Juguetes amortizados.
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Simeone
At. Madrid 4 - Austria Wien 0
La lengua castellana es rica, compleja y con una
variedad infinita de matices que sirven para definir o explicar cualquier cosa. Bien, pues
desde hace meses se nos está quedando pequeña para contar, sin repetirme, lo que pasa en el Atleti. Asusta. Sometidos
a este infernal calendario en el que las cosas pasan a toda velocidad,
generalmente nos es imposible recrearnos en nada y cualquier atisbo de melancolía
o reposo mental sobre una determinada sensación placentera es devorado de inmediato por
la inmediatez de la actualidad. Pero deberíamos hacer el esfuerzo. Sitúense en
otros tiempos, lejanos y no tan lejanos, en los que la Champions League era un
torneo que, como las Ligas Mayores de beisbol el 6 naciones o la NBA, veíamos
por televisión sin demasiada presión. En el mejor de los casos, en tiempos del
inefable Aguirre, era simplemente un “premio” que disfrutar sin grandes alharacas.
Como un juguete usado y amortizado que se lo das a un niño malcriado para que
lo destroce. “No era nuestra guerra”, decían. Vuelvan ahora al día de hoy. En
noviembre, cuando todavía no están puestas las luces de navidad por las calles y
a falta de dos partidos para terminar la fase de grupos (¡sobre un total de seis!),
el Club Atlético de Madrid es ya matemáticamente primero de su grupo. Simeone podrá sacar a todos
los reservas en San Petesburgo o en Madrid frente al Oporto, dos partidos que
en el momento del sorteo inicial parecían no sólo claves sino de gran desgaste y que ahora aparecen como… como juguetes amortizados que puedes tirar a los niños
para que los destrocen. ¿Notan la diferencia? Es evidente que sí. Por eso cuando
Aguirre desgraciadamente entrenaba este equipo (con Agüero, Forlán, Simao y
Maxi, que no eran tuercebotas, precisamente), aun ganando, un servidor llenaba las
páginas de esta bitácora de rabia, dolor y sentimiento de incomprensión. Era una cuestión de concepto y no de números. Por
eso ahora, incluso perdiendo, soy la persona más feliz del mundo. De entre
todos los méritos que tiene Simeone, el más importante de todos es haber
recuperado el Club Atlético de Madrid para los atléticos. El verdadero Club
Atlético de Madrid y no cualquiera de los miles de sucedáneos baratos que han
pululado por nuestra historia.
La crónica del partido contra el Austria de Viena no
tiene, afortunada o desgraciadamente, mucho recorrido. El ambiente era muy frío
al inicio del partido (afortunadamente se fue caldeando según entraba gente en
el Calderón hasta completar un aforo bastante decente) y lo único que se hacía notar era no solo
la animosa parroquia austriaca, situada en el fondo norte, sino también gran
cantidad de extranjeros que me rodeaban. Resulta que ahora estar en Madrid y
ver un partido de Champions con el equipo en mejor forma de Europa, pasa por
visitar el Vicente Calderón. En diez minutos vimos lo que iba a pasar esa
noche. Diez minutos que fueron como esa escena que se repite de forma periódica en las películas de Bud
Spencer y Terence Hill y en las que el inmenso Bud agarra de su cabeza a un rival
que trata de emplear todos sus recursos para pegar al grandullón pero que
separado por el inmenso brazo que lo tiene sujeto de la cabeza, es incapaz de
golpear nada. En el momento en el que el amigo Bud se aburre de la situación,
sacude un mandoble al anónimo luchador y lo deja KO. Eso fue lo que ocurrió. El
Austria salió con intensidad, con un buen planteamiento táctico y con un
excelente manejo del balón. Fue capaz de meter al Atleti en su campo durante
cinco o diez minutos, merodear el área de Courtois e incluso lanzar un tiro lejano que
se acercó mucho al poste. El Atleti mantenía el brazo alargado sosteniendo la
cabeza del Austria hasta que se aburrió de la situación. Corner desde la
derecha, lío en el área, rechace que coge Miranda y gol. Fin del partido.
A partir de ahí el Atleti metió tres goles más como
podía haber metido quince. Las buenas artes del portero rival, cierta
relajación (aunque no mucha, no se crean) y ciertas querencia por hacer
ejercicios de malabarismo y filigrana para regocijo de la grada, hicieron que
la herida no fuese mucho mayor. El rival desaparecido. Con cada gol de los
rojiblancos el rostro de los austriacos parecía decir: bueno, ya queda menos. El
segundo tanto llegó con un remate de cabeza (de espaldas) de Raúl García a pase de Diego
Costa también desde la derecha. Por hablar un poco de fútbol debo decir que me
gusta más el dibujo que sacó el Cholo, con un centrocampista más. Aunque sea Raúl García. Quiero decir
que me pareció buena idea quitar a Villa para dar minutos a Adrián en lugar de
lo que hizo el domingo frente al Athletic.
