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Aspirinas



Cuando uno era un pequeño muchacho que veía el mundo en general desde la inocente y mágica perspectiva de un niño (incluido el mundo del fútbol) recuerdo que los nombres de los equipos del fútbol tenían un efecto impactante en mí. Especialmente los de equipos extranjeros y especialmente los británicos: Notthingham Forest, Tottenham Hostpurs, West Bronwich Albion,… Lo equipos alemanes sin embargo no me llamaban tanto la atención y durante aquellos primeros años uno tenía además la sensación de que todos se llamaban igual. Todos eran “Bayer algo”. Con el paso de los años descubrí que en realidad no había tantos “Bayers” como yo pensaba y también que no todos los “Bayers” eran en realidad Bayer sino también Bayern. La razón es simple si hablas alemán (que ni era ni es el caso) o si conoces a alguien que lo hace (que si lo es). Bayern es en alemán lo que en castellano se conoce como Baviera y por eso aparece en el nombre de muchos equipos de la zona. Bayer sin n, desde que en 1996 el Bayer Uerdingen pasó a llamarse KFC Uerdingen, sólo hay en realidad uno y juega en Leverkussen.

Bayer es la potente multinacional química y farmacéutica alemana fundada por Friedrich Bayer en 1863 y que aparte del episodio negro durante los años en torno a la segunda guerra mundial (en los que el gigante alemán colaboró codo con codo con el nazismo) es conocida mundialmente fundamentalmente por ser los primeros que comercializaron su variante de Ácido Acetil Salicílico en lo que comúnmente conocemos como aspirina (que es su marca registrada). Hoy en día aparece en el cielo de Leverkusen durante las frías y oscuras noches alemanas el logotipo iluminado de la compañía, la famosa cruz con dos BAYER cruzadas que comparten la Y encerradas en un círculo, iluminando la urbe en la que se ha fijado el centro de operaciones de la multinacional y mostrando la vinculación la marca con la propia ciudad. Dicen que es el anuncio luminoso de estas características más grande del mundo.

Leverkusen ya era de hecho el centro de operaciones de la compañía el 27 de Noviembre de 1903, fecha en la que un tal Wilhelm Hauschild, trabajador de la misma, decidió escribir una carta dirigida a la dirección que colgaría en el tablón de anuncios solicitando la creación de una asociación deportiva soportada por la empresa para disfrute de los trabajadores de la misma. Con el paso de los meses la dirección accedió finalmente a patrocinar la iniciativa y así nacía el 1 de Julio de 1904 lo que se conocería como Turn-und Spielverein Bayer 04 Leverkusen. En 1906 sin embargo apareció dentro del club, que aglutinaba entonces todas las especialidades deportivas, un departamento específico e independiente para regular el fútbol lo que no fue del agrado de los gimnastas que constituían entonces la elite dentro del club y que consideraban al fútbol y otros deportes como secundarios y menos honorables. La tensión fue creciendo hasta el punto de acontecer la escisión de la sección balompédica (arrastrando otras como el balonmano o el Atletismo) y fundándose así el Sportvereinigung Bayer 04 Leverkusen o SV Bayer 04 Leverkusen como se conoce tradicionalmente. En el camino se quedaron además con el clásico color rojo y negro que llevaba el club madre.

Aunque tiene el origen a principio de siglo el Bayer debutó en la Bundesliga bastante tarde, en 1978, y aunque ha estado a punto de ganarla alguna vez nunca lo ha conseguido. Lo que sí ha conseguido a nivel nacional es una copa de Alemania en 1993. Sus éxitos internacionales sin embargo son “desgraciadamente” más conocidos por la afición española. El mayor de ellos fue la copa de la UEFA que ganó en 1988 frente al Español de Clemente. Entonces la final de la UEFA era a doble partido y el Español había vencido en Sarriá por un contundente 3-0 que dejaba las cosas niqueladas para la vuelta en Alemania. Clemente, uno de los precursores de ese fútbol especulativo tan de moda, planteó un partido de entrenador que no pudo parar a unos desatados alemanes que sin nada que perder empataron la eliminatoria y la llevaron a los penaltis donde tristemente derrotaron a los periquitos. Todavía recuerdo las caras de los jugadores derrotados en el césped. El otro “éxito” internacional es la final de la Champions que perdieron en 2002 frente al Real Madrid.

El escudo de la institución tiene lógicamente la famosa cruz de Bayer que empezaron a usar en 1936 y que durante muchos años han lucido también las camisetas negras y rojas del equipo. Curiosamente este hecho provocó un pequeño litigio con la UEFA puesto que la asociación europea de fútbol profesional no permite usar marcas comerciales en los nombres de los equipos que disputan sus competiciones (por ejemplo no permite que el Red Bull Salzburg se pueda llamar así en Europa). Con bastante lógica sin embargo los capos peseteros de la UEFA hacen una excepción con equipos que tienen marcas comerciales históricamente ligadas a la trayectoria del equipo como el Bayer (o el caso también del PSV Eindhoven, por ejemplo).

Por razones fundamentalmente geográficas tienen una histórica (aunque no especialmente vehemente) rivalidad con el Koln pero la mala trayectoria de los de Colonia en los últimos años ha hecho que dicha rivalidad sea más formal que efectiva. El Bayer no obstante tiene un estatus algo particular dentro del fútbol alemán puesto que es considerado por muchos como un equipo sin alma, plano, que no despierta demasiadas pasiones y demasiado ligado a la “teta” del emporio Bayer. Siempre se ha vendido institucionalmente una cierta imagen de serenidad y de equipo para la “familia feliz” poniendo distancia con la aparente violencia y rudeza supuestamente consustancial al fútbol (aunque también tienen su grupo ultra como todo el mundo) y quizás por eso lo alejaban, a ojos de la mayoría, del tipo de equipo tradicional vinculado a las clases populares. No tiene una base muy amplia de aficionados (de hecho es de los equipos con menos aficionados de la Bundesliga) pero los que tienen, un poco con contraposición a todo lo anterior, son bastante fieles, orgullosos de los orígenes del equipo (me contaron que se autodefinen cariñosamente como Pillendreher, que es en alemán algo así como “boticario” o “farmacéutico”) y suelen llenar el pequeño estadio de Leverkusen cada vez que su equipo juega.

Ese es el equipo contra el que nos enfrentamos en el que probablemente nuestro último partido internacional de la temporada. Esperemos que no sea así aunque desgraciadamente ya no depende exclusivamente de lo que haga el equipo en el césped alemán.