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La parte de atrás de la mente

La cantidad de variables que tienen un papel estelar en un partido de fútbol es inmensa. Hay muchos aficionados al fútbol que anestesiados por el perfume de los goles y el espectáculo reducen todo a una sencilla cuestión de echarle o no pundonor (por no decir huevos) pero es una manera demasiado simple de analizarlo. Si se quiere analizar, claro, que como espectador puede ser recomendable pero no necesario. Los directivos, directores deportivos y sobre todo entrenadores si que no pueden escapar a esta realidad y con mejor o peor criterio tratan de encontrar el modelo de naturaleza matemática que reproduzca la realidad. Muchos, los malos, lo que intentan es entrar en la ecuación para reducir el número de variables que entran en juego y basar la fórmula a una cuestión de constantes. Los muy malos además, como si de un gobierno reformista se tratase, empiezan por anular las variables más importantes que además son las más fáciles de recortar como por ejemplo el balón. En el Atleti sabemos mucho de esto último y me temo que lo vamos a seguir sabiendo en años venideros. No es algo que me emocione pero ayer se demostró que ahora mismo, en este equipo, jugar al fútbol no es la variable más importante. 

 Porque por encima de todo esta el tema de la cabeza. De la mente. Alguien dijo una vez que el fútbol era un estado de ánimo como si algo en lo que estén involucrados los humanos no fuese siempre un estado de ánimo. Claro que lo es. Por eso son tan importantes las sensaciones, las señales, los mensajes, los objetivos,... Por eso es tan importante sentirse ganador o perdedor. Valiente o cobarde. Querer ser superior o tratar de que no te hagan demasiado daño. El Atleti ha ganado al Malaga por sensaciones. Por mentalidad, por carácter y por actitud. Lo malo es que todo eso apareció tarde y después de haber estado enseñando todo lo contrario durante 45 minutos. El equipo demuestra así que la mentalidad está, pero que la tiene en la parte de atrás. En un sitio secundario. En un lugar poco importante al que por lo visto sólo se recurre cuando no queda más remedio. Así nos va. 

La primera parte fue un auténtico baño del Málaga. Ese equipo construido a base de chequera pero con mucho gusto. Gusto por el balón y gusto por el fútbol. El que tiene ese señor de los banquillos al que los talibanes del macarrismo deportivo despreciaron con muy poca clase. Pellegrini. El chileno es de esos entrenadores en extinción que se atreve a poner un jugador fino y pequeñito como Cazorla de medio centro. Algo que en el Atlético de Madrid no hemos visto desde hace dos décadas. Sobre el campo se veía un equipo de Champions que quería ganar el partido en un campo complicado y que lo quería hacer siendo protagonista. Algo que reclamo para el Atleti desde que me bauticé como Ennio Sotanaz y ahí sigo. Y seguiré. A base de fútbol, precisión, velocidad y criterio el partido transcurrió en campo de unos colchoneros que se dedicaban a correr detrás de la pelota e intentar abollarla cada vez que tenían ocasión. Tarde. Lentos. Sin chispa. Sin gracia. Los andaluces pudieron ponerse por encima en cualquier momento pero lo hicieron de la mejor forma posible con un golazo soberbio de Eliseu que empalma un balón desde otro distrito para incrustarlo en la escuadra. Como corresponde a los equipos grandes el Málaga siguió dominando el partido exactamente igual hasta el descanso. El Atleti, como corresponde, siguió también arrastrándose por el campo. 

Pero algo tienen que tener las charlas de Simeone porque no es la primera vez que el equipo que sale en la segunda parte, siendo los mismos jugadores, es otro. El carácter del Cholo no lo puede discutir nadie. En el campo era un líder y era un ganador. Caliente y poco pausado pero un ganador. Por eso no me gusta la parte reflexiva esa que la ha salido de entrenador. Esa que le hace ser reservón y precavido. El cambio de actitud del equipo es mérito de Simeone, no me cabe duda. Pero, ¿es mérito suyo también la forma con la que salió el equipo de inicio? Esa es la duda que me hace ser o no ser optimista para el año que viene. 