Poco antes de llegar al descanso Filipe Luis
aprovechó un balón por su lado izquierdo para hacer el tercero así que a la vuelta del vestuario, ya con el bueno de Óliver Torres (buena segunda parte del canterano) en el campo, la noche se
antojaba larga para unos aficionados austríacos que no volvieron a cantar
nada. Ni siquiera ese misterioso, incomprensible y absolutamente estúpido, “U-U-Ultra
sur” que soltaron un par de veces. Leo por ahí que había infiltrados de la conocida peña
madridista entre los aficionados del Austria. Se me hace difícil comprender la
razón pero la verdad es que tampoco me interesa. Cosas verederes amigo Sancho. Con el
partido resuelto Simeone se permitió enseñarnos a Guilavogui para demostrar que
era verdad. No es el mejor partido para sacar conclusiones pero al menos no
defraudó. En la parte positiva buen manejo del balón y ganas de agradar. En la
negativa lo vi algo lento y con algún que otro despiste impropio de la élite
También saltó al campo el Cebolla, que hizo buenos minutos y provocó un claro penalti
que Diego Costa falló. Un Diego Costa que para mi gusto debería haberse ido al
banquillo en el descanso, en previsión de males mayores. Enchufadísimo, como siempre, el
próximo internacional español recibió patadas a diestro y siniestro (también
como siempre, por cierto). Creo que era un riesgo innecesario exponer al jugador
a una lesión, pero el Cholo tiene sus códigos y no negocia con estas cosas. Al
final Diego Costa se salió con la suya y volvió a marcar tras una gran jugada
de Óliver Torres y taconazo de Raúl García.
Enésimo partido de poderío del nuevo Atleti que, de
espaldas a los medios de comunicación madrileños y españoles (aunque esa es
otra historia), nos coloca en lo más alto de Europa. Uno tiene la mala
costumbre de ojear de vez en cuando la prensa de fuera y les aseguro que lo que
dicen por ahí de nuestro equipo no tiene nada que ver con lo que vemos cada mañana en el quiosco de al lado de nuestra casa. Mientras los “analistas” patrios ignoran (y desprecian) al conjunto colchonero
fundiéndose con gran empeño en esa especie de bacanal binaria de la estupidez, la soberbia y el
forofismo más putrefacto y que defecan a diario para nuestra desgracia, por ahí fuera, con rigor y criterio, nos dedican
tiempo para analizar una realidad más que evidente. Me siento un extranjero en mi
propio país pero desgraciadamente no es nada nuevo.
4 comments
Ennio, me gusta mucho leerte, pero no me ha terminado de gustar el símil del "juguete amortizado"; será que lo asocio al "juguete roto", que no tiene nada que ver. Además de que el gol de Filipe fue al final de la primera parte (un lapsus lo tiene cualquiera, yo muchos más).
En todo caso estoy contigo en que, ya que no lo hacen quienes deben, tenemos que valorar el momento que atraviesa el Atleti. En nuestra historia nunca se habia visto una racha de 15 partidos y 14 victorias (contando Champions). Ni en nuestra historia ni en la de la gran mayoría de equipos de Europa.
Disfrutemos el momento.
Este Atleti bate récords. Hay marcas para todos los gustos, muchas fáciles de batir pero otras no tanto.
Solucionado el lapsus del tercer gol. Gracias.
A mí sí me gusta el símil. En el caso de Aguirre es despectivo. Utiliza como algo amortizado el hecho de jugar la Champions League. La desprecia como algo que no tiene que ver con el Atleti. Es una empresa mayor para un equipo como el nuestro. Como no vamos a echar gasolina nunca al coche, destrocenlo. Eso decía.
En el caso de Simeone lo que puede despreciar (que además está por ver que lo haga) son dos partidos que no valen absolutamente para nada. Dos partidos ya amortizados que podemos utilizar para lo que queramos sin que la esencia del Atleti se resienta para nada. Son dos juguetes fabricados para resistir cualquier golpe sin que pase nada.
Saludos,
Independientemente de quien pueda jugar estos dos partidos que quedan, el Cholo sí respeta la Champions y exigirá que se juegue bien. Son "los minutos de calidad" que prometió a los menos habituales y si alguien no se lo toma en serio, pagará las consecuencias.
Además la plantilla no es tan larga como para poner un equipo completamente diferente.
Extranjero en mi propia casa...que gran verdad D. Ennio.
Pero que quiere que le diga, como no soy consumidor habitual de las bazofias periodísticas deportivas en ninguna de sus variantes,mi disfrute de su bilis es directamente proporcional al desprecio sistemático con el que nos hacen gala. Ladran...
Buenos dias.
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