área pequeña no acierta a rematar con claridad tras recorte en un palmo marca de la casa. El Español se limitó durante todo ese tiempo básicamente a colgar balones. Triste panorama el que le espera al equipo barcelonés.
Enésima victoria seguida de los de Simeone que nos aupa a lo más alto de la tabla. A dos puntos del todopoderoso Barça y por delante del todopoderoso Real Madrid. Placentera sensación esa de mirar la tabla y que prácticamente había olvidado. Con todo ello lo mejor, para mí, es la sensación de equipo que se ve sobre el campo. Un equipo al que le cambian los jugadores, los rivales y los estadios pero todo sigue igual. Una gota. Una roca. O como dice el Cholo Simeone: un equipo.