En cualquier caso la segunda parte fue otra cosa. Especialmente cuando apareció Koke en el mediocentro en detrimento de un Mario Suárez cada vez más espeso, más perdido, más centrado en ser esa especie de tercer central estático, lento e intrascendente. Sin desarrollar un fútbol espectacular el Atleti si fue capaz de quitarle la pelota al Málaga y a veces con eso basta para desarmar al contrario. Sin el fundamento de este juego, el balón, el Málaga tenía que defenderse y correr mientras que el Atleti se enfurecía por momentos. A la salida de un córner el balón llega rechazado a la frontal y Koke, haciendo justicia, empala el balón para empatar. Los madrileños se subían así a su euforia y los malacitanos, sin recular, a sus miedos. El partido se puso bonito con llegadas por los dos lados pero fue un despeje de Courtois el que deshizo la igualada. El balón es peinado por Falcao que deja sólo a Adrián para que en otra de sus jugadas de fantasía coloque el definitivo 2-1 en el marcador. Definitivo porque lo quiso el señor juez de línea que anuló un gol al Málaga por fuera de juego que en vivo me pareció justito y en la tele se ve que no era. Las cosas como son. 

¿Y ahora qué? pues en la liga está claro: a morir el domingo en villarreal y esperar que el sporting de la campana en Málaga. Entre medias Bucarest, lo sé, pero esa es otra historia que merece otro espacio. 

Mención especial quería hacer a Antonio López y Perea, nuestros dos capitanes que se van, desgraciadamente por la puerta de atrás. Como siempre pasa con ese avinagrado de MA Gil. El de Benidorm es un jugador de la casa, de la cantera. Salvo una cesión en Pamplona ha desarrollado aquí sus mejores y sus peores momentos. Probablemente esos problemas emocionales en el último tramo de su carrera pararon su progresión en seco. No lo sé pero en cualquier caso siempre ha sido y es Atleti. Igual que lo es Perea. Un profesional como la copa de un pino. Un tipo que ha dado todo lo que tenía por este equipo y que lo único que ha hecho, dentro y fuera del terreno, es demostrar amor y sobre todo respeto por el Atlético de Madrid. Cosa que no hicieron otras estrellitas confundidas. En momentos en los que esa grada de nuevos y confundidos colchoneros se dedicaba a pitarlo o mofarse de él, el colombiano jamás torció el gesto, siguió sudando y soltando palabras bonitas para su club. Para el mío. Gracias Perea. Gracias Antonio López. 

Teenage Fanclub - The back of my mind


4 comments

Vicente Calderón 7 may 2012, 2:04:00

Eres un genio, siempre acertado.

Y eres el reflejo del Atleti y de sus hinchas, renegon cuando perdemos (hay que aguanarte la petaleta) y optimismo cuando se gana jugando bien.

julio ruiz 7 may 2012, 13:52:00

Perea siempre dio todo lo bueno que tenía derrochando coraje y corazón

Ennio Sotanaz 7 may 2012, 15:12:00

Muchas gracias Don Vicente,

Lo cierto es que independientemente de resultados trato de ser coherente en mis críticas y enfados (aunque soy humano y de epidermis sensible). Quiero decir que trato de basar las críticas en aspectos sólidos y no en la fugacidad de un resultado puntual pero no siempre se consigue…

Así es Don Julio, aunque mucho recién llegado a las gradas del Calderón confunde el culo con las témporas. En el Atleti SIEMPRE hemos respetado a los jugadores generosos en el esfuerzo y sobre todo respetuosos con la institución. Por encima de cualidades técnicas y futbolísticas. Eso de pitar a los jugadores que fallan un pase y mofarse de alguien que lleva el escudo del Atleti en la solapa por tener un error en defensa es propio aficiones como la de enfrente, que entiende que el señorío es algo que se compra con dinero y que por ir adjunto al himno ya es verdad.

Saludos,

magerit 8 may 2012, 1:18:00

Gran artículo y genial la respuesta a Julio.

Siempre he dicho que tus artículos deberían se de obligada lectura para los atléticos, pero quizás a quien les serían mucho más útiles es a esa llamada oposición fundamentalista, si los leyeran mejor los iría y mejor nos iría a todos.

Antonio y Perea, gracias por todo lo que nos disteis, a cambio os lleváis algo muy grande, ser parte de nuestra historia.

Saludos