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Arteche, tres puntos y poco más. (At. Madrid 2 - Getafe 0)




El Calderón es un sitio mítico. Una droga dura de la que es difícil prescindir cuando la pruebas con la intensidad necesaria. Puedo recordar cientos de ocasiones en las que he bajado las escaleras interiores del estadio con el corazón todavía latiendo de emoción y la adrenalina contaminando cada rincón de mi cuerpo. Recuerdo cientos de veces en las que me fue imposible conciliar el sueño después de un partido, independientemente de la hora, envenado todavía por las placenteras sensaciones que me llevaba del estadio. El partido frente al Getafe de la temporada 2010/2011 evidentemente no será una de esas ocasiones. De hecho dudo que sea capaz de recordar nada de lo que ocurrió en el campo (otra cosa es el pellizco al corazón que supuso el recuerdo al inolvidable Arteche) en apenas unas horas porque prácticamente todo lo que aconteció es prescindible, insulso, incoloro y fácilmente digerible. Como si se tratase de una hamburguesa barata obtenida en una cadena de comida rápida que se come, te quita el hambre puntualmente y se expulsa igual que entró. Tres puntos, eso si, que valen lo mismo que los ganados en cualquier otra circunstancias.

El comienzo del partido fue muy emocionante, como no podía ser de otra forma teniendo como protagonista el eterno capitán rojiblanco de la década de los 80, el genial Arteche. Una foto suya presidía el fondo sur y tan sólo me sobró la musiquita que últimamente ponen durante el minuto de silencio. Una música que tengo la sensación de que nació para acallar las voces estúpidas del que siempre tiene que dar la nota incluso durante un respetuoso minuto de silencio pero ayer sinceramente creo que sobraba. El silencio debería haber sido atronador (y lo hubiese sido). Como dijo una voz desde el fondo sur justo antes de empezar ese minuto: “gracias capi”.

Y ahí se acabaron las emociones. El Atleti se llevó los tres puntos en un partido malo, lento, espeso, falto de ritmo y de emoción y sin nada de esas cosas que hacen (o hacían) del fútbol un deporte espectacular y divertido. Eso si, como nota positiva hay que destacar que el Atleti esta vez si salió a dominar el partido con claridad desde el principio (independientemente de lo que ocurriese después) lo cual es algo de agradecer. Mirando la vista atrás me doy cuenta de que este tipo de actitud en general es así jugando en casa (salvo el día del Bayer) pero completamente diferente jugando fuera. No lo entiendo y jamás lo entenderé que tenga que ser así pero lamentablemente es así.

La alineación, a tenor de las ausencias forzosas, parecía estar dentro de la lógica a pesar de esa manía de entrenador moderno de renunciar siempre al segundo delantero. La entrega de los jugadores fue irreprochable (de hecho creo que hace un par de años al menos que en general no me quejo de ello) pero desgraciadamente el fútbol no fluye. El Getafe presionaba arriba impidiendo la salida fácil de cualquier que no fuese Perea y nuestras opciones siempre tendían hacia las bandas donde los getafenses parecían alumnos aventajados de Luis Aragones y practicaban esa sólida doble presión en banda que tantas veces han anulado equipos contrarios. El equipo rojiblanco tiene más fluidez, opciones, criterio, recursos y salidas con Tiago en el campo (incluso estando fuera de forma e incluso estando cojo, diría yo) pero la zona de creación es y será el gran talón de Aquiles de este equipo y aparece como un verdadero problema cuando el equipo contrario está bien cerrado. El Getafe sin embargo no hizo el típico cerrojazo de la mayoría de equipos que vienen al Calderón sino que procuraba jugar cada vez que tenía el balón y hacerlo metiendo el balón en la ecuación (aunque seguro que todavía sigue habiendo gente que piensa que todos los equipos del mundo menos el Barça hacen lo mismo) pero me da la sensación que les falta la calidad arriba que si tenía otros años. Los del sur de la capital consiguieron tapar y salir con peligro (más en la segunda parte que en la primera) pero apenas inquietaron significativamente la portería de De Gea (que toco más balón que otras veces) fundamentalmente por esa falta de calidad en los últimos metros.

La espesura del partido se partió al filo de la primera parte, aunque según llegaba el descanso el Atleti se entonaba a medida que el rival se salía del partido recurriendo en exceso a las faltas, a balón parado tras un buen saque de Simao que da en el poste y cuyo rechace impacta con la espalda del cancerbero getafense para colarse en la portería. La celebración fue para mí lo mejor del partido. Ver a dos recién llegados como Tiago o Filipe Luis (entre otros), ver apuntar con sus dedos al cielo recordando al mítico capitán me puso la piel de gallina y me hace creer que lo mismo no está todo perdido.

La segunda parte fue más de lo mismo pero con un Getafe tratando de llevar la manija lo cual es algo que a mí ni me parece bien ni me lo parecerá nunca. Con un Atleti algo más reservón (volviendo a las andadas) o quizás algo más perdido por el empuje rival (no sé que es peor) que hizo que la gente cambiara los bostezos por preocupación durante unos minutos. El Getafe no inquietaba realmente pero el Atleti empezaba a ser una broma con síntomas de cansancio y fragilidad lo que no invitaba ni mucho menos al optimismo mientras el rival empezaba a monopolizar el balón peligrosamente.

La salida de Forlán por Mérida fue providencial no tanto por su concurso individual (malo, en la línea de toda la temporada) sino por el cambio de dibujo que dejaba a Reyes más suelto escorado en esa segunda línea dónde realmente marca la diferencia y que dio mucha frescura al equipo. Igualada la posesión y retomando de nuevo el control del partido el segundo gol de los colchoneros llegó tras una gran jugada de Reyes y Valera (si, si, Valera, como lo oyen) que culminó Diego Costa. El brasileño es torpón con el balón y tiene muchas carencias pero se pasa todo el partido tirando desmarques, pidiendo el balón, presionando la salida, tapando huecos y dándolo todo. Merece jugar de titular y merece seguir haciéndolo si su compañero uruguayo sigue enfurruñado con el mundo y cobrando por horas. El segundo gol mataba definitivamente un partido que a partir de ese momento los dos equipos dejaron morir.

Como balance general los resultadistas dirán que son tres puntos, que estamos a tres del barça y a cuatro del primero lo que es un gran balance. Tienen razón. Los entrenadores dirán que fue una partido serió y bien trabajado que se ganó sin que el rival inquietase. También tendrán razón. Yo sin embargo, modestamente digo que estuve a punto de morirme de aburrimiento y el no hacerlo para mí es algo muy importante como espectador de fútbol. Seré un marciano en este mundo globalizado y televisado pero en esto estoy con García Berlanga cuando decía que hay obras maestras que lo son por el monumental aburrimiento que provocan.

1 comment

Anónimo 17 oct 2010, 23:06:00

Hola Ennio!

Tres puntos para el bolsillo que sirven para recortar dos puntos al Valencia y meter tres al Sevilla.

Saludos.